Cáceres. Torres y muralla almohade.

adarve de muralla entre la Torre de Bujaco y la Torre de los Púlpitos

La construcción de la muralla almohade en la ciudad de Cáceres, con un perímetro de 1.18 m y más de veinte torres albarranas en pie, a las que se suman más de seis cubos o torres de flanqueo, se debió levantar tras la derrota infligida a los fratres de Cáceres en el año 1173 o bien a partir del año 1195, tras la Batalla de Alarcos perdida por el reino de León, que permitió a los musulmanes restablecer en poco tiempo sus posiciones hasta la vega del río Tajo, convirtiéndose la ciudad en enclave primordial en la defensa de estos recuperados territorios, reconstruyendo y reforzando sus murallas como también lo hiciesen durante ese período en Badajoz o en Trujillo, entre otros castillos o alcazabas. 

Esta muralla, que en su momento llegó a contar con más del doble de torres actuales, aún se conserva en siete tramos. Posee un ancho medio de 3 m y una altura que en algunos puntos supera los 10 m, presentando todos ellos unas características similares. Estos tramos son visibles entre el llamado Arco de la Estrella y la Torre de la Yerba así como junto a la Torre del Horno en el lado oeste; entre la Torre del Postigo de Santa Ana y la Torre del Aver también en el lado oeste, junto a la Torre Mochada en el ángulo sur, junto a la Torre de Caleros en el extremo noreste del recinto y entre la Torre de Hernando Pizarro o Torre Albarrana y la Torre de los Pozos en el lado sureste.

tramo de muralla de Cáceres, lado este

La muralla continúa hoy flanqueada por once torres de adscripción almohade y nueve de ellas son albarranas que se unían a la cerca amurallada mediante espigones. Las torres de época almohade presentan dos tipos de planta, siendo cuadrangulares y octogonales como la llamada Torre Mochada. También contaba con diversas torrecillas adosadas al muro aunque sólo se conservan dos, localizadas entre la torre del Postigo de Santa Ana y la Torre del Aver y entre la Torre Albarrana o de Hernando Pizarro y la Torre de los Aljibes.

La torre de Bujaco se nos presenta como la construcción más llamativa de la Plaza Mayor y se encuentra protegiendo el flanco noroeste de la ciudad monumental de Cáceres como torre albarrana unida con la muralla por un potente arco. Es una edificación genuinamente de construcción almohade de mampostería, con planta cuadrada, erigida sobre sillares romanos reutilizados en las esquinas. Aparece rematada esta torre por una ringla de almenas, dos matacanes laterales y uno frontal añadido en el siglo XVIII. Y, orientado hacia la Plaza Mayor, vemos el pequeño balcón de los Fueros, del siglo XVI. 

vista lateral de la Torre de Bujaco y adarve de muralla

Esta Torre de Bujaco mide unos 10 m de lado por 25 m de alto. En la primavera del año 1173, el segundo califa almohade, Abu Yaqub Yusuf, residente en Sevilla como capital del imperio, pasó a cuchillo en esta torre a cuarenta fratres cacereños que defendían la torre del asedio musulmán. Este califa remodeló esta torre tras conquistar la ciudad y de ahí se considera que le viene el nombre (Torre de Abu Yaqub), aunque otros autores consideran más probable relacionarlo con la palabra buhaco, muñeco de paja y trapo de la zona.

Entre las múltiples torres de origen almohade en la ciudad de Cáceres encontramos la Torre del Aver en la actual calle Postigo, siendo ésta una torre albarrana que fue construida durante el imperio almohade en el siglo XII. Tiene planta cuadrada y en su base podemos ver sillares de época romana. Al estar su basamento realizado con grandes piedras, algunos autores afirman su origen celta. Esta Torre del Aver se ubica formando parte del sistema defensivo de la muralla de la ciudad en su lienzo oeste, como la citada Torre de Bujaco. 

Torre del Aver en Cáceres

Esta llamada Torre del Aver se encuentra siguiendo el adarve llamado del Padre Rosalío y está unida mediante un cuerpo saliente a la muralla, pero su altura es superior a la de ésta. Aunque algunos autores afirmen su posible origen celta, como se ha dicho, al poseer sillares romanos se supone que fue una de las torres defensivas de la antigua Norba Caesarina. Esta Torre del Aver arranca en el llamado Arco de Santa Ana y finaliza en la actual Plaza de San Juan, siendo también conocida como Torre de la Ved.

En este mismo flanco oeste de la muralla encontramos la Torre del Postigo y el citado Arco de Santa Ana. El arco data del siglo XVIII y, por su parte, el Postigo se encuentra subiendo las escaleras que conducen al adarve de la Estrella, atravesando el arco a la derecha. La parte superior de este Postigo consta de varias bóvedas realizadas con ladrillo visto y, casi escondida, puede apreciarse la Torre que actualmente está adosada y ocupada por dependencias particulares. Esta Torre del Postigo tiene planta cuadrada y en su base se pueden apreciar sillares romanos, aunque en su mayor parte está construida en adobe.

vista de la Torre del Postigo entre viviendas

Por su parte, la torre conocida simplemente como Torre Albarrana también recoge su popular nombre de la calle en la que se encuentra, Hernando Pizarro. Se trata de otra de las torres del siglo XII levantada durante la época almohade. Tiene planta cuadrada y en su base podemos ver sillares romanos reaprovechados aunque el material constructivo principal es el adobe, como ocurre con la ya citada Puerta del Postigo. 

Por supuesto, esta Torre Albarrana o de Hernando Pizarro también formaba parte del sistema defensivo de la muralla de la ciudad de Cáceres, situándose en su lado este. Se encuentra muy próxima al llamado Olivar de la Judería, que actualmente es un parque público formado por terrazas escalonadas y, dentro del cual, adosada a una casa se puede contemplar la elevación de esta torre. 

Torre Albarrana o Torre de Hernando Pizarro en Cáceres

La llamada Torre de la Yerba, por su parte, es otra torre albarrana de construcción en época almohade en el siglo XII, cuando se acometió la última reforma de la muralla de la ciudad antes de la conquista de Cáceres por parte del reino cristiano de León. Esta Torre de la Yerba se encuentra unida por un muro a la muralla que permitía la entrada a la edificación, lo que también mejoraba la defensa de todo el recinto y está levantada sobre sillares romanos. 

La técnica almohade empleada en la construcción de esta denominada Torre de la Yerba es la del tapial, similar al encofrado actual, que emplea tierra o adobe prensado como material principal. Actualmente es una de las torres visibles desde la misma Plaza Mayor o desde el Foro de los Balbos de origen romano, en el lienzo oeste de la muralla almohade. Entre esta torre y la del Horno se construyeron, en el siglo XIV, las Casas Consistoriales y en ellas se celebraban las reuniones del Cabildo.

vista lateral de la Torre de La Yerba y Foro romano

La denominada Torre del Horno, por su parte, es otra construcción de origen almohade y está levantada como muchas otras sobre sillares romanos. Se encuentra próxima a la anterior Torre de la Yerba, siendo contigua a ésta, situándose en el centro del lienzo oeste de la muralla, en la llamada Plaza Piñuelas, ubicándose en una esquina y quedando unida a la muralla. Como sus compañeras, comparte una planta cuadrada y se alza dentro del cerco defensivo de la ciudad monumental. 

Esta Torre del Horno es una torre del tipo albarrana que data del siglo XII. Su nombre se debe a que antiguamente los hornos de pan de la ciudad amurallada se encontraban próximos a la misma y, de hecho, el horno principal se encontraba adosado a esta torre. Aunque está cerrada al público, desde el exterior se pueden observar bien las dimensiones y su estructura así como su unión a la muralla almohade. Desde ella se cree que arrancaba un muro, que dividiría interiormente la ciudad en dos zonas, uniendo esta torre con la Torre de los Pozos. También en sus proximidades se encontraba la alhóndiga de Cáceres, que era el lugar donde se almacenaba el trigo.

Torre del Horno desde intramuros

La conocida como Torre Redonda o Torre de la Mora es otra torre de construcción en época almohade finalizada a comienzos del siglo XIII, con forma real octogonal -por lo tanto, no redonda- y una altura de unos siete metros. Esta torre se sitúa en el ángulo suroeste del lienzo de la muralla almohade y su base formaba parte de una anterior torre de época romana del siglo I a.C, habiéndose empleado para su reconstrucción islámica la técnica del tapial. La Torre de la Mora es una torre maciza hasta la parte superior de la misma, en la cual se encuentra aún conservada una estancia. 

El interior de esta torre está compuesto por cuatro pilares, que en la parte más alta se distribuyen en arcos unidos por unos llamativos paños abovedados construidos de ladrillos macizos. Sus cimientos empiezan en forma cuadrada, convirtiéndose en forma octogonal mediante el biselado de sus cuatro esquinas. Esta Torre de La Mora o Redonda fue utilizada como saetera y se pueden divisar aún en las almenas los huecos hechos para lanzar el aceite. Cuenta con una leyenda, según la cual, no había atardecer al que faltase una joven esposa mora para otear, desde la parte superior de esta torre, las tierras vecinas en busca de cualquier indicio de regreso de su amado qaid, el guerrero que gobernaba y protegía la ciudad de Cáceres.

vista y acceso a la octogonal Torre de La Mora en Cáceres

En esta espera, desde esta Torre de la Mora una noche observó en la cercana sierra el incendio de una cabaña de pastores. Montó a caballo y partió veloz hacia el lugar. Le dio tiempo de rescatar entre las llamas a las pobres gentes que estaban atrapadas, sin sopesar siquiera el riesgo. Sus pies, al contacto con el fuego, acabaron quemados y ensangrentados, pero pasados unos días las heridas no le produjeron dolor alguno ni con el tiempo cicatrizaron. No pudiendo caminar, solicitó que en esta torre le adecuaran unos aposentos con los que seguir su ansiosa espera. 

Siempre según la leyenda, el qaid regresó y, llamando a los mejores médicos, descubrió que su amada esposa tenía lepra. Ella le pidió que la abandonara a su suerte pero él, ciego de amor, ordenó al más valeroso de sus nakib "Tan pronto salgas de esta torre, toma el mando absoluto. Ordenarás a los alarifes que tapien todas sus puertas y vanos, de manera que no pueda entrar aire ni luz. Defiende Cáceres y las tierras que nos han sido encomendadas, y responde ante nuestro amado califa del cumplimiento de esto que os ordeno". El capitán, entonces, obediente y respetuoso así lo hizo, encerrando en esta torre para la eternidad los dos desgraciados amantes.

Por su parte, destacando hoy entre todas las torres conservadas del flanco este del conjunto amurallado de Cáceres, la conocida como Torre de los Pozos se yergue esbelta capitaneando el baluarte que lleva su nombre, cuyo actual aspecto resulta de las posteriores reformas cristianas sobre un semi-destruido entramado hidráulico almohade al que perteneció esta atalaya y del que proviene la nomenclatura del lugar como Baluarte de los Pozos. Esta Torre de los Pozos está unida a la muralla por un paso albarrano de 26 m de longitud, desaparecido en su mayor parte al ser engullido por posteriores viviendas. 

Torre de Los Pozos en el lienzo este de la muralla de Cáceres

Esta torre también es llamada popularmente Torre del Gitano y posee una planta trapezoidal cercana al rectángulo, elevándose 14 m desde su base. En el presente siglo no quedaba ni rastro del almenado que la coronaba, por lo que se están llevando a cabo tareas de reconstrucción existiendo también en su terraza un excelente jardín mirador. Desaparecido el acceso a esta Torre de los Pozos a través del mencionado paso albarrano, la entrada actual se lleva a cabo por un portillo localizado en el flanco sur de la misma torre.

Este portillo es el que comunica la Torre de los Pozos con el resto del Baluarte y el mismo por el que nos adentramos a la cámara interior de la torre, desde la que se accede a la terraza superior, cubierta por bóvedas de aristas apoyadas en una columna formada por tres tambores graníticos, de 1,84 m de altura. El Baluarte de la Torre de los Pozos junto a la simple Torre de los Aljibes formarían en aquella época una especie de Coracha cuyo nombre se le da a las ruinas de otra torre que queda a sus pies. 

Ambas torres albarranas sobresalen del recinto amurallado hacia el arroyo formando parte de la defensa del recinto y dejando acceder a un aljibe islámico ubicado a escasos metros bajo la Torre de los Pozos. Se trataba de un manantial natural que proporcionaría agua fresca y limpia a la población en caso de asedio y, a falta de datos arqueológicos, se entiende que contaría con un sistema defensivo propio creando una zona segura. En cualquier caso, como se dijo antes, este sistema hidráulico está prácticamente destruido.

lado sur de la Torre de los Pozos y portillo de acceso

Conserva de manera intacta, aunque amenazados por el paso del tiempo y su exposición a la intemperie desde su creación en época almohade en el siglo XII, diversos esgrafiados en sus caras norte y oriental, tratándose de una decoración extremadamente valiosa no sólo por figurar como uno de los escasos elementos artísticos de época hispano-musulmana conservados en la ciudad de Cáceres, sino además por constituir un legado histórico incomparable de la presencia almohade no siendo visible en otras ciudades con murallas levantadas en la misma época. 

Mientras que en la cara oriental y frontal de la Torre de los Pozos alternan dos estrellas de ocho puntas, comunes en el arte islámico, con falsos sillares y forma de lágrimas, en la cara norte aparece un epígrafe trazado con caligrafía cúfica andalusí, donde los estudiosos arabistas han querido leer una alabanza religiosa traducida como “Allah es nuestro señor”. Varios metros por debajo de este esgrafiado, una cinta anudada se conserva encasillando el falso sillarejo, vestigio de la posible decoración a base de cintas de mortero de cal que posiblemente cubrieron en un pasado la casi totalidad de los lados externos de la torre.

detalle de estrella islámica y lágrimas en la Torre de los Pozos

Por otra parte, la denominada Torre Mochada es otra de las torres de origen almohade que data de comienzos del siglo XIII y está levantada sobre sillares romanos reaprovechados. Se encuentra en el ángulo sur de la muralla, dentro del cerco defensivo de la ciudad monumental y da nombre a la calle donde se ubica, calle Torremochada. A diferencia de muchas de sus compañeras tiene planta poligonal, concretamente octogonal, al igual que la antes mencionada Torre de la Mora o Torre Redonda.

Esta Torre Mochada también es una torre del tipo albarrana, sirviendo a su vez como atalaya de defensa. Recibe el nombre de Torre Mochada pero no por los hechos acontecidos en el siglo XV, con el desmoche de las torres de los palacios pertenecientes a los nobles castellanos de la ciudad por Orden Real de la reina Isabel I de Castilla, sino simplemente porque la torre conserva sólo su parte maciza y no cuenta con la cámara superior desde donde se podía acceder a su terraza almenada.

Torre Mochada en Cáceres

Por su parte, la conocida como Torre de la Puerta del Concejo es otra torre albarrana que se eleva a 16 m de altura, situada en el llamado Callejón del Moral frente a la Ribera del Marco y formaba parte del sistema defensivo de la ciudad. Como muchas otras torres almohades de Cáceres tiene planta cuadrada y, aunque se levantó en el siglo XII durante el imperio almohade, cuenta como muchas otras torres de la ciudad con sillares romanos reutilizados en la base. 

La denominada Torre de la Puerta del Concejo se encuentra muy próxima al conocido como Arco del Cristo o Puerta del río, siendo esta la puerta de acceso o entrada al recinto amurallado más antigua que se conserva en la ciudad de Cáceres, ya que procede del siglo III, y fue construida con la colocación de grandes sillares romanos.

Torre de la Puerta del Concejo

Y aunque no forma parte de las múltiples torres albarranas de la muralla defensiva, cabe destacar también la Torre Redonda o Torre de la Higuera, adosada al Palacio de Carvajal del siglo XV. Se discute si su creación se debió a los almohades en el siglo XII (siendo la postura más aceptada) o bien a una construcción posterior realizada por los cristianos que en el año 1229 entraron definitivamente en la ciudad de Cáceres

Otra teoría aceptada y que va cogiendo peso es que esta Torre de la Higuera, con influencias tanto de una como de otra cultura, fuese levantada durante los años de reconquista en que estuvo bajo el mandato de los fratres de Cáceres, sirviéndoles como atalaya intramuros desde la cual vigilar los contornos, especialmente el Valle de la ribera del Marco y el arroyo del Concejo en el lado este.

Torre Redonda o de La Higuera

El resto de torres y palacios presentes en el conjunto monumental son posteriores a la conquista cristiana de esta ciudad y el aspecto que presentan casi todas las torres de la nobleza castellana, que aparecen desmochadas sin almenas, fue debido a la ya citada Orden de la reina Isabel I de Castilla, que después pasaría a la historia como la Católica; orden que fue firmada por ella en el año 1476. El motivo de desmochar las torres, al parecer, era evitar que alguno de los señores feudales que residían en Cáceres se atreviera a desafiar a la corona de Castilla que acababa de recibirla en el trono. 

Debía pensar quizá que las seguras murallas defensivas de esta ciudad y sus cada vez más altas torres intramuros podían tal vez colocar a los nobles cacereños del lado de su sobrina y enemiga, aunque legítima aspirante a la corona castellana, conocida como Juana la Beltraneja, única hija reconocida del rey castellano Enrique IV de Castilla (hermano paterno de Isabel I) y de Juana de Portugal. Una vez que Isabel fue coronada en el año 1474, permitió que Diego de Ovando levantase su imponente torre en el Palacio de las Cigüeñas justo en el lugar que llegó a ocupar el antiguo alcázar almohade, siendo desde entonces la única torre señorial que presenta almenas en la ciudad amurallada.

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