Málaga. Barrio castrense en la Alcazaba.

el Barrio castrense en el recinto superior de la Alcazaba de Málaga

En la parte más oriental del recinto superior de la Alcazaba de Málaga se localizó en gran estado de conservación un barrio formado por pequeñas casas compuesto por tres manzanas entre calles enlosadas. Se trata del barrio del siglo XI mejor conservado de toda la península siendo conocido como Barrio castrense y estando compuesto por ocho viviendas de la época taifa. El barrio se compone de calles muy estrechas que recorren tres manzanas. 

Dos viviendas pequeñas conforman la manzana sudoeste y otras dos pequeñas también forman la manzana más oriental. De mayor tamaño eran las cuatro viviendas restantes que fueron encontradas en la manzana sur. Este Barrio castrense ha permanecido intacto quizá gracias a su ubicación, en la parte más oriental del amurallado, no habiéndose vuelto a construir sobre él, encontrándose tal y como se habitó hasta que el terremoto de Málaga del año 1680 afectó a esta zona e hizo que se abandonara.

viviendas pequeñas en el Barrio castrense

En la parte septentrional del barrio encontramos el hammam o baño público, en donde el agua subía a través de una noria desde un pozo profundo de origen fenicio al que llamaron Airón, situado en el recinto inferior y contando con más de 30 m de profundidad. El barrio disponía asimismo de un sistema de atarjeas o cañerías para el alejamiento de las aguas residuales, de forma que al arrojar un jarro de agua se perdía de forma inmediata. 

Por otra parte, se encontró en el interior de la manzana sudoeste de este Barrio castrense un baño -perteneciente a una de las casas de mayor tamaño- estando este baño dotado con todo tipo de facilidades, como leñera, retrete y caldera. Del mismo modo, cabe señalar que casi todas las viviendas disponían de letrinas, dando todo ello testimonio de lo avanzados que estaban en sentido sanitario en época andalusí. 

letrina en interior de vivienda

La altura máxima de los muros de las casas que se han conservado es de 1 m de altura, aunque no todos, y estaban enlucidos interior y exteriormente con una espesa capa de cal. Las calles tenían además algunos zócalos decorativos, algo que ha servido para sumar información y conseguir su datación. Las puertas de las viviendas estaban compuestas por hojas de madera y la distribución de las casas estaba muy bien aprovechada.

Las viviendas, en torno a los 40 m2, tenían un pequeño patio casi cuadrado, con aceras y crujías alrededor, en torno al cual se distribuían las habitaciones. El suelo de estas habitaciones consistía en una capa de mortero de cal teñida de almagra, aunque algunas conservan losetas de barro y piezas de mármol aprovechadas. En el interior de las casas se encontraron zócalos pintados de rojo, con inscripciones en cúfico y dibujos geométricos de lazo de a ocho.

puertas y aceras del patio en las viviendas 

Estas casas cuentan también con un acceso en forma de L o entrada en recodo, como es costumbre islámica, que mantenía a sus moradores lejos de miradas indiscretas guardando a su vez la intimidad del hogar familiar. Algunas de estas viviendas conservan los primeros peldaños de las estrechas escaleras que conducían a su piso superior, por lo que no hay duda que algunas de estas viviendas tenían dos plantas. 

En cuanto a las personas que las habitaban, debían ser aquellas que trabajaban prestando servicio al reino de taifa o al gobernante nombrado por el sultán nazarí de Granada, aunque se piensa que las casas más grandes podían haber pertenecido a personas con cargos bien relacionados con el gobierno. En este Barrio castrense es muy posible que pudieran haber vivido alrededor de unas cincuenta personas a partir de aquel siglo XI. 

mármol y losetas de barro en el Barrio castrense

Estas viviendas no son aún visitables, aunque se encuentran junto a los palacios de la Alcazaba y se está trabajando en su posible recuperación para potenciar todo el conjunto. Al final del Barrio castrense, ya en el extremo este del recinto superior, se encuentra la Torre del Homenaje de planta casi cuadrada, levantada en el siglo XIV con el fin de proteger todo el área alrededor del recinto palaciego de la Alcazaba por lo que este barrio contaba con buena vigilancia.