interior de cámara de horno en Níjar |
Los hornos de alfarería en Al-Ándalus fueron estructuras o fábricas de diversa complejidad, tamaño y apariencia, destinadas a la cocción de piezas de arcilla. La cocción o cochura de material cerámico es uno de los pasos fundamentales del proceso alfarero, el de mayor sentido mágico y el más determinante en la obtención del producto final. El modelo tradicional es un recinto con techo de bóveda provisto de chimenea y una o más bocas para cargar el combustible, habitualmente leña, y los objetos que se quieran cocer.
En la geografía peninsular existen muy diversos tipos de horno y horneado, desde la hornera con hoyo para la cocción al aire libre (uno de los métodos primitivos ya casi desaparecidos), hasta los hornos alfareros por definición, con dos espacios separados: el hogar o caldera para la combustión y la cámara de cocción donde se hornea la cerámica. Entre ambos existen estructuras de transición de más sencilla fábrica, como el tradicional horno de pan.
Los hornos alfareros pueden clasificarse en función del lugar que ocupe la cámara de combustión con respecto a la de cocción y de esta forma tenemos, por un lado, los hornos con la cámara de combustión debajo de la de cocción siendo usados en la península por íberos y romanos, y por otro lado los hornos con la cámara de combustión delante de la de cocción, más frecuentes en el litoral mediterráneo.
modelo de horno en época andalusí |
Si los clasificamos en función del tipo de cubierta de la cámara de cocción podemos encontrarnos hornos con la cámara superior abierta, hornos con la cámara superior de cocción con bóveda de cañón (o de arco de medio punto) o bien con bóveda superior en forma de cúpula. En cuanto a los hornos de cúpula abierta, ésta se cerraba con piezas cerámicas ya cocidas con objeto de dar un calor más uniforme y a esta operación se le denomina en algunos sitios encascado.
A finales del siglo XX fueron localizadas e identificadas alfarerías como nuevos focos de producción de cerámica con la técnica verde y manganeso en Andújar, Priego de Córdoba, Jerez de la Frontera, Málaga y Sevilla, así como en Calatrava la Vieja y Alarcos (ambos en Ciudad Real), en Talavera, Alcalá de Henares y Guadalajara. En el sureste andalusí se tuvo constancia de un alfar con una abundante producción vidriada, junto a un horno de vidrio en Pechina, siendo seguramente el primer centro productor que copiaba modelos orientales, siendo seguida por Málaga y Murcia.
Mal conocidos hasta hoy, ahora empiezan a excavarse algunos de aquellos hornos que nos permiten mejorar el conocimiento sobre las producciones locales. Ya se tiene constancia de que el primer vidriado islámico fue siempre monocromo, verde de preferencia, aunque también están documentados tonos melados y achocolatados en talleres alfareros como los de Málaga. Su fabricación aparece asociada a alfares urbanos de la zona sureste, como pudo ser Pechina, con piezas de servicio de mesa con decoración impresa incisa o en relieve bajo cubierta.
uno de los hornos descubierto en Denia junto a muralla |
Recientemente se han descubierto dos hornos de época islámica en la localidad de Denia, en Alicante. El último de ellos ha sido desenterrado junto a un fragmento de muralla y alguna de las piezas de cerámica también halladas certifican que el horno fue construido en el último cuarto del siglo XII, después de la propia muralla y a cobijo de la seguridad que ésta ofrecía. Su construcción se data entre el año 1145 y 1172, la época en que Denia estuvo bajo el gobierno murciano del llamado por los cristianos rey lobo, Muhammad Ibn Mardanis.
En este último horno descubierto pueden verse el arco, la cámara de fuego o los muros de piedra. También ha aparecido un ataifor o plato hondo representativo de la vajilla andalusí así como una jarra de dos asas en la técnica cuerda seca para servir el vino. Asimismo se han desenterrado varias piezas de color blanco o verde, este último con una decoración estampillada muy propia de latitudes como Denia.
En Almería destaca la conservación de buena parte de sus alfares históricos y de las colecciones más tradicionales para fuego y agua, siendo un claro ejemplo del mantenimiento de este oficio las localidades de Vera, Níjar, Sorbas o Albox. La zona de Cádiz cuenta también con varias localidades en las que el trabajo alfarero ha estado presente y permanece, principalmente en Jimena o Conil de la Frontera.
tipos de hornos localizados en territorio de Al-Ándalus |
La tradición cerámica de Córdoba, con la presencia musulmana, vivirá un cambio radical. Actualmente se ha logrado recuperar la que fuera cerámica del califato, tratándose de hallazgos muy importantes dado que se trató de la época del mayor esplendor de Al-Ándalus y cabe destacar la pureza de la tradición alfarera en Lucena. Las cercanías de Granada también han albergado una gran tradición alfarera y se han recuperado piezas muy significativas de los viejos alfares granadinos, como la jarra accitana de Guadix, los azulejos tradicionales o las figuras de barro policromado.
También en Huelva históricamente ha existido una gran tradición alfarera y ceramista, como así lo demuestra la excelente colección existente en los diferentes museos de su capital y habría que destacar la materia prima básica utilizada en esta zona, el barro blanco de Trigueros y sus proximidades. En Jaén destaca este tipo de artesanía andalusí contando con importantes centros cerámicos en Alcalá la Real, Andújar, Aldeaquemada, Arjonilla, Bailén, Baeza o Cazorla.
En cuanto a los colores cerámicos, los artesanos preparaban sus pigmentos utilizando diversos componentes minerales que, mezclados y cocidos en hornos, eran triturados formando el polvo con el que después se bañaban las piezas cerámicas. Los colores obtenidos dependían de factores como la proporción y pureza de los materiales empleados y la temperatura de cocción. Así, con el óxido de cobre de tono rojizo se puede conseguir el color verde, con el cobalto se logra un color azul intenso, con el óxido de manganeso se consigue el negro, con el estaño al ser plateado se fabrica el color blanco y los tonos amarillentos y melados son productos del hierro.
cerámica en albanega del arco de la Puerta del Vino, Alhambra |
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