Alhambra de Granada. Inscripciones epigráficas.

Epigrafía con ataurique en pared de la Alhambra.

Se tiene constancia de unas diez mil inscripciones dentro del conjunto monumental de Alhambra. Los epigramas más frecuentes relatan las hazañas y conquistas de los sultanes así como la excelencia de sus construcciones. La inscripción que más veces podemos encontrar se atribuye a Muhammad I o Al-Ahmar, fundador de la dinastía nazarí, cuyo lema reza "No hay vencedor sino Allah", repitiéndose cientos de veces en paredes, columnas, techos o arcos.

Todas las inscripciones epigráficas de la Alhambra fueron escritas en idioma árabe y fueron realizadas sobre tres tipos de materiales: madera, yeso y mármol. A pesar de que están escritas en árabe clásico son difíciles de leer para un lector árabe actual ya que se trata de una caligrafía ornamental y además conteniendo ingredientes que dificultan su lectura como ciertos adornos en la grafía y ornamentos florales.

Tres son los tipos de letra usadas en la Alhambra. La cúfica, de Kufa (Irak) fue la primera surgiendo en el siglo VII y era utilizada para copiar el corán, por lo que se consideró como letra sagrada. Fue poco a poco sustituida por la letra cursiva o nasji, que resultaba más fácil de leer, hasta que los artesanos granadinos crearon la cúfico geométrica siendo de una madurez creativa que nos sitúa ante una de las producciones estéticas más acertadas de cuantas aportaron los andalusíes al arte islámico.

escudo con el lema nazarí en su interior y decoración floral

La decoración árabe, al contrario que la encontrada en los palacios o catedrales europeas, renuncia a las figuras humanas y animales. Por ello, para la ornamentación de la ciudad nazarí los constructores recurrieron a formas geométricas y vegetales y, en ausencia de unas artes plásticas desarrolladas, a la caligrafía. De hecho, posiblemente no existe otro lugar en el mundo en el que recorrer muros, tacas, columnas, arcos o fuentes se convierta en un ejercicio tan similar al de hojear las páginas de un libro.

Los versos o poemas presentes en el conjunto monumental son los textos más conocidos y, de hecho, han suscitado el interés de intelectuales, especialistas o curiosos, igual que las inscripciones extraídas del corán, pero sin embargo tanto unos como otras solo representan una minoría de las inscripciones halladas en Alhambra siendo más numerosas las que buscan como objetivo principal reforzar la identidad nazarí del tipo didáctico, jaculatorio o regio.

Tras la frecuencia del lema nazarí, encontramos palabras de tipo votivo, como sustantivos o epígrafes breves que se supone son buenos deseos que proceden de la divinidad y que recaen sobre el sultán que gobierna o sobre la dependencia en la que está situada la inscripción, como Felicidad Bendición. También encontramos abundantes jaculatorias, que incluyen alusiones a Allah, del tipo "Alégrate del bien pues es Allah quien ayuda" o bien "Gratitud a Allah" así como "La eternidad es atributo de Allah".

epigrafía cúfica con ataurique en el Salón de Embajadores

Son igualmente numerosas las inscripciones regias, que incluyen el nombre del sultán, las fundacionales, realizadas con motivo de la inauguración de algún elemento arquitectónico, y las conmemorativas. Igualmente podemos encontrar muchas y variadas inscripciones del tipo sentencia como "Sé parco en palabras y saldrás en paz" y en menor medida, como ya se ha dicho, inscripciones coránicas de menor o mayor extensión así como leyendas poéticas

Podemos mencionar como ejemplo de lo dicho los 12 versos que encontramos en el pórtico norte del conocido Patio de los Arrayanes, en el Palacio de Comares, donde un poema de Ibn Zamrak rememora la conquista de Algeciras en honor al sultán Muhammad V. También en la Sala de Dos Hermanas, en el Palacio de los Leones, donde encontramos un poema de 24 versos encargado por el citado sultán Muhammad V con motivo de la fiesta de circuncisión de uno de sus hijos.

En la misma Sala de Dos Hermanas aparece una qasida decorando las yeserías, en cartelas rectangulares y circulares, formando el más extenso poema que se ha conservado en las paredes de Alhambra. Sobre los zócalos de esta sala se extiende la citada y bella qasida del poeta y visir antes mencionado, Ibn Zamrak, en caracteres cursivos que alude a la belleza de la propia sala, comparándola con un jardín, y a la de la maravillosa cúpula de mocárabes que la cubre. 

verso en cursiva por la toma de Algeciras, Patio de los Arrayanes

La epigrafía de la qasida nos descubre el significado cósmico de este espacio, a modo de visión nocturna de la constelación de las Pléyades, siendo un digno correlato y contraposición a la cúpula del salón de Embajadores en el Palacio de Comares. En los versos de la qasida de la Sala de Dos Hermanas encontramos "Yo soy el jardín que con la belleza ha sido adornado, contempla mi hermosura y mi rango te será explicado. Por mi señor, el imán Muhammad, rivalizo con lo más noble por venir o ya pasado. Por Alláh, su hermoso edificio supera, por ventura, a los demás que hayan sido construidos".

"¡Cúanta amenidad hay en él para la vista! ¡Cómo el alma del benévolo realiza allí sus deseos! Cinco pléyades que lo protegen tiene, y la lánguida brisa en él sublime se vuelve. Allí está la espléndida cúpula, sin igual, cuya belleza oculta y manifiesta verán. Orión le tiende la mano para saludarla, y la luna llena se le acerca para conversar. Las brillantes estrellas quieren quedarse en ella, dejando en el cielo de girar, y en sus dos patios presentarse para servir y complacer, mejor que las esclavas, al sultán".

"Extraño no es que a los luceros dejen en lo alto y rebasen el límite fijado dispuestas a servir a mi señor, pues quien al grande sirve grandezas recibe. Con la cúpula, tal esplendor alcanza al aposento que el palacio a competir llega con el firmamento". ¡Con qué galas de adornos bordados lo realzaste que al tejido del Yemen hacen olvidar! ¡Cuántos arcos se elevan en su cúspide sobre columnas envueltas por la luz! Arcos de esferas celestes girando te parecen que hasta el pilar de la aurora cuando despunta ensombrecen".

epigrafía cursiva en capitel de columna

"Son columnas de todo punto insólitas sobre las que vuelan y circulan los proverbios. Allí, el mármol pulido y reluciente, la oscuridad de las sombras ilumina. Y cuando las columnas brillan con los rayos de sol perlas las creerás a pesar de su dimensión. Nunca vimos palacio de más suprema apariencia, de más claros horizontes, ni con más amplio lugar de reunión. Nunca vimos jardín de más agradable verdor, de más aromáticos espacios, ni de más dulces frutos".

"En él se cambian dos monedas por su justo valor, según el juez de la hermosura permitió, pues si, al alba, de la mano de la brisa viene llena con dirhames de flores que suficientes son, al reservado del jardín luego lo llenan, entre las ramas, y lo engalanan, dinares de sol. Entre la victoria y yo hay el más noble linaje, linaje que, siendo el que es, te basta".

Hasta hace muy poco se habían traducido los poemas, dejando de lado los epigramas de menor tamaño e importancia. Los aposentos del sultán nazarí, en el interior del Palacio de Comares, son los que poseen un número mayor de textos, concretamente el 35 % del total según se recoge en el Corpus Epigráfico de la Alhambra. Estos textos podían ser originalmente compuestos para la ocasión o ya escritos con anterioridad, como ocurre con las suras y versículos coránicos.

lema nazarí alrededor y Bendición en el centro, Palacio de los Leones

Los escritores Ibn al-Zayab, Ibn al-Jatib e Ibn Zamrak son los autores de la mayor parte de los textos que encontramos a día de hoy en el conjunto monumental de la Alhambra. Los tres hombres citados formaban el grueso de los poetas de la corte del sultán Yusuf I durante el siglo XIV. Del autor Ibn al-Yayyab, quien fue poeta de varios emires y sultanes nazaríes desde Muhammad II a Yusuf I, también podemos encontrar alguno.

Como ejemplos, los versos 2 y 3 del poema de Ibn Zamrak que encontramos en la fuente de mármol central situada en el Patio de los Leones, ubicada a su vez en el centro del palacio del mismo nombre "Pues, ¿acaso no hay en este jardín maravillas que Allah ha hecho incomparables en su hermosura y una escultura de perlas de transparente claridad, cuyos bordes se decoran con orla de aljófar?".

Tambien los versos 3 y 4 del poema de Ibn al-Yayyab pueden leerse en el interior de la Torre de la Cautiva "La Alhambra se ha adornado con ella de tal suerte que resplandece con la belleza de sus adornos y es una flor para quien la huele. Calahorra a la que sostienen las estrellas del espacio en la esfera celeste y la cruzan [las Pléyades y Piscis]".

epigrafía ornamental en pared de la Sala de Dos Hermanas

Es realmente difícil encontrar en Alhambra espacios libres de decoración ya que incluso los mocárabes, siendo construcciones a base de prismas, incluyen a veces una inscripción en cada una de las caras del prisma. Tras el laborioso trabajo del arabista e investigador Juan Castilla, se han encontrado inscripciones en estancias subterráneas, peldaños e incluso en material de derrumbe apilado durante siglos. 

En definitiva, la Alhambra puede contemplarse como un gran libro, no basta con visitarla. Para hacerse una idea fiel de la intención de los constructores de la Alhambra y de la profunda razón de su esplendor, hay que leer en columnas, capiteles, arcos, fachadas, lápidas, fuentes, tacas, murales, cúpulas y en sus más recónditos rincones. La epigrafía de sus muros es única, incomparable y con una decoración que la cubre como si se tratase de una segunda piel. Algunos arabistas nos dicen, con toda lógica, que Alhambra de Granada es el libro más bello del mundo siendo esto lo que la hace tan sumamente especial.

epigramas cursivos con lema nazarí en la Sala de la Barca

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