Real Alcázar de Sevilla. Jardines de palacio.

Estanque de Mercurio en los jardines del Real Alcázar

Los jardines constituyen un elemento fundamental en el Real Alcázar de Sevilla. Se trata de los jardines más antiguos de la ciudad de Sevilla y desde su creación han sufrido grandes alteraciones que han transformado su trazado primitivo. Pasear por los jardines del Alcázar puede ser uno de los paseos más agradables de la ciudad, donde se aúnan caracteres árabes, renacentistas y modernos.

En la Edad Media, el Alcázar de Sevilla estaba configurado con edificios de distintas épocas, pequeños patios ajardinados y grandes huertas. Los jardines fueron reformados en el siglo XVI, a comienzos del siglo XVII y tras el terremoto de Lisboa del año 1755 en un estilo barroco, conservando como herencia musulmana el concepto de jardines compartimentados sin ninguna vinculación entre ellos, así como la existencia en ellos de fuentes bajas, azulejos y naranjos.

El conocido como Estanque de Mercurio es muy probablemente una construcción de época árabe para el abastecimiento de agua en el Alcázar de la ciudad. Detrás de este estanque se levanta un muro de 160 m de largo que avanza en dirección noroeste-sureste por los jardines y que compartimenta la zona verde en dos áreas diferenciadas: a un lado, los jardines primitivos y por el otro, la antigua zona de huertas que fue convertida también en zona ajardinada a finales del siglo XIX, en la que abundan los naranjos y limoneros.

limoneros y naranjos en el Real Alcázar de Sevilla

El origen de la construcción del jardín barroco es un antiguo lienzo de muralla almohade del siglo XII, que servía como defensa militar y de las inundaciones del arroyo Tagarete. A comienzos del siglo XVII se transformó la muralla en la actual Galería de Grutescos decorada en una de las caras de la muralla. La ornamentación consistió básicamente en el revestimiento de los muros con hiladas de piedras diferentes, el enfoscado y la pintura entre las piedras.

El ahora llamado Jardín de la Galera está comunicado con el Jardín de Troya mediante un arco de medio punto y también a  través de una escalinata con una estancia del Palacio mudéjar del rey castellano Pedro I el Cruel. Posee cuatro arriates con diversa vegetación y en este jardín puede verse una columna de mármol que presenta una inscripción en homenaje al más conocido rey de taifa abbadí, Al-Mu'támid.

Jardín de las Damas en el Real Alcázar

Por su parte, en el Jardín de las Flores podemos observar en su centro que hay un pequeño estanque rectangular y en este jardín están los restos de una pequeña gruta construida a finales del siglo XVI. En cuanto al Jardín de las Damas se construyó en el año 1526, con motivo de la boda real entre Carlos V de España e Isabel de Portugal, su prima hermana, siendo ambos nietos de los llamados reyes católicos de Castilla y Aragón. Este Jardín de las Damas se amplió en el siglo XVII.

El Jardín de la Danza es uno de los más antiguos del Alcázar y cuanto vemos hoy es la consecuencia de los jardines almohades originales tras las restauraciones renacentistas llevadas a cabo en los siglos XVI y XVII. Este jardín se divide en dos niveles, el superior está presidido por dos grandes columnas con esculturas de figuras mitológicas en su cúspide. 

Estas estatuas, junto con las figuras esculpidas en los setos de mirto por los jardineros de palacio, parecían danzar y de ahí el nombre del jardín. En el Jardín de la Danza inferior hay pequeños agujeros en el suelo llamados burladores, a través de los cuales se rociaba agua de forma inesperada a los visitantes. En el centro de este jardín encontramos una fuente que data del siglo XVI, realizada con azulejos cerámicos y un surtidor de agua.

fuente surtidor y azulejos en el Jardín de la Danza

En los extensos jardines del Alcázar de Sevilla también encontramos el llamado Pabellón de Carlos V, que fue construido en el año 1546 y está levantado en estilo mudéjar. Tiene planta cuadrada y en el interior encontramos una bóveda semi-esférica. Todos sus muros, tanto interiores como exteriores, así como sus bancos, están cubiertos de azulejos del siglo XV. El exterior del pabellón está rodeado de cuatro galerías porticadas con arcos de medio punto apoyados sobre columnas de mármol.

El denominado Jardín del Príncipe, por su parte, obtuvo su nombre en homenaje al príncipe Juan, segundo hijo de los antes mencionados reyes católicos, que nació en una de las salas adyacentes al jardín del Palacio mudéjar del rey Pedro I. Diversas plantas aromáticas como el romero, el laurel o el mirto desprenden agradables aromas en este jardín. Los limoneros, procedentes de Asia, fueron introducidos aquí en la época musulmana.

pabellón mudéjar de Carlos V en los jardines del Alcázar

En general, puede decirse que los jardines del Real Alcázar están dispuestos en forma de terrazas, con una inmensa vegetación verdeante, multitud de naranjos y palmeras, con diversas fuentes bajas y pabellones donde se respira frescor y quietud, siendo un lugar ideal para el sosiego y descanso en la calurosa ciudad de Sevilla.

Tal y como escribiera el poeta almorávide del siglo XII Ibn Jafaya, nacido en Alcira y apodado Al-Yannan o el Jardinero debido a su gran pasión "¡Oh habitantes de Al-Ándalus, qué felicidad la vuestra al tener aguas, sombras, ríos y árboles! El jardín de la eterna felicidad no está fuera de vosotros, sino en vuestra tierra. Si yo pudiera elegir, es este el lugar que escogería. No creáis que mañana entraréis en el infierno, ¡no se entra en el infierno después de haber estado en el paraíso!".

Recordemos que el jardín original andalusí evocaba al paraíso. Con esquema en planta de cruz simbolizaba los cuatro ríos del Jardín del Edén (Nilo, Eufrates, Tigris y Amu-Daria) o primer paraíso, uno por cada uno de los andenes que confluyen en el centro. En estos andenes y a un nivel inferior podían encontrarse árboles frutales y plantas aromáticas con el fin de que, mientras se caminaba, cada quien pudiera pararse a la altura de las copas de los frutales a escuchar el canto de los pájaros, a refrescarse con el agua canalizada mediante acequias o para la misma contemplación de la belleza natural.

paseo en los jardines del Real Alcázar