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Salón de Embajadores en el Real Alcázar de Sevilla |
El Salón de Embajadores, en el interior del actual
Real Alcázar de Sevilla, se trata del lugar más suntuoso de todo el recinto sevillano. Aquí estaba situado el Salón de Al-Turayya traducido como
Salón de las Pléyades del alcázar de Al-Mubarak también llamado alcázar
de la Bendición durante el reino de taifas abbadí en época de Al-Mu'támid. El salón, tal y como se nos presenta actualmente, corresponde a la construcción del rey castellano Pedro I
el Cruel.
Las puertas de la entrada a este Salón desde el
Patio de las Doncellas son del siglo XIV. Están hechas de madera con lacerías geométricas decoradas con motivos vegetales o ataurique. En las partes centrales de los portones hay figuras de ocho y doce brazos con forma de ruedas. Tienen un trazado de lefe en los márgenes e indican la fecha de terminación del
Palacio mudéjar del ya citado rey Pedro I, en el año 1364. En la parte exterior tienen inscripciones en árabe alabando al señor del palacio.
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arcos de acceso al Salón de Embajadores |
Este Salón de Embajadores tiene planta cuadrada o qubba (base cuadrada con bóveda) y está magníficamente cubierto por una cúpula semi-esférica adornada de complicados arabescos y mocárabes dorados. Recordemos que los mocárabes que vemos en ella son prismas yuxtapuestos y colgantes que evocan estalactitas. Este tipo de cúpula responde a un modelo que es llamado "media naranja" y fue realizada en el año 1427 en claro estilo mudéjar y mostrando alrededor de su centro el escudo de armas de Castilla y León, a petición del rey castellano.
La cúpula de este Salón representa una obra cumbre del arte mudéjar que denota una evidente influencia del arte islámico. En arquitectura se conoce como trompas a las pequeñas bóvedas voladizas que asoman fuera del paramento de un muro. Estos pequeños elementos, usados en esquina, se usan para pasar de una base cuadrada a otra octogonal desde donde se inicia el arranque de la cúpula, siendo un gran ejemplo de este sistema el que aparece aquí, realizado con lacería tallada en madera de cedro dorada.
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cúpula del Salón de Embajadores en Real Alcázar de Sevilla |
Por su parte el diez lefe, en terminología carpintera, designa el tipo de ruedas de lazo que cuajan esta bóveda, siendo todas ellas de diez brazos. La característica más peculiar de dicho trazado es precisamente que todas sus ruedas son de diez y que los candilejos son estrellas regulares de cinco puntas. En el desarrollo de cualquier otra rueda surgen inevitablemente ruedas diferentes a las que se denomina desculatadas, pero aquí solo aparece la
simetría de orden diez considerándose el trazado más perfecto de la lacería, también debido a que absolutamente todos los azafates (figuras que rodean a los sinos principales) son idénticos entrelazándose de manera infinita.
Hay camones que deberían ser paralelos entre sí y parten del arranque de la cúpula colocados de manera radial, por lo que es imposible que conserven su paralelismo si no son sometidos a torsión. Esta y muchas otras complicaciones derivadas de la geometría esférica se resuelven en esta cúpula con ligerísimas correcciones que a ojos del espectador resultan imperceptibles, pero que posibilitan la construcción de la ya citada "media naranja". Es más, se comenzó colgando el casquete superior de la armadura de cubierta, y en torno él se iban colgando asimismo los demás paneles hasta alcanzar los estribos.
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vista de entradas al Salón de Embajadores |
De esa forma, los errores que pudiera haber se repartían entre los 12 husos y se ocultaban tras la cinta inferior perimetral, sin consecuencias de cara al espectador. Por otra parte, los muros o paredes de este Salón de Embajadores, al igual que ocurre en otras estancias del denominado
Palacio mudéjar, están decorados con ricos azulejos además de bellas yeserías. En la parte superior del salón hay balcones de madera y forja construidos a finales del siglo XVI -en época del rey Felipe II-.
En dos laterales del Salón encontramos las entradas compuestas por dos columnas de mármol que sostienen triples arcos de herradura y, junto a este Salón de Embajadores, encontramos otras dos estancias palaciegas, localizándose una al norte y otra al sur del Salón, en las que hay distribuidas en total 26 placas de yeso recortadas y perfiladas a buril para que, de este modo, las figuras representadas puedan destacar sobre el fondo de ataurique.
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vista de arcos de acceso al Salón de Embajadores |
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