Alhambra de Granada. Torre de la Cautiva.

detalles en balcón de la Torre de la Cautiva

La torre de la Cautiva, situada en el camino de ronda de la muralla noreste del recinto granadino de la Alhambra, se trata de una construcción militar levantada en el siglo XIII que se adecuó posteriormente como vivienda para uso residencial bajo mandato del sultán nazarí Yusuf I (años 1333-1354) coincidiendo con una de las etapas de auge constructivo en el conjunto monumental de la Alhambra. 

Esta torre fue también conocida en el siglo XVI como Torre de la Ladrona o Torre de la Sultana y posteriormente se cambió su nombre por el actual de Torre de la Cautiva debido a la leyenda literaria romántica entrecruzada con datos históricos que nos cuentan que en esta torre vivió la joven Isabel de Solís en el siglo XV. Esta joven había llegado al sultanato nazarí de Granada como cautiva cristiana, de ahí que la llamaran la romía

vista exterior de la Torre de la Cautiva en la Alhambra

La joven Isabel contaba con unos 15 años cuando fue capturada, después de que los nazaríes conquistaran el castillo fronterizo de Higuera de Martos, en la provincia de Jaén. Allí vivía esta doncella bajo la protección de su padre, Sancho Jiménez de Solís, que además de alcaide del lugar era comendador de Martos. La romía llegó a la ciudad nazarí y entró a formar parte del harén del sultán.

El padre del último sultán de Granada conocido como Boabdil, el sultán Muley Hacén, muy pronto se fijó en Isabel. Contempló la blancura de su piel, su cabello rubio y sus ojos casi celestes. Quedó prendado y se enamoró casándose con ella, provocando con ello uno de los episodios finales más convulsos de la dinastía nazarí. El matrimonio no fue bien recibido en la Alhambra ya que los abencerrajes se opusieron y contaron con la complicidad de la entonces sultana Aixa, la madre de Boabdil.

La unión de los abencerrajes con Aixa logró que el sultán Muley Hacén se viera obligado a abdicar del trono nazarí exiliándose en el castillo de Mondújar, que también cuenta con una torre del mismo nombre. Aunque ella era hija del alcaide del castillo de Higuera de Martos, Isabel de Solís se convirtió al islam con el nombre de Fátima Zoraya, que hay quien lo traduce como Lucero del Alba, y juntos tuvieron dos hijos: Nasr ben Ali y Saad ben Ali.

pilares en patio de la Torre de la Cautiva

Según parece, Isabel de Solís residió en esta torre-palacio hasta que el sultán Muley Hacén la tomó como su esposa favorita siendo entonces cuando ella se convirtió al islam adoptando a su vez el nombre de una constelación, las Pléyades, en árabe Thurayya, y se supone que de ahí derivó luego el nombre en Zoraida o Zoraya. Parece ser que ella se adaptó bastante rápido a la vida en la Alhambra e incluso se enamoró también del sultán.

Se puede acceder al interior por la vertiente sur de la torre, tras cruzar un puente de bóveda de cañón recientemente restaurado que permite salvar la calle-foso que recorre el lienzo de la muralla. Llegamos a la planta baja por un pasadizo en recodo para conservar la intimidad e impedir el paso al atacante y encontramos un patio con galerías abiertas por arcos peraltados sobre pilares y festoneados en tres de sus lados, con profusa decoración de mocárabes. 

En este patio entra la luz a través de una bocana que alcanza la terraza de la torre y en él encontraremos diversas yeserías en buen estado de conservación que cubren prácticamente gran parte de este espacio, principalmente las zonas altas de las columnas y de los arcos que las unen. En las zonas bajas de las paredes comprobaremos la ausencia de los zócalos que la cubrían. El patio de la torre, a su vez, comunica con la sala principal. 

taqa bajo arco de acceso a la sala principal

Antes de entrar en la sala principal de la torre merece la pena detenerse a contemplar las magníficas taqas situadas a ambos lados del arco de acceso. La sala principal en el interior de esta Torre de la Cautiva es una sala cuadrada, la cual presenta un artesonado del siglo XIX y unos camarines con balcones en cada uno de sus tres lados a modo de alcobas que miran al exterior. 

Las espectaculares yeserías que se pueden contemplar en esta sala recubren la totalidad de la estancia y se pueden observar aún, originalmente policromados, distintos colores que cubren diversas zonas de las mismas. Tanto en cenefas, frisos o grecas pueden leerse versos y textos, contemplar decoraciones florales y lacerías así como distintas figuras geométricas, e incluso pequeñas zonas cubiertas de mocárabe.

Cada una de las alcobas de la estancia principal presenta una ventana de doble arco dividida por una columna de mármol, permitiendo la visión sobre el barranco que forma la llamada Cuesta de los Chinos, las torres cercanas llamadas Torre del Cadí y Torre de las Infantas, además de las huertas, los jardines y el palacio del Generalife

acceso a sala principal y vista de alcoba frontal

Aunque esta Torre de la Cautiva, exteriormente, apenas se diferencia del resto de las torres que componen el recinto amurallado, el interior de decoración residencial bien podría ser uno de los espacios más exquisitos de toda la ciudad monumental de la Alhambra. Además, la magia y la leyenda acerca de Fátima Zoraya convierten a esta torre en un lugar de visita imprescindible. 

Otro de los elementos más destacados de la sala principal es el alicatado de los zócalos que corren por la zona inferior de los paramentos; presenta bellas trazas, con piezas de variados colores, entre los que sobresale el color púrpura, cuya utilización en la cerámica arquitectónica ha sido considerada como única. La reforma antes mencionada, acometida bajo orden de Yusuf I, incluyó la elaboración de alicatados de diseño exquisito, que en la sala principal se remataron con cartelas con citas coránicas.

Para componer dichas inscripciones, los artesanos tuvieron que recortar las letras en cerámica azul y combinarlas con las piezas blancas que sirven de fondo, sobresaliendo sobre el zócalo, por tanto, la cartela epigráfica que bordea la parte superior, siendo similar a la existente en el llamado Mirador de Lindaraja (en la Sala de Dos Hermanas del Palacio de Los Leones), siendo este texto un poema del gran visir Ibn Al-Yayyab, maestro y predecesor del otro gran visir de la dinastía, Ibn Al-Jatib.

alicatados y cartela epigráfica, Torre de la Cautiva

Su programa decorativo, propio de los mejores palacios nazaríes, incluye esos alicatados que destacan tanto por sus complejos patrones geométricos, equiparables a los del Salón de Embajadores del Palacio de Comares, como por su cromatismo, ya que en ellos se pueden encontrar las únicas piezas vidriadas de tonos púrpura de toda la ciudad palatina de la Alhambra. En la Edad Media ese color estaba estrechamente vinculado a la idea de poder, ya que su obtención era muy costosa. 

En el caso concreto de los alicatados de esta Torre de la Cautiva, los tonos púrpura se consiguieron cociendo las piezas a las temperaturas más altas, en un proceso que consumía más tiempo y recursos de lo que era habitual. En concreto, en las alcobas laterales, se combinan piezas de tonos fríos con las de color melado y púrpura. También esta sala cuenta con lacería con estrellas de dieciséis puntas y con lacería con estrecha de ocho.

Es decir, los paneles de alicatado que decoran los muros de las alcobas laterales de la Torre exhiben cuatro ruedas de lacería, cada una de ellas compuesta por una trama de cintas blancas que se articula en torno a una estrella azul de ocho puntas. Como motivo central, las distintas formas poligonales que aparecen en este mosaico se pueden trazar a partir de dos redes de cuadrados superpuestas y entre las figuras que componen el motivo central destacan la estrella de ocho y el zafate de doce lados.

magníficas yeserías y alicatados en paredes de la sala principal

Las paredes aparecen, como se ha dicho, recubiertas de finas yeserías y con inscripciones que nos revelan la importancia defensiva de esta Torre de la Cautiva dentro del conjunto así como su carácter de auténtica torre-palacio de gran belleza. Entre los poemas que acompañan la estancia se puede leer "En sus zócalos de azulejos y en su suelo hay prodigios cual tejidos"

Y esta torre es llamada qalahurra o torre-palacio en un poema epigráfico que figura en el interior de su sala principal, diciendo "Esta obra ha venido a engalanar Alhambra; es morada para los pacíficos y los guerreros; Calahorra que contiene un palacio ¡Di que es una fortaleza y a la vez mansión para la alegría! Es un palacio en el cual el esplendor está repartido entre su techo, su suelo y sus cuatro paredes".

Esta torre fue restaurada entre los años 1873 y 1876, tras haber sido vivienda primero de los alcaides cristianos y luego de particulares. De cualquier modo su estructura, idéntica a los palacios del recinto, la convierten en un buen ejemplo de decoración nazarí. De hecho, por su estructura arquitectónica y su composición decorativa, es el hito que subraya el momento de mayor pureza del arte nazarí.

vista de patio y entrada desde la sala principal

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