vista exterior de Torre de la Vela |
La Torre de la Vela está situada al oeste de la alcazaba granadina y fue construida durante el mandato del fundador de la dinastía nazarí, el emir Muhammad I (años 1238-1273). Constituía la torre de defensa más grande del conjunto militar, dominando con su altura toda la vega granadina. Se trata de una de las imágenes más representativas de la Alhambra, además de ser un enclave que guarda muchas leyendas e historias.
En época nazarí era llamada Torre Mayor y, durante el siglo XVI, se denominó Puerta del Sol ya que éste se refleja en la fachada al mediodía actuando como un reloj de sol para la ciudad. Igualmente, el primer día de primavera se ilumina por completo a las doce del mediodía. También fue llamada por el poeta Ibn Al-Jatib como Borch al-Adhim y hay historiadores que aseguran que fue llamada también torre de Abu Chafar, en recuerdo del famoso y momentáneo emir a quien derrotó y mató en la vega de Granada el walí almorávide Abu-Bacr, exponiendo su cabeza durante días en lo alto de esta torre.
vista de la torre de la Vela a la caída del sol |
Su nombre actual procede de la campana que los cristianos colocaron en esta torre tras la conquista de la ciudad. Esta campana sonaba al alba para avisar a los agricultores del riego de las huertas en la vega de Granada, por tanto, los mantenía en vela y de ahí su nombre. Esta torre sólo fue superada en tamaño por la Torre-palacio de Comares y sigue teniendo planta cuadrada inclinada al noreste y poseyendo 27 m de altura. Probablemente en esta torre, por su posición saliente en la colina, se colocaran los estandartes y las banderas del poder nazarí, cuya bandera era roja.
Vista desde el exterior encontramos a sus pies, sobresaliendo en la muralla, la Torre de los Hidalgos tratándose de una construcción posterior cristiana. En parte de la base sur, oeste y norte de esta Torre de la Vela se encuentra una calle-foso o barbacana que era la senda primitiva de entrada al interior de la alcazaba, independiente del resto del recinto amurallado conectando con la Puerta exterior de las Armas, las caballerizas y la Torre de las Armas. El edificio de las caballerizas de la fortaleza, al norte de la Torre de la Vela y bajo la plataforma de su adarve inferior, está dividido por pilares de ladrillo en tres naves desiguales que soportan arcos escarzanos y de medio punto así como bóvedas de cañón.
foso o barbacana, Torre de Armas y de la Vela |
Es la torre más occidental de la alcazaba, junto a la Torre de los Hidalgos más baja, por lo que la Torre de la Vela sirve además como atalaya del barrio del Albayzín, de la medina y de toda la vega o al-Fahs. Puede decirse que este elemento de la Alhambra es uno de los símbolos emblemáticos de la Granada de todos los tiempos; robusta y mayestática, desde su terraza el panorama es inmejorable divisando un horizonte sin interrupción donde se suceden la ciudad con sus barrios, pequeños pueblos agrícolas, las llanuras verdes de la vega y las cumbres de Sierra Nevada.
En definitiva, desde el primer tercio del siglo XIII, esta Torre de la Vela ha venido marcando la vida cotidiana de los granadinos. También esta torre es un buen lugar para observar el barrio castrense y el recinto de la alcazaba de la Alhambra, avalando su inexpugnabilidad que, unida al perfecto sistema defensivo, hacía de la hipotética conquista de la alcazaba una tarea imposible para cualquier ejército que se aproximara desde el exterior de la fortaleza.
Torre de la Vela al oeste de la alcazaba y la Sierra Nevada |
En su tiempo, al estar también situada sobre una colina sin árboles y rodeada de valles y fuertes depresiones, disuadía cualquier intento de asalto. El espolón o baluarte fue añadido por los nazaríes en el siglo XV para emplazar la artillería mirando a la ciudad. La base de la Torre de la Vela es maciza y contiene cuatro pisos con arcos apeados por pilares. Durante algún tiempo esta torre se convirtió en vivienda, llamada Casa de la Velera, por lo que su aspecto ha cambiado con respecto al que tuvo en sus orígenes.
En general, el interior de esta Torre de la Vela poco tiene que ver con el diseño proyectado por el emir Muhammad I siendo el fundador de la dinastía nazarí, quien pretendía que su diseño estuviera constituido por arcos que produjeran luces y sombras. El peso de la parte superior de la torre hacía correr el riesgo de que se hundiera, por lo que tuvieron que cubrir o tapiar el interior de varios arcos de la planta baja para alinear las fuerzas.
Para comprender la multitud de reparaciones que ha sufrido es suficiente con pensar que los muros exteriores eran de tapial en origen, por lo que los parches de ladrillo que se ven en la actualidad son producto de las diversas reparaciones posteriores, mientras que el tapial se compone de grava, fina arena ferrosa de color rojo y lima. La entrada actual a la torre cae a nivel del segundo piso y por su escalera se alcanza la plataforma que contó con almenas hasta el siglo XVI.
arcos en el interior de la Torre de la Vela |
Para comprender la multitud de reparaciones que ha sufrido es suficiente con pensar que los muros exteriores eran de tapial en origen, por lo que los parches de ladrillo que se ven en la actualidad son producto de las diversas reparaciones posteriores, mientras que el tapial se compone de grava, fina arena ferrosa de color rojo y lima. La entrada actual a la torre cae a nivel del segundo piso y por su escalera se alcanza la plataforma que contó con almenas hasta el siglo XVI.
La esquina sureste del segundo piso, por la que se accede a la torre, es la más débil posiblemente por la debilidad que le confiere el hueco de la puerta así como por las escaleras. La monumentalidad exterior (originalmente rematada en estuco blanco del que aún quedan algunos restos) y la organización interior sitúan esta Torre de la Vela entre las creaciones más exitosas del medievo fundiendo en ella perfectamente lo castrense y palaciego.
Como es característico de las grandes torres construidas durante la época nazarí, los espacios interiores se van ampliando en las plantas superiores, con objeto de aligerar peso al edificio y asegurar su estabilidad. La escalera, al menos en el tramo medio, tenía con seguridad un trazado distinto al que encontramos actualmente, siendo la parte nazarí mucho más estrecha. La amplitud estructural de la torre (vivienda y almacén) permitió una disposición interior compleja y funcional.
Las cuatro plantas o pisos de esta Torre de la Vela están centradas en torno a una sala central (silo o mazmorra cuyo acceso sólo es viable desde arriba) a la que se accede tras el característico pasillo en recodo o bashura característico de las viviendas hispano-musulmanas. Las plantas interiores de la torre, básicamente, se resuelven con bellas soluciones constructivas, como pilares de ladrillo, bóveda central, galerías laterales también abovedadas, sótano con mazmorra y terraza en la parte superior.
El sótano o mazmorra conforma la base del edificio y se le añadió un pilar, alineado con la bóveda central para evitar que toda la estructura se viniera abajo. Tres bóvedas en total componen este espacio, siendo la central más amplia que las laterales. Sin embargo, el sótano es la planta con el espacio más reducido y probablemente serviría de mazmorra siendo los prisioneros descendidos por el acceso superior a través de una cuerda o una escalerilla, además de servir de almacén en caso de asedio.
Como bien dejó escrito el poeta Ibn Zamrak "Detente en la explanada de la Sabika y mira a tu alrededor: la ciudad es una dama cuyo marido es el monte. Está ceñida por el cinturón del río, y las flores sonríen como alhajas en su garganta (...) Mira las arboledas rodeadas por lo arroyos, son como invitados a quienes escancian las acequias (...) La Sabika es una corona sobre la frente de Granada, en la que querrían incrustarse los astros y la Alhambra -¡Dios vele por ella!- es un rubí en lo alto de esa colina".
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