Alhambra de Granada. Palacio de los Leones. Sala de Dos Hermanas.

sala principal de Dos Hermanas y Patio de los Leones al fondo

La conocida como Sala de Dos Hermanas se encuentra en el lado norte del Patio de los Leones, justo en el lado opuesto a la Sala de los Abencerrajes. El nombre de Dos Hermanas no procede de ningún hecho histórico ni leyenda acaecida en ella sino a las dos losas gemelas de mármol blanco que encontramos en el suelo a ambos lados de su fuente central, exactamente iguales en tamaño, color y peso siendo las más grandes del conjunto de la Alhambra

Esta sala era el centro de una serie de habitaciones que se considera servían de residencia a la sultana y a la familia real durante el invierno, y se sabe que Aixa, la madre del último rey de Granada conocido como Boabdil el Desdichado, vivió aquí un tiempo con sus hijos tras haber sido repudiada por el sultán Abū ul-Ḥasan Alī Ibn Saad, mayormente conocido como Muley Hacén. Esta sala de Dos Hermanas había sido construida anteriormente por orden del sultán Muhammad V en su primera etapa como monarca en el siglo XIV. 

arcos de entrada desde el Patio de los Leones

Esta Sala de Dos Hermanas, que como decimos pertenece al llamado Palacio de Los Leones, se compone de una sala cuadrada que contiene en su interior alcobas con techos de lazo que comunican con las habitaciones del que sería (posteriormente, en época cristiana) el emperador del Sacro Imperio Romano, Carlos V y, a través de un balcón, también esta sala comunica con el Patio de Lindaraja o Daraxa desde el sublime mirador que cuenta con el mismo nombre.

La entrada a esta Sala de Dos Hermanas se realiza a través de un arco semicircular festoneado, que conserva su puerta de taracea original, actualmente conservada en el museo de la Alhambra desde el año 1995. Hay que pasar bajo tres arcos para acceder al interior de la sala. Tanto en el arco interior como en el exterior destaca la rica labor de ataurique de tramos lobulados con pequeñas conchas en el centro e inscripciones tales como "La gloria permanente es de Dios" o bien "La soberanía es de Dios", actualmente bastante deterioradas.

mirador de Lindaraja desde Sala de Dos Hermanas

Al acceder desde el Patio de los Leones, como ocurre en la Sala de los Abencerrajes, encontramos en los laterales estrechos pasadizos con pequeñas puertas al fondo. La puerta de la derecha nos lleva al harén alto o chanam con sus aposentos y con techos labrados en el siglo XVI, accediendo a través de una escalera. La otra puerta nos comunica directamente con la letrina, a la izquierda. Los musulmanes difundieron en Al-Ándalus el uso del retrete con desagües por conducciones mucho antes que en el resto de Europa. El retrete en sí era una losa con un agujero alargado, pero contaban también con lavadero y sistema de aireación independientes.

Esta Sala de Dos Hermanas es una de las más bellas del palacio siendo la más antigua de todas las que rodean el célebre Patio de los Leones. El pavimento de la sala, de mármol, posee en el centro una pequeña fuente con surtidor y un canalillo que conduce el agua hasta el citado Patio de los Leones. Según un poema rescatado de Ibn al-Jatib, esta sala también fue nuevo mexuar del sultán Muhammad V y el mirador del fondo le servía de salón del trono a la vez que le dejaba contemplar el bosque de la Alhambra, el valle del río Darro y el barrio del Albayzín.

pasadizo y puerta izquierda de acceso a letrina

El elemento más impresionante de la sala, por su belleza y perfección, es la magnífica cúpula de mocárabes que encontramos en su techo, en la que la iluminación ha sido perfectamente estudiada mediante la abertura de ventanitas laterales, convirtiendo la cúpula en una preciosa flor de una riqueza exquisita que el poeta Ibn Zamrak ya dejó recogida mediante un poema del que podemos encontrar un fragmento sobre el zócalo de azulejos y que nos detalla "Allí está la espléndida cúpula, sin igual, cuya belleza oculta y manifiesta verán. Orión le tiende la mano para saludarla, y la luna llena se le acerca para conversar". 

Y tras diversos detalles de la Sala, prosigue "Con la cúpula, tal esplendor alcanza al aposento que el palacio a competir llega con el firmamento". ¡Con qué galas de adornos bordados lo realzaste que al tejido del Yemen hace olvidar! Las brillantes estrellas quieren quedarse en ella, dejando en el cielo de girar (...) ¡Cuántos arcos se elevan en su cúspide sobre columnas envueltas por la luz! Arcos de esferas celestes girando te parecen que hasta el pilar de la aurora cuando despunta ensombrecen".

magistral cúpula de mocárabes en sala de Dos Hermanas

La espléndida cúpula de esta Sala de Dos Hermanas es, en definitiva, un prodigio de composición en sí misma con 5.416 piezas exactamente y aún a día de hoy conserva restos de su policromía de distintos colores aparte de plata y oro. Cabe destacar los huecos que se hacen en ella, con lo que ofrece sensación de lejanía y movimiento, para de nuevo buscar el simbolismo de la bóveda celeste arropándose con la figura de la estrella de ocho puntas. 

La planta cuadrada de esta Sala de Dos Hermanas se convierte, por lo tanto, en un octógono en la parte alta por medio de unas trompas, también realizadas de mocárabes, en las que se apoya el techo ochavado, el cual tiene dos ventanas altas en cada plano del octógono para así dejar pasar la luz. Estas trompas conservan restos de pintura original en colores verde, azul y rojo oscuro con formas vegetales pintadas en verde.

cúpula de la sala de Dos Hermanas con distinta entrada de luz

El efecto buscado con la composición de los mocárabes y la disposición de la iluminación crea la sensación de movimiento que la luz imprime al techo según el ángulo en que incide en cada momento del día con el transcurrir de la luz solar. Por tanto, no hay dos segundos del día en que la cúpula de esta sala tenga el mismo aspecto y su eterna mutación dentro de la unidad se constituye en metáfora del cielo estrellado, girando en torno al norte. 

Dicho de otra forma, esta magnífica cúpula encierra un significado cósmico pues, según el antes recitado poema de Ibn-Zamrak que aparece en las paredes o muros de esta Sala de Dos Hermanas, los cuerpos celestes de la cúpula se mueven en sus órbitas cambiando su aspecto de día y de noche sugiriendo la idea de una cúpula giratoria, que refleja el ciclo diario de luz y oscuridad y las posiciones cambiantes de las constelaciones.

vista de la yesería superior y ventanas bajo mocárabes

Las paredes de la sala están cubiertas de unas finísimas yeserías con diversos temas, entre los que podemos encontrar tanto el clásico lema de los nazaríes «Sólo Dios es vencedor» como también, por ejemplo, unas manos cerradas. Existe otra teoría, quizá más cierta, acerca del origen del nombre de esta sala y se refiere a otra poesía escrita en sus muros que nos dice "La constelación de Géminis le extiende la mano en señal de amistad y la luna se acerca a ella para hablar en secreto". Con lo que tendríamos los dos gemelos, Géminis, acercándose a la sala.

Un precioso zócalo de alicatados adorna la sala. Por sus reflejos metálicos y composición figura entre los más bellos y originales de toda la Alhambra. Las piezas están decoradas con pequeños escudos y alrededor de ellos se desarrolla el laberinto de líneas quebradas sin principio ni fin. Por encima de este zócalo también se extiende una bella qasida del ya citado poeta Ibn Zamrak -en caracteres cursivos-, que antes nos habló del firmamento, y también alude a la belleza de la sala comparada con un jardín diciendo "Yo soy el jardín que con la belleza ha sido adornado, contempla mi hermosura y mi rango te será explicado".

detalle del alicatado de cintas en la Sala de Dos Hermanas

Un friso formado por almenillas remata los zócalos del interior de esta Sala de Dos Hermanas y los de las jambas de las puertas. Los muros de la sala, en definitiva, presentan un zócalo de alicatados a base de cintas de colores en los que se alternan los escudos lisos con los que incorporan el lema nazarí "Sólo Allah es vencedor" cuyo diseño recuerda al de los alicatados que enmarcan las puertas de la fachada del Palacio de Comares, mientras que las jambas de los arcos que comunican con las dependencias anexas exhiben alicatados de ruedas que siguen los patrones característicos de la época de Muhammad V.

También podemos encontrar sobre el zócalo de la sala principal un poema compuesto expresamente por Ibn Zamrak para la ceremonia de circuncisión del príncipe Abd Aliah, hijo de Mohammed V, que probablemente tuvo lugar aquí. Este poema sustituyó a uno anterior del poeta Ibn al-Jatib que fue borrado a raíz de su exilio. Y situado en las jambas de la puerta que comunica la Sala de Dos Hermanas con la Sala de los Ajimeces encontramos un alicatado de rueda de estrellas concediendo un especial protagonismo a la estrella de ocho puntas.

taqa bajo arco de acceso a alcoba norte

Esta estrella de ocho aparece tanto en forma de pieza cerámica de color azul y melado como en la trama de lazo blanco. Esta Sala también nos ofrece alicatados con revestimientos cerámicos en los cuales se combinan ruedas con estrellas de dieciséis puntas con ruedas con estrellas de ocho, de forma que la rueda central se corresponde con un hexadecágono, mientras que las de alrededor se inscriben en octógonos regulares formando un conjunto geométrico equilibrado. Igualmente, merece la pena detenerse a admirar las yeserías así como la diversa decoración de las taqas, bajo los arcos.

La distribución de esta Sala de Dos Hermanas es semejante a la vecina Sala de Abencerrajes, situada enfrente, pero de mayor amplitud y riqueza decorativa. Se diferencia de aquella por estar abierta al exterior y, en su planta alta posee ventanas al interior de la qubba o sala principal, cubiertas con delicadas celosías de madera. Por encima de los arcos interiores que distribuyen la sala principal podemos ver los arcos, mucho más pequeños, que guardan esas ventanas. 

planta superior de Sala de Dos Hermanas

Por otra parte, las estancias superiores de esta sala tenían carácter privado y se encuentran cerradas al público para su mejor conservación. Sin duda, la Sala de Dos Hermanas debió de poseer las mejores perspectivas del conjunto de la Alhambra de la época nazarí y es que arte y naturaleza quedaron integrados de forma perfecta en esta vivienda palatina, con la decoración vegetal de atauriques figurativos en el interior y los jardines que por todos sus flancos envolvían la estancia desde el exterior.

En las dos alcobas laterales de esta Sala de Dos Hermanas, ligeramente elevadas mediante un peldaño, encontramos el habitual alhamí o compartimento para el reposo, situado al extremo. Ambas estancias presentan en su parte superior una elegante decoración de yesería y magníficos artesonados, así como ventanas al exterior; la de la izquierda fue transformada en puerta para comunicar con los aposentos añadidos en época cristiana para disfrute del emperador Carlos V.

vista de alcoba lateral y ventana con celosías

La sala de Dos Hermanas también cuenta con un espléndido mirador en su fondo norte, como ya se citó anteriormente. Este mirador es conocido como el mirador de Lindaraja y cuya antesala es nombrada como la Sala de los Ajimeces debido muy posiblemente a sus balcones gemelos volados de madera con celosías. Esta Sala de los Ajimeces es rectangular y está cubierta por una cúpula de mocárabes rehecha en el siglo XVI. Sus paredes están decoradas con variadas yeserías con inscripciones religiosas y escudos con el conocido lema nazarí. 

Un friso rodea la Sala de los Ajimeces bajo la cúpula con una inscripción que reza "La ayuda y protección de Allah y una victoria espléndida sea para nuestro señor Abu' Abd Allah emir de los muslimes". A la cámara del mirador del fondo, el ya citado mirador de Lindaraja o Daraxa, se accede a través de un gran arco apuntado de mocárabes que la separa de esta Sala de los Ajimeces. Este mirador cuenta con mocárabes en los arcos laterales y albanegas labradas en el arco central, tratándose de una salita de planta cuadrada. 

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