Sevilla. Real Alcázar.

plano del Real Alcázar de Sevilla, construcción en distintas épocas

Visto desde el exterior, el Alcázar de la ciudad de Ishbiliya se incorpora a la ciudad en el extremo meridional, junto al puerto, entre los dos cauces fluviales del Guadalquivir y del arroyo Tagarete. Una posición estratégica que permitía el control del acceso a través del río y desde el sector sur. El lienzo que podemos contemplar desde el exterior del acceso actual corresponde a la construcción del alcázar primitivo.

Su construcción y sus sucesivas ampliaciones fueron provocando transformaciones en la estructura urbana, tanto por la demolición de espacios construidos previamente como por la creación de nuevos palacios y núcleos habitacionales en su interior y en torno a él. Se trata de un espacio que, a lo largo de los siglos, llegó a convertirse en el principal centro político y religioso de la capital imperial durante la época almohade, siendo casi con toda seguridad su época más espléndida.

El Real Alcázar es hoy un conjunto palaciego amurallado construido en diferentes etapas históricas. Se conservan vestigios de arte islámico y, posterior a la conquista castellana, un espacio palaciego mudéjar. En la parcela donde se encuentra se han encontrado restos romanos del siglo I, de los que se desconoce su función, abarcando desde Patio de Banderas hasta el interior del recinto actual. Sobre sus ruinas se edificó una iglesia paleocristiana, uno de los tres templos principales de la ciudad durante época visigoda. 

puerta de la Dar al-Imara 

Emirato omeya (756-929). El primer califa cordobés Abd Al-Rahmán III, siendo todavía emir en el año 913, mandó construir una alcazaba en el lugar. Se levantó con muralla cuadrangular adherida a la antigua muralla romana de la urbe. La única puerta de acceso conocida a esta alcazaba era llamada Bab Hamida y conectaba con el exterior por el oeste a la altura del patio de Banderas. De esa puerta se conserva la jamba norte de un arco y los textos cronistas en lengua árabe. En el interior de la alcazaba emiral había algunas dependencias simples adosadas a los muros, como almacenes, caballerizas y cuarteles.

Como resultado de una revuelta contra Córdoba, el gobernador de la ciudad de Sevilla decidió amurallar su palacio o Dar Al-Imara. Posiblemente esto se llevó a cabo en el año 914 cuando, tras la entrada de Abd Al-Rahmán III en la ciudad a causa de una revuelta de su hayib Badr, el nuevo gobernador sevillano, Ibn Al-Salim, decide la destrucción de parte de las murallas y demás fortificaciones con el fin de evitar una nueva sublevación, construyéndose entonces la Dar al-Imara o palacio de gobierno, origen del asentamiento del Real Alcázar. 

Esta Dar al-Imara se encontraba junto al flanco meridional de la mezquita de Ibn Adabbas, en la actual cuesta del Rosario, arrasando en esa obra con buena parte de la sala de oración o haram de la mezquita omeya. Se cree, por otro lado, que el Palacio del Príncipe en aquella época emiral se encontraba en la periferia de la ciudad, posiblemente en el área en torno a la Cartuja y el monasterio de San Clemente.

Postigo y castillete de control, Dar Al-Imara

Califato de Córdoba (929-1023). Permanecen visibles aún hoy restos del Palacio durante esta época califal y los encontramos principalmente en el actualmente llamado Patio del Yeso, que después sería reformado durante época almohade. No sería hasta los reinos de taifas cuando en esta alcazaba se llevasen a cabo grandes obras de modificación y ampliación del mismo.

Reinos de taifas (1023-1091). Durante la dinastía abbadí se realizó una prolija actividad constructiva. A mediados del siglo XI, la alcazaba se amplió hacia el sur, duplicando su superficie. Y es que en la zona sur se construyó un importante núcleo palatino culminado en tiempos del reinado abbadí de Al-Mu'támid, amante de las artes y la poesía. Se creó una nueva entrada con un castillete de control, del cual se conserva una doble puerta de herradura en la actual calle Romero Murube. En el interior, se construyeron una serie de pequeños edificios y probablemente hubo un edificio principal o palaciego, donde actualmente está el palacio gótico. 

En la segunda mitad del siglo XI, el rey Al-Mu'támid amplió la fortaleza hacia el oeste y se construyeron algunos edificios palaciegos. Bajo su reinado comenzó a conocerse como el primitivo Alcázar de la Bendición o Al-Mubarak. De las dos alcazabas, omeya y abbadí, quedan hoy algunos vestigios en las murallas de la ciudad y recientemente se ha descubierto el denominado Palacio de Al-Mu'támid, hasta ahora escondido tras los muros.

columnas de reciente hallazgo en Palacio de Al-Mu'támid

Imperio almorávide (1091-1147). Durante los cincuenta y seis años que el llamado imperio almorávide estuvo dominando Sevilla, apenas se realizaron grandes cambios en el Alcázar sevillano, utilizando el Alcázar abbadí de los anteriores reinos de taifas como lugar de administración y poder controlado y supervisado desde la capital del imperio, Marrakech.

Es posible que durante más de un siglo (durante los períodos abbadí y almorávide) la antigua fortaleza situada en el centro desde el emirato omeya, permaneciera con algún uso pese a sus posibles transformaciones, sin embargo la reurbanización almohade terminó por hacer desaparecer cualquier vestigio de ella. 

Imperio almohade (1147-1232). Durante el mandato del segundo califa almohade, Abu Yaqub Yusuf se efectuaron las obras de explanación y reurbanización del área meridional de la ciudad en el último tercio del siglo XII y el centro militar y palatino se trasladó definitivamente hacia la zona que hoy ocupa el Real Alcázar. 

tramo de muralla de época almohade

En el sur, sobre los palacios construidos durante la taifa abbadí de Al-Mu'támid, se pasó a edificar nuevas alcazabas o palacios, siguiendo un complicado programa de superposiciones. El resultado, a mediados del siglo XII, tras una dinámica ininterrumpida de continuas incorporaciones y ampliaciones en el Alcázar, sería la de una complejidad tan solo comparable a otras ciudades importantes del imperio almohade, como Marrakech o Rabat.

Se creó un sistema de murallas que unía el Alcázar con el resto de fortificaciones (Torre de Abd Al-Aziz, Torre de la Plata y la Torre del Oro) mediante un adarve vigilado hasta el cauce del Guadalquivir. El Alcázar llegaba hasta la misma Torre de Abd Al-Aziz. En el interior se construyeron una decena de edificios nuevos y de mayor tamaño. Las murallas del Alcázar pasaron, además, a ser parte de unas nuevas y reformadas fortalezas para la defensa de la ciudad, culminando estas obras defensivas a comienzos del siglo XIII, poco después de levantar la Torre del Oro.

Pasando la Puerta del León, el acceso principal actual al recinto, se accede al también llamado Patio del León, en cuyo fondo aún podemos encontrar un lienzo de muralla de época almohade con tres pórticos. Esta muralla parece haber sido reforzada posteriormente y tras este lienzo almohade podemos recorrer el  actual Patio de la Montería.

vista de muralla y Giralda desde el patio de Banderas

Reino nazarí de Granada (1238-1492). Tras el corto período de los terceros taifas del que no tenemos constancia de cambios en la arquitectura, la conquista cristiana de la ciudad en el año 1248, por el rey castellano Fernando III el Santo, hizo que éste se alojase en esta fortaleza no realizando obras en el Alcázar mientras la corte cristiana se estableció durante décadas en los antiguos espacios almohades. En 1252, el rey Alfonso X el Sabio aprovechó el espacio del edificio principal para construir el palacio gótico. Los demás edificios del Alcázar almohade fueron reformados para su posterior uso. 

Tras el grave terremoto sucedido en 1356, que afectó gravemente a la ciudad, el rey Pedro I el Cruel ordenó el derribo de tres edificios palatinos almohades para construir su Palacio Mudéjar, que se adosó al palacio gótico comenzando a construirlo ese mismo año. Según las inscripciones del propio Alcázar se finalizaron las obras en el año 1364 y algunos capiteles y fustes del primitivo templo visigodo se utilizaron para la construcción del mismo. 

En el año 1365, el Palacio Mudéjar como sede de la corte castellana fue visitado por los diplomáticos de la corte nazarí de Granada asistiendo Ibn Jaldún, filósofo, e Ibn Al-Jatib, cronista de la época y poeta, para firmar un tratado de paz nazarí con el rey Pedro I. En el año siguiente justo comenzó la guerra castellana que enfrentó al rey Pedro I con su hermanastro Enrique II, terminando con la muerte del rey en el año 1369 por lo que no pudo habitar en este palacio por mucho tiempo.

Puerta del León, acceso actual al Real Alcázar

En 1477 los denominados reyes católicos de Castilla y Aragón llegaron a la ciudad de Sevilla y utilizaron el recinto palaciego como aposento. La reina Isabel I de Castilla, al observar el mal estado del edificio, dispuso intervenciones y medidas para la recuperación material y funcional del sitio. Un año después nació en el Real Alcázar su segundo hijo, el príncipe Juan, y aún hoy se conserva un magnífico techo en el llamado Cuarto del Príncipe.

Siglos XVI - XXI. En el año 1526, se celebró en este Real Alcázar la boda entre Carlos V y su prima Isabel de Portugal, siendo ambos nietos de los ya mencionados reyes católicos. Recordemos que este matrimonio también habitó los palacios de La Alhambra en la ciudad de Granada, donde posteriormente Carlos V derribó parte de los palacios nazaríes para levantar su propio Palacio y para ella se acondicionó el llamado Peinador de la reina. La celebración y banquete por su boda se llevaron a cabo en el llamado Jardín de las Damas, dentro de los extensos jardines del Alcázar.

La Puerta del León, situada en la muralla exterior del conjunto, es hoy -como ya se ha dicho- la principal vía de acceso al recinto del Real Alcázar. Entre el dintel de esta puerta y bajo un matacán se extendía una pintura de un león, de la que se desconoce su origen. En el año 1892 la citada pintura fue sustituida por un mural de azulejos. 

magnífico techo octogonal en el Cuarto del Príncipe

En resumen, las estancias palaciegas más antiguas del conjunto que hoy podemos recorrer son la llamada Sala de la Justicia, creada en torno al siglo XIV en época del rey cristiano Alfonso XI de Castilla el Justiciero, y el Patio del Yeso, de época almohade y último vestigio de la residencia del califa Abu Yaqub Yusuf, construida en torno al siglo XII. 

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