Zaragoza. Avempace.

tratado de hierbas medicinales de Avempace

En época almorávide, el Palacio de La Aljafería en la ciudad de Zaragoza que había sido construido durante el reino taifa de Al-Muqtádir, constituyó un refugio de tolerancia y mecenazgo para aquellos que huían del fanatismo de imanes y alfaquíes debido a su situación más septentrional del imperio y a su relativa independencia política del poder central. Allí se dieron cita poetas, músicos, historiadores, místicos y, sobre todo, nació la más importante escuela de filosofía del islam andalusí.

Aquella fue la primera escuela filosófica que introdujo plenamente la filosofía de Aristóteles y la concilió con la fitna o sabiduría islámica. Una labor que, habiendo sido iniciada en Oriente por Avicena y por Al-Farabi, fue desarrollada con criterio independiente por Ibn Bayya o ابن باجة, el conocido Avempace de los cristianos. La tarea de Avempace fue, por tanto, el punto de partida de la filosofía hispano-árabe y su pensamiento fue, sin ninguna duda, seguido por Averroes y, en la cultura hebrea, por Maimónides

Ibn Bayya o Avempace nació en Zaragoza, entre los años 1070 y 1080, en el seno de una familia humilde, siendo hijo de plateros cuando la ciudad llevaba ocupada casi ochocientos años por los almorávides. Fue nombrado visir, equivalente actual al jefe de gobierno, por el segundo gobernador almorávide al mando de Zaragoza conocido como Ibn Tifilwit y desempeñó ese cargo entre los años 1114 y 1116. Durante ese período fue enviado a una misión diplomática ante los hudíes desterrados, pero fue hecho prisionero por éstos, aunque por poco tiempo.

Cuando el gobernador Ibn Tifilwit murió en una operación militar contra los cristianos, Avempace lo sintió como algo cercano ya que el gobernador lo había recibido entre sus íntimos y por ello le escribió un elogio y varios poemas. Podría decirse, sin duda, que Avempace es una de las figuras más importantes del islam peninsular y que destacó como músico, poeta, médico, botánico, físico y matemático además de filósofo. Su pensamiento, en resumen, nos dice que el ideal del hombre es el conocimiento puro, la especulación y la contemplación pura.

galerías en el Palacio de la Aljafería que recorrió Avempace

Avempace es mayormente conocido por ser el difusor de la filosofía post-aristotélica en Europa con un personal racionalismo místico que supone el punto de partida de Averroes, que tomó muchas de sus líneas filosóficas. Sin duda, Avempace fue valorado entre sus contemporáneos como el más importante filósofo de su tiempo, entre ellos Maimónides, Ibn Tufayl y Averroes. Hoy aún es considerado como una de las personalidades más relevantes de la historia intelectual y filosófica del mundo árabe y se trata del primer filósofo propiamente dicho de Al-Ándalus ya que aún nadie se había dedicado a la especulación filosófica con su rigor.

También se trata de la figura cimera de un momento de máximo esplendor en la vida cultural de la taifa de Saraqusta, cuyo apogeo político e intelectual se da entre el último cuarto del siglo XI y los años que transcurren hasta su conquista por parte del rey Alfonso I el Batallador. En la corte de los reyes hudíes destacaban figuras e ilustres personalidades como los judíos Ibn Gabirol, Ibn Ezra, Yehuda Ha Leví o Ibn Paquda. También musulmanes como Ibn Fathun Al-Himar y Al-Kirmani y, en ese ámbito, Avempace despunta al desplegar sus muchos talentos. Por desgracia, Avempace tuvo que emigrar de su ciudad natal en el año 1118, tras la conquista cristiana de la ciudad por las tropas aragonesas. 

Se cree que entonces dejó Zaragoza con cierta dificultad siendo encarcelado por los invasores cristianos. Aparte de este período de encarcelamiento, del que informa en una carta a su amigo Ibn Al-Imâm, en la que cuenta que emprendió la redacción de un tratado filosófico durante su detección, no se tiene información sobre su vida durante el período comprendido entre ese año 1118 y 1136. Consta que permaneció en el círculo de poder almorávide y que siguió ejerciendo de visir con Yusuf Ibn Tasufín. Apareció en la ciudad de Sevilla en el mismo año 1136 junto a su discípulo, el mencionado amigo suyo Abu Al-Hasan Ibn Al-Imâm. 

Siendo ya autor de obras matemáticas, metafísicas y morales era muy apreciado por los musulmanes y a menudo sus obras eran elogiadas por Ibn Tufayl, mentor del ya mencionado Averroes. Sus obras abarcan casi setenta títulos, aunque la mayoría no ha llegado hasta nosotros. Destacan, en primer lugar, sus comentarios a las obras de Aristóteles, que parecen pertenecer a la primera etapa de su producción y que corresponde a sus inicios en Zaragoza. Podrían citarse los Comentarios a la Física, a la Lógica, el tratado Sobre el alma, el tratado Generación y corrupción, la Historia de los animales y la Historia de las plantas entre otras.

Palacio de la Aljafería, lugar de creación de la escuela de filosofía

Entre las obras originales de Avempace, que podrían pertenecer a una etapa posterior en el exilio, hay que mencionar sobre todo El régimen del solitario, Tratado de la unión del intelecto con el hombre y la Carta del adiós. Inició en Al-Ándalus un pensamiento filosófico puro, conocido en el mundo árabe como falafiya, que se distinguía del pensamiento teológico que era el que generalmente se daba en el territorio andalusí. Para ello, el pensamiento racional se desvinculaba de cualquier fin religioso y su camino debía ser el de la lógica aristotélica. 

En la Carta del adiós dice, refiriéndose a la ciencia y la filosofía "Siempre será cierto que nosotros abrigamos la esperanza de llegar con ellas a algo grande, que no sabemos qué cosa sea en concreto, aunque sí sabemos que a su grandeza no encontramos cosas con qué compararla en el alma, no podemos tampoco expresar cómo cabría corresponder a su nobleza, majestad y hermosura. Hasta tal punto es así que algunos hombres creen que con ella se transforman en luz y que suben al cielo". También propone el apartarse de la sociedad política en que vive para cumplir ese destino último.

Considera que el hombre debe emprender un camino íntimo con un objetivo claro al que dirigir todos sus pasos, para de este modo alcanzar la excelsitud. De ello habla en el citado Régimen del solitario. Según esta obra "La palabra régimen se dice en la lengua de los árabes en muchos sentidos que los lingüistas han estudiado. Pero el significado más conocido es, en resumidas cuentas, el que se refiere a la ordenación de unos actos con vistas a un fin propuesto". Aun siendo pionero como filósofo, la actividad intelectual de Avempace -como se ha dicho- se desplegó en otros campos del conocimiento.

Avempace era médico y, por ello, farmacólogo y botánico ya que estas disciplinas estaban muy conectadas en el islam al usar el conocimiento de las plantas como base de curación. Se dedicó toda su vida a la medicina y fue reputado por ello desde sus comienzos en Zaragoza. Su medicina se basaba fundamentalmente en el conocimiento de las propiedades curativas de las plantas. En cuanto a la formación intelectual, era obligado en el mundo árabe dominar las disciplinas científicas más valoradas, física y astronomía, que en su tiempo no se distinguía claramente de la astrología. 

apuntes en el campo de la Botánica de Avempace

En el terreno de la física, las ideas de Avempace nos han llegado a través de los testimonios de Averroes y a través de un manuscrito que contiene un comentario a la Física de Aristóteles y una carta dirigida a su amigo Ibn Hasday. Asimismo dominaba la retórica y la poesía, tanto o más consideradas que las ciencias, pues la música, las matemáticas y la poesía mantenían una indisoluble relación. En el campo de la astronomía escribió el pequeño tratado Fragmentos sencillos sobre geometría y astronomía y se tiene constancia de otros de sus conocimientos gracias a Maimónides. Se apartó de Aristóteles al concebir un sistema astronómico sin epiciclos, pero con esferas excéntricas al modo de Ptolomeo.

Como músico fue asimismo célebre entre sus contemporáneos. Todos los autores coinciden en sus dotes para el canto, la ejecución, la composición y la teoría musical y escribió un tratado acerca de las melodías musicales hoy perdido. En cuanto a su actividad como poeta nos han llegado algunas composiciones y anécdotas que reflejan su ingenio y dotes poéticas, pero su posible producción es desconocida. Él fundió la poesía árabe clásica con las formas romances de la lírica de influencia cristiana cuyo resultado fue la forma de moaxaja llamada zéjel, compuesta en árabe dialectal y adaptado a la melodía de las canciones cristianas. 

En su quizá obra capital, la ya nombrada El régimen del solitario, trata básicamente de una protesta moral contra el materialismo y la vida mundana de las clases dominantes de la época que vivió. En esta obra afirma que, dada la corrupción de la sociedad, el hombre que ha comprendido su verdadera condición debe mantenerse al margen de ella, al menos con el pensamiento. Cabe señalar que posteriormente, con el paso del tiempo, fue también citado por filósofos de la tradición cristiana, influyendo directamente en Santo Tomás de Aquino. 

Profesó, en resumen, una filosofía mística que le hizo ser acusado de herejía por sus correligionarios y con el tiempo pasó por Játiva, Almería, Granada y Orán, hasta recalar en la ciudad de Fez donde finalmente murió probablemente envenenado, en el año 1139. Por desgracia, la escasa sistematización de sus escritos y la pérdida de sus obras más importantes, así como el hecho de no ser conocida su filosofía en el occidente cristiano, lo relegaron al olvido hasta que se volvieron a hallar manuscritos de su obra ya en el siglo XX.

puerta lateral en pórtico del Salón Dorado, La Aljafería

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