Real Alcázar de Sevilla. Patio del Yeso.

restos almohades en el Patio del Yeso

El conocido como Patio del Yeso representa uno de los pocos restos de época almohade que conserva en su interior el actual Real Alcázar de Sevilla. El alcázar de la capital sevillana ya ocupaba parte de este lugar en época anterior califal y, desde entonces, se han ido sucediendo en este espacio diferentes intervenciones durante la época del reino abbadí de taifas, la época almohade, mudéjar, etc.

Desde la llamada Sala de la Justicia se accede a este Patio del Yeso, que fue edificado a finales del siglo XII siendo uno de los restos del antiguo palacio almohade bajo el mandato de Abu Yaqub Yusuf. Este califa almohade hizo de Sevilla la capital de su imperio que comprendía el norte de África y la parte andalusí de la península, siendo éste uno de los pocos restos de construcción civil que se conservan de aquellas fechas.

vista nocturna del Patio del Yeso

El patio tiene planta rectangular, casi cuadrada, distribuyendo estancias y presentando una alberca en el centro, como homenaje al agua propio de todos los palacios islámicos, la cual se comunica con la fuente de la contigua Sala de la Justicia por medio de un canal. El patio contiene arcos porticados en uno de sus lados, sobre los que aparece una rica decoración en paños de sebqa. En época almohade existían dos pórticos que abrían a este patio, pero solo queda en pie el meridional. 

Ese tramo del Patio del Yeso propiamente almohade consta de siete arcos lobulados, siendo más grande el central, apoyados sobre pilares. Se trata de una pequeña joya del imperio almohade formada por ese arco central mayor, en eje con la puerta de la sala de detrás, flanqueado por tres arcos menores sobre columnas a cada lado. La estructura del pórtico es adintelada, de modo que los arcos no soportan peso, siendo decorativos.

arcos califales en el Patio del Yeso

La vista desde el arco de la Sala de la Justicia nos permite observar, en el lado sur del Patio del Yeso, un muro izquierdo con tres arcos de herradura ciegos y columnas de época califal que unidos por su arranque nos recuerdan al arte de la ciudad califal de Madinat Al-Zahra, a las afueras de Córdoba.  Las dovelas están decoradas con placas. Sobre estos arcos encontramos tres pequeñas oquedades con la misma forma de los arcos descritos. El arco central es soportado por dos columnas lisas embutidas en la pared.

Encontramos la decoración en yeso denominada sebqa cubriendo el muro del ala derecha del patio, es decir, el pórtico meridional bajo el que hay una entrada con otros dos arcos de herradura de época califal con una columna intermedia. Sobre el dintel de esa entrada se abren dos ventanas. En este muro del patio caben destacar los arcos porticados, junto con la rica decoración que contienen, formando la galería porticada que hoy vemos repleta en paños de sebqa en una serie de rombos entrelazados sobre arcos poli-lobulados y mixtilíneos.

vista desde el arco de la sala de Justicia

Estos paños de sebqa, como vemos, son ciegos rodeando al gran arco central, mientras que están abiertos hacia el interior de la galería en el trío de arcos laterales que se muestran a cada lado del principal, formando arcos o rombos de cortina con lacerías esquematizadas. Tras este pórtico, la galería da acceso a otra estancia, bajo los arcos califales interiores antes descritos.

Al igual que en otros lugares del Real Alcázar, en este Patio del Yeso se han realizado varias reformas a lo largo de su historia. Todo el muro donde se encontraba la arquería de sebqa que vemos actualmente se encontró tapado siendo descubierto a finales del siglo XIX. En la sala interior, detrás del pórtico, han aparecido también recientemente restos de decoración pintada con motivos geométricos del siglo XII y florales del siglo XVI.

Patio del Yeso en el Alcázar de Sevilla

Se considera a este Patio del Yeso del Real Alcázar de Sevilla como un antecedente y precursor de los bellos patios de la Alhambra en la ciudad de Granada debido a la riqueza exquisita de sus decoraciones. La idea musulmana de que sólo Allah permanece y de que toda obra humana ha de tener por ello una apariencia de fragilidad se ve reflejada en el uso de materiales pobres, entre ellos el Yeso que da nombre al patio.

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