Alhambra de Granada. Palacio del Mexuar. Oratorio.

oratorio en el interior del Palacio del Mexuar

En la ciudad de la Alhambra, además de la mezquita principal, existen varios oratorios pequeños que sirvieron para uso del sultán, su familia y la corte. A este oratorio, aun siendo contiguo a la Sala principal del Palacio del Mexuar, se accedía originalmente desde la Torre de los Puñales a través de la galería del Patio de Machuca, uno de los patios del Mexuar, pero esta vieja comunicación nos está hoy vetada. La puerta actual que hoy comunica este oratorio con la Sala principal del Mexuar, a través del lienzo sur de ésta última, es posterior, por lo que solo podemos disfrutar de esta pequeña estancia desde la puerta cristiana. 

Frontal del muro de la qibla y salida a la sala principal del palacio

El nivel del suelo estaba situado a la altura del poyete que encontramos bajo las ventanas y fue rebajado el pasado siglo para facilitar su visita. Para conocer cuál fue la altura de suelo original hay que fijarse en las ventanas o en el mihrab. De todas formas, la explosión que se produjo en el año 1590 en la casa de un polvorista junto a la iglesia de San Pedro arruinó toda la estancia que fue restaurada en su momento y después terminada en el año 1917.

Las ventanas permitían al creyente, sentado en el suelo y con el brazo apoyado en el alféizar, divisar el paisaje granadino. Todo el flanco norte o frontal del oratorio destaca por su extraordinaria factura y compleja yesería, presentando unos fabulosos ventanales granadinos formando cuatro balconcillos, tres de ellos con arcos gemelos, coronados por igual número de pequeñas ventanillas cerradas con celosías.

balconcillos frente al barrio del Albaycín de Granada

A su vez, todo el frontal de esta pequeña estancia u oratorio permanece abierto con vistas hacia el barrio del Albayzín y con una perspectiva que sin duda invitaba al creyente a la meditación, ya fuera sobre la preocupación por el pueblo que gobernaban o sobre la grandeza de la creación divina a través del paisaje y de la naturaleza. Este hecho, ventanas en un oratorio o pequeña mezquita, es algo sorprendente en el mundo islámico.

Este pequeño templo perteneciente al Mexuar se trata, en definitiva, de un oratorio orientado preceptivamente para la oración ritual de forma diferente a la muralla y conservando, en el muro de cabecera orientado a La Meca o qibla, un hermoso mihrab de planta poligonal y arco de herradura adovelado, con una delicadísima decoración con yeserías y exóticos tintes cordobeses representando la invisible presencia divina. 

Detalles del muro de la qibla y arco del mihrab

Básicamente en esta pared diferenciamos tres partes: una parte baja con dos hornacinas laterales, una parte mediana con un hermosísimo paño repleto de atauriques y una zona alta compuesta por rombos calados. Todos estos espacios quedan articulados y repletos de poemas y de exclamaciones grandilocuentes. Como sabemos, en el mihrab solo podía entrar el imán a dirigir la oración. Las inscripciones de sus paredes contienen principalmente citas o preceptos del corán y laudatorios o elogios a Muhammad V, entre otras.

Una de las curiosas inscripciones que se puede leer en árabe nos dice “Ven a la oración, no seas de los negligentes”. La parte superior del cuarto se decora en el friso con el lema nazarí “Solo Dios es vencedor” y también aparece el escudo de los nazaríes. Con el paso del tiempo se respetaron en sus paredes los textos coránicos y las alabanzas a Allah, a pesar de quedar ligada esta sala a la iglesia cristiana que se instaló en la contigua Sala principal del Palacio del Mexuar.

Mihrab del oratorio del palacio del Mexuar

Parece ser que en este oratorio del Mexuar fue asesinado el sultán nazarí Yusuf I, cuyo cuerpo cayó desangrado al suelo tras la puñalada de un forzudo esclavo negro. Sería precisamente el hijo de este sultán, el conocido en el futuro como Muhammad V, el encargado de embellecer este oratorio ordenando rellenarlo con magníficas yeserías. 

Más tarde, tras la conquista cristiana en la ciudad de Granada por los después llamados reyes católicos, Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón, artesanos cristianos convirtieron esta pequeña sala en capilla, junto con el uso de la sala principal del Mexuar como Sala de Justicia. Por último, cabe señalar que el techo de lacería pasa desapercibido en este íntimo espacio de la Alhambra.

Textos entre ventanas con alusiones religiosas en red de rombos

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