vista del mirador de Lindaraja |
Para acceder a este llamado mirador de Lindaraja o Daraxa, se ha de atravesar un gran arco apuntado de mocárabes que la separa de la llamada Sala de los Ajimeces, siendo ésta continuación de la más principal Sala de Dos Hermanas, en el interior del Palacio de los Leones. Este mirador se encuentra, por tanto, en el flanco norte de la Sala de Dos Hermanas. El mirador cuenta con mocárabes en los arcos laterales y albanegas labradas en el arco central, tratándose en su conjunto de una espléndida salita de planta cuadrada.
Sobre el arco de entrada al mirador hay tres ventanas de celosía, pero la central es una ventana falsa y cuenta con dos escudos nazaríes lisos dispuestos verticalmente. El suelo, entre las dos jambas del arco de entrada, conserva aún bastante del alicatado original con un motivo geométrico diferente y de mayor escala. El magnífico zócalo de finísimo alicatado, casi en miniatura, se completa con dos de las pocas inscripciones realizadas con piezas de cerámica en la Alhambra.
Según se accede, a la derecha, una inscripción en cursiva nos dice "El auxilio divino, el dominio y la clara victoria sean para nuestro señor Abu 'Abd Allah, príncipe de los musulmanes". En cuanto a la inscripción que encontramos en la zona izquierda, aunque deteriorada en el tercio superior impidiendo la lectura completa, todo indica que la leyenda puede traducirse como "Gloria a nuestro señor el sultán Abu 'Abd Allah, hijo de nuestro señor el sultán Abu l-Hayyay" en referencia, primero a Mohammed V y, luego, a su padre Yusuf I.
detalle de mocárabes e inscripciones en el mirador |
La estancia que conforma el mirador, que como ya se ha dicho es de planta cuadrada, se abre con ventanas gemelas en cada uno de sus tres lados exteriores y con el alfeizar o poyete inferior muy bajo porque los habitantes de la Alhambra solían sentarse en el ajimez, ocupando unas jamugas, junto con almohadones dispuestos en el suelo para divisar las magníficas vistas así como disfrutar de la luz natural procedente de las ventanas que refuerzan el ambiente relajado del mirador.
Se considera que este mirador funcionaba en origen como una tribuna con vistas a los jardines exteriores -que se extendían hasta la muralla que separaba la Alhambra del barranco labrado por el río Darro- y también con vistas hacia la ciudad de Granada, en concreto hacia el arrabal del Albayzín. Según la tradición, esta estancia era el lugar favorito de la mujer del sultán Muley Hacén y madre de Boabdil, la sultana Aixa, ya que ella ocupó las estancias de la Sala de Dos Hermanas al ser repudiada por el sultán.
También se considera que el nombre del mirador -Daraxa- procede de la corrupción fonética de las palabras Ayn Dar Aixa, expresión que puede traducirse como Ojos de la casa de Aixa, aunque no es constatable con la documentación nazarí conocida. Por su parte, Yusuf III menciona este mirador con la única denominación de bahw o pabellón o aposento, situándolo contiguo a la Cúpula Mayor haciendo referencia, sin duda, a la Sala de Dos Hermanas.
vista del Patio de Lindaraja desde el mirador |
A través de las ventanas del mirador ya no tenemos una vista de la ciudad de Granada como en su día el sultán Muhammad V, sino que contemplamos los actuales Jardines de Daraxa construidos entre los años 1526 y 1538 y, por tanto, en época cristiana al tiempo que se construían las habitaciones del emperador Carlos V, sobre jardines que ya existían entre el alcázar y la muralla. En este jardín o Patio de Lindaraja podemos encontrarnos hoy con cipreses, acacias, naranjos y arbustos de boj, rodeando su gran fuente central de mármol.
El mirador de Lindaraja cuenta con un zócalo de azulejos de color negro, blanco y amarillo, bellísimo por su finura y destreza a la hora de realizar el complicado motivo que exhibe. En resumen, puede concretarse que estos zócalos de diminutos azulejos muestran una sencilla pero vistosa sucesión de ruedas de estrellas con lazo de ocho en doble trama y bello colorido ocre, negro, berenjena, celeste y verde, y las cintas de lazo en tono marfil rematados por inscripciones con caracteres recortados en piezas de cerámica negra sobre fondo blanco, dispuestas como un puzzle.
También llama la atención la lacería de estrellas situada en una de las jambas del arco de acceso al mirador, siendo un alicatado que incluye piezas de poco más de 2 mm de anchura con la complejidad que ello conlleva y siendo, seguramente, el alicatado más exquisito. Puede decirse que este mirador, pese a sus dimensiones modestas, contiene en sus muros un gran número de detalles decorativos evidenciando la importancia que tuvo durante la época nazarí.
detalle de alicatado en mirador de Lindaraja |
El suelo de este mirador de Lindaraja también está compuesto de azulejos, aunque se encuentra muy deteriorado y sobre el zócalo del propio mirador vemos una exuberante decoración en estuco, con variedad de formas decorativas como ataurique en las albanegas de los arcos, lacería sobre los arcos, cartuchos y polígonos con inscripciones, mocárabes, etc, culminando en una serie de arquillos ciegos, que soportan un friso con la omnipresente frase de la dinastía nazarí "Sólo Dios es vencedor" o bien "No hay vencedor sino Allah".
Puede decirse que el mirador de Lindaraja atesora una de las decoraciones más primorosas del Palacio de los Leones o al-Riyad al Said, con diversas composiciones geométricas y epigráficas y con unas delicadas yeserías que enmarcan la ventana frontal, bajo un arco ciego de mocárabes con forma de V invertida que se encuentra por encima de otro arco ficticio de medio punto y lobulado. El tímpano contiene una compleja composición caligráfico-lineal rellena de ataurique con una estrella de ocho puntas en la parte central formada por dos cuadrados superpuestos; sus lados llevan un pequeño semicírculo central y sus esquinas generan lazos.
En su interior puede leerse la inscripción árabe Allahu jayrun hifzan wa-Huwa arhamu al-rahimin Sadaqa Allahu al-'Azim que, traducido al castellano, nos indica que "Dios es quien cuida mejor y es la suma misericordia (Corán 12, 64) y Dios el Grandioso ha dicho la verdad". A ambos lados de esta estrella nos encontramos con círculos poli-lobulados con sendos escudos lisos rodeados de elementos vegetales. En su conjunto y estructura, estos arcos ciegos del mirador cuentan con una decoración extraordinaria y magnífica.
arcos ciegos con mocárabes en el mirador de Lindaraja |
Siguiendo con las múltiples inscripciones que encontramos en este mirador, enmarcando las ventanas de la estancia, podemos leer "Yo soy de este jardín el ojo fresco" (...) en mí, a Granada ve, desde su trono" haciendo referencia a las vistas que contemplaba Muhammad V y sobre los ventanales se encuentran los ya mencionados arcos apuntados de mocárabes, en cuyos paños aparecen tanto las citadas inscripciones caligráficas de alabanza a Dios, como también al sultán y varias poesías.
Así, en la ventana izquierda puede leerse "Gloria a la honra de los siglos y conquistador de las ciudades, nuestro señor Abu 'Abd Allah, orgullo de los Banu Al-Ansar". Del mismo modo, en la ventana derecha encontramos otra alabanza al sultán que nos indica "Gloria a nuestro señor el sultán Abu 'Abd Allah al-Gani bi-Llah, sustente Dios su autoridad". Y a lo largo del marco de la ventana principal pueden leerse una serie de poemas que definen muy bien tanto la función del mirador como la posición del que mira.
Entre el texto principal, extraemos "En este jardín yo soy el ojo lleno de gozo, y la pupila de este ojo es nuestro Señor Muhammad V, alabado por su valentía y generosidad, con notable fama y graciosa virtud. Él es la luna llena en los horizontes del imperio, sus signos son perennes y su luz es brillante. En su morada él no es otro que el sol, cuya sombra es beneficiosa. En mi él mira desde su trono califal hacia la capital y su reino entero".
techo de madera y cristal en el mirador de Lindaraja |
El techo restaurado del mirador, por su parte, se presenta como una armadura de madera de pino en forma de artesa invertida, con cristales de variados colores, que proporciona iluminación cenital. Para realizar el vidrio que compone este techo se utilizó la técnica del "soplado en corona" que consiste en extraer la masa vítrea al rojo derretida desde el crisol mediante una vara y girarla hasta abrirla en un círculo, de ahí su nombre. Cuando se enfría se dibujan las piezas y luego se cortan.
Posiblemente muchas de las ventanas de los distintos palacios nazaríes de la Alhambra disponían en su origen de celosías de estructura semejante al techo de este mirador, aunque no se han conservado hasta la actualidad. Según un texto del año 1362, existía en el Palacio del Mexuar un espectacular techo de cristal de este estilo, bajo el mandato de Muhammad V, que habría desaparecido con la conversión de la sala principal del Mexuar en época de los llamados reyes católicos. También hay diferentes crónicas de la existencia de bóvedas de linterna cenital en otros espacios, como en el Palacio de los Alijares.
El techo, en definitiva, se trata de una verdadera joya conformando la parte superior de esta pequeña estancia o mirador y, muy probablemente, este lugar sea uno de los espacios con un carácter más áulico del conjunto que forma el Palacio de los Leones. Por su parte, Ibn Zamrak es el autor de los cuatro versos que aparecen inscritos en cada jamba y que se presentan en su Diwan como un mismo poema, el cual fue dividido al grabarse en la pared igual que sucediera en la entrada de la Sala de Dos Hermanas.
reflejo del techo acristalado sobre las paredes del mirador |
Su traducción nos dice "Todas la artes me han enriquecido con su especial belleza y dotado de su esplendor y perfecciones. Aquél que me ve juzgue por mí la hermosura de la esposa que se dirige a este vaso y le pide sus favores. Cuando el que me mira contempla atentamente mi hermosura, engaña a sus ojos con una apariencia pues al mirar en mi espléndido fondo cree que la luna llena tiene aquí fija su morada, habiendo abandonado sus mansiones por las mías.
No estoy sola, pues desde aquí contemplo un jardín admirable; no vieron los ojos cosa semejante a él. Este es el palacio de cristal; sin embargo ha habido quien el verlo lo ha juzgado un océano proceloso y conmovido. Aquí esparce el aire fresco su aliento; la atmósfera es sana y el céfiro agradable. He llegado a reunir todas las bellezas, en términos que de ellas toman su luz los astros en alto firmamento. Ciertamente yo soy en este jardín un ojo lleno de alegría y la pupila de este ojo es en verdad mi señor."
En definitiva, el mirador de Lindaraja o de Daraxa es uno de los más bellos rincones de la Alhambra que se abría originariamente al paisaje y no a un jardín como actualmente, permitiendo la vista sobre un huerto-jardín bajo que se prolongaba hasta la muralla norte de la ciudad palatina. Debió construirse en la segunda mitad del siglo XIV bajo el gobierno de Muhammad V junto al resto del Palacio de los Leones. Sin ninguna duda, la vista desde aquí debía ser espectacular antes de construirse las habitaciones del palacio de Carlos V.
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