Toledo. Iglesias mudéjares.

vista de actual iglesia mudéjar de Santiago del Arrabal

La ciudad de Toledo nunca estuvo dividida de una manera clara por barrios de cada una de las tres religiones, pero sí existen zonas de una mayor influencia de cada una de ellas. Toledo fue cristiana desde el siglo IV siendo parte del imperio de Roma, lo fue también durante el reino visigodo pugnando con la doctrina arriana, y pasó los siglos de convivencia entre las tres religiones (la musulmana, la judía y la cristiana), hasta regresar al cristianismo en el año 1085.

A medida que nos alejemos de la actual catedral de Toledo, lugar de emplazamiento de la antigua mezquita aljama, es posible encontrarnos con numerosas iglesias de estilo mudéjar que salpican toda la ciudad, habiendo sido antes algunas de ellas pequeñas mezquitas de barrio por lo que también es posible observar restos de las diversas etapas del arte islámico en su recorrido. Asimismo, Toledo cuenta hoy con una sinagoga, templo judío por excelencia y también de estilo mudéjar, siendo otro ejemplo más de por qué nombrarla como ciudad de las tres culturas.

fachada lateral, iglesia de Santiago del Arrabal

La actual iglesia de Santiago del Arrabal fue reconstruida en el siglo XIII en la zona norte del centro histórico de Toledo, representando una bella muestra del arte mudéjar toledano bajo el mecenazgo del rey Sancho II de Portugal el Piadoso, hijo de la infanta castellana Urraca de Castilla. Su ubicación, cercana a la Puerta Vieja de Bisagra y en un antiguo barrio musulmán, apunta a que debió levantarse en el lugar de una antigua mezquita. Se cree que fue fundada como iglesia alrededor del año 1247, pero lo que está claro es que en 1265 el templo cristiano estaba ya terminado por el epitafio más antiguo de la iglesia. De su localización también proviene su propio nombre, al encontrarse a las afueras de la ciudad, es decir, en los arrabales.

Se considera que, posiblemente, antes de esa reconstrucción del siglo XIII existía otra iglesia, que habría sido fundada por orden del rey Alfonso VI de León el Bravo, para satisfacer las necesidades de la población de la zona del arrabal que no tenían parroquia, después de la conquista de Toledo por parte de sus tropas y hacia el año 1088. En el año 1125 aparece citada por primera vez en un documento mozárabe y se cree que ya existía la torre. Tras un continuo asedio a la ciudad, los caballeros de Santiago decidieron evitar la ruina de este templo en el siglo XIII, reconstruyéndolo con el apoyo económico del antes citado rey portugués.

El templo contiene tres naves separadas por arcos apuntados que dan gran esbeltez al conjunto y tres ábsides poligonales (adaptando la construcción al ladrillo), destacando sus tres portadas con arcos lobulados, entrelazados y de herradura, de clara influencia califal, así como las arquerías ciegas que recorren sus ábsides. El estilo gótico es visible en la altura de sus naves y en el uso de rosetones sobre las puertas. Sus muros son de mampostería y ladrillo con puertas enmarcadas en arcos de herradura poli-lobulados. El crucero está cubierto con cinco bóvedas baídas, mientras que las naves se cubrieron con techos de madera de par y nudillo. 

torre de Santiago del Arrabal, Toledo

San Vicente Ferrer predicó en este templo de Santiago del Arrabal entre los siglos XIV y XV, llevando también él a sus fieles a cristianizar forzosamente la sinagoga mayor toledana de Ben Shoshan en el año 1405, posteriormente convertida en iglesia de Santa María la Blanca. Su fanático discurso provocó que se asaltara y quemara La Judería, asesinando a multitud de personas y destruyendo hogares, provocando que la judería no se volviera a recuperar dentro de un imparable proceso de limpieza étnica que llegó a sus puntos álgidos con las expulsiones de los años 1492 y 1609 de los judíos y los moriscos, respectivamente.

Esta iglesia también es conocida como catedral del mudéjar, siendo uno de los monumentos de este arte más característicos de la ciudad de Toledo y, con permiso de las torres de Teruel, también de la península. Es muy probable que el alminar de la antigua mezquita se corresponda con la actual torre exenta (separada del edificio), que habría sido recrecida en ladrillo para colocar el campanario. Se trata de la iglesia mudéjar toledana menos modificada, pues conserva su estructura original. En el año 1564 se elevó el ábside principal para alojar un nuevo retablo y en el año 1612 los pilares de ladrillo fueron forrados con pilastras de yeso. 

detalles de puerta en iglesia de Santiago del Arrabal

En el siglo pasado fue cuando se redescubrió el artesonado en el interior de esta iglesia de Santiago del Arrabal así como también diferentes decoraciones mudéjares que habían quedado ocultas en anteriores modificaciones. A su vez, también se realizaron diversas restauraciones y obras de reurbanización en el entorno de esta iglesia, lo que desembarazó al templo de construcciones anejas quedando entonces exenta e independiente de la Puerta de Bisagra Nueva, a la que estaba unida. En el interior también encontramos símbolos islámicos como la denominada mano de Fátima así como inscripciones en su techo de madera.

En otra de las denominadas parroquias mozárabes, podemos encontrar una de las muestras epigráficas más representativa de la cultura islámica de la ciudad, a pesar de que por orden del rey Felipe II se destruyeron las epigrafías árabes visibles por considerarse blasfemia. Se trata de la fachada de la iglesia de Santa Justa y Rufina y en ella podemos contemplar una inscripción labrada en piedra caliza que recoge de forma conmemorativa la construcción de una de las naves de la antigua mezquita. Se encontraba en una zona muy comercial, cerca del mesón del Lino, el zoco de los drogueros y especieros así como los perfumistas.

Su existencia mozárabe está acreditada documentalmente desde el año 1156 y, aunque la remodelación de este lugar para el culto cristiano desfiguró el edificio primitivo islámico, la fachada noroeste conserva no sólo parte de los aparejos originales, sino también un espléndido arco de estilo califal que a su vez ha reutilizado una pilastra visigoda para la columna en la que apoya su arco de herradura fechable en torno al siglo X. Aquella mezquita, de pequeñas dimensiones, formaría parte del conjunto de mezquitas de barrio que podemos encontrar en varios puntos de la ciudad de Toledo.

lápida en iglesia de Santa Justa y Rufina

Una vez consagrado el lugar al culto cristiano, debió levantarse su ábside, cuyas características formales llevarían a relacionarlo con el de la mezquita de Bab Al-Mardum y, por tanto, a datarlo en fecha próxima a finales del siglo XII. De esta forma, se insertaría en la primera fase del arte mudéjar toledano. El ábside desarrolla en planta un amplio semicírculo que adopta al exterior una forma poligonal. Consta de dos cuerpos superpuestos, compuestos por arcos de medio punto doblados y por arcos poli-lobulados que cobijan arcos de herradura apuntados, rematados por un friso de ladrillos dispuestos en esquinilla.

El interior es semicircular, con paramentos lisos, realizados en mampostería encintada, y restos de pintura mural. Este primer templo cristiano estaba orientado al sureste, desconociéndose su organización, y debió aprovechar parte de su estructura preexistente y tal vez responda a ello la existencia de un claustro, adosado a uno de sus laterales, identificable con un posible sahn o patio de abluciones musulmán. Las grandes transformaciones en este templo se llevaron a cabo a partir del año 1530, tras un incendio, modificando la fisonomía anterior y cambiando su orientación triplicando el espacio que ocupaba la antigua nave. Su techumbre de madera data del año 1536.

La calle Ciudad asciende a través del camino que nos va a situar en la plaza mostrándonos la actual iglesia del Salvador. Casi todo el actual edificio es fruto de una reconstrucción realizada tras un incendio en el año 1822, pero el origen como mezquita de esta iglesia se ha confirmado de forma arqueológica y documental. Entre los hallazgos que lo confirman apareció una lápida en la capilla actual de Santa Catalina, en la que se conmemoraba la construcción de una nave en el año 1041 (año 432 de la Hégira) aunque no se especifica si se trataba de una ampliación o una reconstrucción de dicha nave.

arcos de estilo califal en actual iglesia del Salvador en Toledo

La lápida nos dice "En el nombre de Allah, el clemente, el misericordioso, se levantó esta galería con la alabanza y protección de Allah bajo la dirección de los dos empleados de la obra pía (de los legados piadosos), los dos directores Abd Al-Rahmán Ibn Muhammad Ibn Alberola y Kazim Ibn Cahlán en el mes de Rached del año 432. Compadézcase Allah del legatario (del que destina esto a usos piadosos), del que cuide o tome parte en su obra, del que en él haga la oración y del que lea en él. Amen, oh señor del universo. Y bendiga Allah a Muhammad, el último de los profetas y concédale la paz".

Generalmente se relaciona la pérdida de la mezquita mayor (actual catedral) en tiempos del rey Alfonso VI de León con el uso de la entonces mezquita del Salvador como nueva aljama en sustitución de aquella, estando orientada al sureste en dirección a La Meca. Recientes excavaciones han determinado dos fases de construcción de aquella mezquita, una primera adscrita al período omeya con restos de época emiral y califal (desde finales del siglo VIII hasta el siglo X) y otra fase del período taifa (siglo XI hasta pasar a ser cristiana en el siglo XII). En el patio trasero del templo también se descubrieron arcos y muros islámicos así como un aljibe que se consideran pertenecientes al siglo IX. 

Parece ser que en el año 1145, una tormenta tremenda sorprendió a Doña Berenguela de Barcelona, esposa del rey Alfonso VII de León (primer rey leonés de la casa de Borgoña), por las calles de la ciudad, refugiándose entonces en el interior de esta mezquita aljama. Se postró y rezó a Dios para que cesase pronto la tormenta y realmente así ocurrió. Tras este supuesto milagro, el rey leonés ordenó convertir el culto de este templo bajo la advocación del Salvador y dichas obras finalizaron en el año 1159. De este mismo año se tiene un documento que nos indica "prisieron christianos la Eglesia de San Salvador de moros el día de San Juan Bautista".

alminar de El Salvador en Toledo

Teniendo en cuenta que en 1159 se cumplían diez años de la muerte de Doña Berenguela, puede ser posible que lo que cuenta la tradición acerca de aquella tormenta fuese cierto, máxime conociendo la poca pasión que Berenguela sentía por los musulmanes tras el ataque almorávide a la ciudad de Toledo en el año 1139 que la obligó a situarse junto con sus damas en la muralla, desde donde reprochó a los musulmanes atacar una ciudad defendida por mujeres cuando los hombres habían marchado a la batalla que almorávides y cristianos libraban en el castillo de Oreja.

La primitiva mezquita, a diferencia de otras más modestas, presentaría una planta rectangular cuyo espacio interior estaría dividido en tres naves separadas mediante dos arquerías y en estas naves podemos observar arcos de herradura sobre columnas y capiteles de acarreo romanos y visigodos, destacando una excepcional pilastra visigoda decorada con escenas de milagros de Cristo. Su acceso principal se situaría en el muro noroeste, situando el muro de la qibla y el mihrab al sureste, aunque el elemento más sobresaliente en esta iglesia del Salvador es, sin duda, el alminar que ha conservado gran parte de su cuerpo principal y lleva incrustaciones de cenefas. 

Este alminar fue construido en sillería de granito, reutilizando elementos decorativos romanos y visigodos, y su construcción corresponde a la fase emiral. La parte superior de la torre se corresponde con un remate de época barroca posterior, aunque es muy probable que se trate de la torre más antigua de Toledo. En el interior de la torre podemos ver todavía el típico sistema islámico de machón central y escaleras girando en torno suyo, como en la Giralda de la ciudad de Sevilla, frente a las torres huecas cristianas. Por su parte, el patio de acceso a la sala de oración o shan quedaría en la calle actual que da entrada a la iglesia.

arcos islámicos en el interior de la iglesia del Salvador, Toledo

También fue restaurado el patio de abluciones, con una arquería de herradura en ladrillo sobre arcos y columnas romanos, alfices y remate superior similar a lo que podemos ver en la mezquita del Cristo de la Luz o mezquita de Bab Al-Mardum. Esta iglesia se encuentra cerca de las de Santo Tomé y Santa Úrsula y es una de las nombradas en la obra epistolar anónima El lazarillo de Tormes, escrita probablemente en el siglo XVI habiendo sido reformada en estilo mudéjar tardío en el siglo XV. En esta iglesia fueron bautizados la madre del emperador Carlos V, es decir, la reina Juana I de Castilla, la Loca, así como el dramaturgo Francisco de Rojas Zorrilla.

La iglesia de San Sebastián, por su parte, reúne las características del prototipo de mezquita islámica al estar situada muy próxima a los baños públicos de Tenerías del siglo XI, cerca del Tajo, además de encontrarse junto a una de las puertas de ingreso a la ciudad. Se encuentra en pleno barrio de Curtidores, en el que se han encontrado tenerías en varios puntos dedicadas a actividades propias de un barrio periférico junto al río. Sobre los orígenes de esta iglesia se ha especulado mucho y algunos autores mencionan la existencia de un templo romano pagano sobre el que se erigiría una iglesia en época visigoda, entre los años 601-602 en época de Liuva II. 

arquerías en la iglesia de San Sebastián, Toledo

Esa iglesia visigoda posteriormente se transformaría en mezquita en época de Al-Ándalus y de nuevo pasaría a ser iglesia tras la conquista de la ciudad. De aquella iglesia visigoda se han conservado varios fustes y su emplazamiento. La primera referencia a la actual iglesia data del año 1168 y es una de las descritas como parroquia mozárabe por lo que mantuvo culto cristiano durante época islámica. Sin embargo, las investigaciones arqueológicas han demostrado que, en realidad, allí existió una mezquita de barrio desde un momento temprano andalusí, puede que en el siglo IX, reformada y ampliada en el siglo XI y la cual se conocía como mezquita de Al-Dabaggin.

Muy probablemente, los baños próximos de Tenerías servían para realizar las abluciones antes de acceder a su interior. Se sabe que Fath Ibn Ibrahim Al-Umawi, conocido por Al-Qasari, edificó una mezquita en los terrenos que ocupaba este barrio y próxima a las clepsidras o relojes de agua que el genial astrónomo Azarquiel levantara por orden del rey taifa Al-Mamún. Su arquitectura está en consonancia con el modelo de la mezquita del Salvador, es decir, tres naves longitudinales separadas por dos hileras de cinco arcos de ladrillo cada una. Estos arcos son enjarjados, siendo esto muy habitual en las construcciones árabes andalusíes, y tienen el tradicional perfil de herradura de época califal. 

interior de la actual iglesia de San Sebastián en Toledo

El mihrab está situado en el lateral sur-sureste (bajo el actual acceso a través del atrio) y se encontró su cimentación original. Por lo tanto, esta mezquita contaba con orientación sur, siguiendo el estilo de la mezquita aljama de Córdoba. Contaba con un patio o sahn abierto al norte, comunicado con la sala de oraciones por una puerta que conserva el vano de acceso y cargadero original, y un segundo patio lateral al este, denominado ziyada, que estaría reservado para la oración de mujeres y comunicado con la sala de oraciones a través de puertas con arcos de herradura geminados de las que se han conservado quicios y el suelo de baldosas original. 

También encontramos en el interior de esta iglesia de San Sebastián columnas de fustes y varios capiteles de acarreo (todos diferentes) de época romana y visigoda. Queda por resolver la ubicación del alminar, aunque se presupone en el emplazamiento de la actual torre mudéjar del siglo XIV y cuya cimentación no conserva apenas restos de la torre islámica. Desde esta torre se pueden observar los restos de murallas que aparecen en los rodaderos así como los de presas y antiguos molinos situados sobre el río Tajo. En este barrio también se encontraban edificaciones de defensa de la ciudad, como la puerta de Bab Al-Dabaggin, posiblemente cerca de esta mezquita.

techumbre de la iglesia de San Sebastián

Su fachada se levanta sobre el río, frente a los cerros del valle y es, recordemos, uno de los recintos sagrados más antiguos de Toledo al remontarse al período visigodo hacia el año 601. La complejidad constructiva de esta iglesia se manifiesta en las numerosas rarezas arquitectónicas que se pueden observar a simple vista. Así, encontramos la ubicación de la torre junto a la cabecera, la cual a su vez no está orientada según el modelo de los templos cristianos, y los paramentos en los que se pueden distinguir arcos y vanos que no concuerdan con el arquetipo de iglesia mudéjar generalizado en Toledo.

La actual iglesia de San Lorenzo, por su parte, está levantada sobre una antigua mezquita musulmana del siglo XI y presenta su planta en forma de cuadrilátero irregular, transformándose en iglesia en algún momento tras la conquista cristiana de la ciudad que tuvo lugar en el año 1085. De aquella mezquita se han conservado parte de los muros, así como el mihrab. Éste se encuentra en el interior de lo que fuera el antiguo alminar de la mezquita, siendo hoy la torre de la iglesia cristiana. 

En su testamento del año 1613, el capellán del rey Felipe II el Prudente, declaraba haber dado a su cuñado mil cien ducados para fundar con ellos una capellanía en esta iglesia de San Lorenzo de Toledo, en el enterramiento de sus padres y de sus abuelos. Siglos después, durante la guerra civil acontecida en el siglo XX, un incendio destruyó todo este templo de San Lorenzo, sobreviviendo únicamente los muros, que la rodean y la cierran, así como la torre.

vista de la torre de la actual iglesia de San Lorenzo

En el muro, realizado con ladrillo y aparejo toledano, se pueden observar algunos restos del antiguo revoco y enfoscado con dibujos, así como pequeñas ventanas y huecos que permitían el paso de la luz. Conserva una portada tapiada, resto de una antigua entrada al templo, por la nave de la epístola. En la parte que se juntan la torre y el muro se puede ver una moldura esculpida con la figura de un ángel que sostiene un escudo formado por dos cabezas de dragones, en los vértices, unidos desde la boca por una barra. 

A los pies de la iglesia está el atrio, unido con el interior del templo por arcos de medio punto. Este atrio está cerrado por techumbre de forja a la catalana, de vigas de madera, y cubierta, a dos y tres aguas, de teja árabe. La torre-campanario, situada en la mitad de la nave de la epístola, está compuesta por tres cuerpos, siendo los dos inferiores realizados en estilo mudéjar y el tercero en estilo barroco, separados por línea de imposta. Es de fábrica de mampostería y ladrillo y presenta, en las cuatro caras del cuerpo superior, vanos formados por arcos de medio punto.

La iglesia de Santo Tomé se encuentra ubicada en el centro histórico de Toledo y fue fundada después de la conquista por el rey Alfonso VI de León el Bravo en el año 1085. Aparece citada en el año 1142 como construida sobre el solar de una antigua mezquita del siglo XI. A principios del siglo XIV, por encontrarse en estado ruinoso, fue reedificada a cargo del señor de Orgaz y se transformó el antiguo alminar de la mezquita en campanario mudéjar, siendo hoy uno de los mejores de la ciudad. Su fama se debe sobre todo por albergar en su interior el cuadro El entierro del conde de Orgaz de El Greco.

campanario mudéjar en Santo Tomé, Toledo

El edificio consta de tres naves con crucero, cubiertas por bóvedas de cañón y ábside poligonal. Para construir la capilla mayor, con mezcla de mudéjar y gótico flamígero, el señor de Orgaz mandó derribar la antigua cabecera y elevar la cúpula central en forma de estrella de ocho puntas con los nervios pintados. En el lado del evangelio, cerca del altar mayor, una puerta conduce a la entrada de la torre-campanario y desde allí se puede subir por escalera. El antiguo alminar fue reconstruido en el siglo XIV por el citado señor de Orgaz y es de planta cuadrada, en lo que se puede llamar mudéjar toledano, con mampostería y ladrillo muy bien conservados y basado en el alminar de la iglesia de San Román. 

En los dos cuerpos superiores de la torre (doble campanario) se abren grupos de dos y tres ventanas con arcos de herradura y entre estos dos pisos una decoración a modo de friso de arquería ciega con arcos poli-lobulados y separados por pequeñas columnas de cerámica vidriada de color verde y ocre, detalle que la relaciona con las torres de San Román y San Miguel. Junto a una ventana geminada de la torre, en el segundo piso, se encuentra encastrada una placa-nicho visigoda de mármol blanco con venera y cruz patada adornada con letras alfa y omega y estudiada como una pieza similar al prototipo realizado en los talleres de Mérida, que habrían extendido su influencia en Toledo.

Del primer edificio mudéjar conserva el gran arco poli-lobulado superpuesto al actual arco toral, que separa la nave principal del presbiterio, junto con los recios machones de esta parte de la nave y el pequeño arquillo lobulado sobre el friso de ladrillos en esquinilla que sobrevive en la parte alta, en lo que fue la cabecera semicircular de la primitiva iglesia de una sola nave. El notario mayor de Castilla y señor de la villa de Orgaz destacó por sus generosas obras de caridad, contribuyendo a la reconstrucción de iglesias como ésta, la de San Justo y San Bartolomé.

vista del actual campanario de Santo Tomé

En su testamento, el señor de Orgaz había dejado ordenada la donación anual a esta iglesia de unas mandas consistentes en dos carneros, dos pellejos de vino, dos cargas de leña, dieciséis gallinas y ochocientos maravedíes para sostenimiento de los sacerdotes y los pobres de la parroquia, que debían recaudarse entre los habitantes de su señorío en Orgaz. También dejó ordenado ser enterrado en esta iglesia de Santo Tomé y en el lugar más humilde, la última de las capillas de la nave de la epístola.

Por su parte, la iglesia de los santos Justo y Pastor fue fundada tras la toma de la ciudad por las tropas del rey Alfonso VI de León el Bravo, sufriendo distintas transformaciones entre los siglos XVI y XVIII. También durante todo el siglo XIV fue sometida a importantes obras de reconstrucción, destacando su cubierta de madera y su rica decoración en azulejería. Los restos del ábside mudéjar, en ladrillo y con decoración de arquerías ciegas, son considerados también del siglo XIV, aunque bien pudieran corresponder a una obra anterior, según se deduce de la configuración de su aparejo exterior.

detalles de yeserías, interior de la iglesia de los santos Justo y Pastor

Ya en el siglo XVII, este templo popularmente conocido como iglesia de San Justo va a ser objeto de una intervención arquitectónica más profunda, alterándose su nave central hasta perder su anterior carácter mudéjar. Adosada al ábside, se encuentra la actual capilla del Corpus Christi formando un conjunto decorativo mudéjar destacado en la ciudad y conservando el artesonado de madera policromada, con un friso en el que se alternan representaciones. También cuenta con un importante conjunto de yeserías realizadas utilizando la técnica tradicional en la que se tallaba el yeso sobre una preparación de barro húmedo. 

En el exterior se observan sus ábsides mudéjares con un ambiente recoleto, pues sus calles se aferran en su alrededor conteniendo éstas la misma forma. Su torre actualmente está revestida en estilo barroco y su calle tiene una gran pendiente siendo muy pronunciada pues viene desde el corralillo de San Miguel. Esta iglesia de San Justo realmente reúne más belleza en su interior, precisamente por los estilos que concentran sus capillas, especialmente el insuperable estilo mudéjar de la citada capilla mortuoria del Corpus Christi.

yeserías originales en la actual capilla del Corpus Christi

El ya citado artesonado, que forma la techumbre de esta iglesia de los Santos Justo y Pastor, está magníficamente adornado, al más puro estilo mudéjar andalusí, terminando en una pequeña cúpula. Este espacio cuenta también con arcos lobulados muy bellos que contienen ángeles en sus jambas y ventanas angreladas, además de fajas repletas de la representación de guerreros musulmanes y cristianos en combates y en justas de caballeros así como otras con epigrafía cúfica que representan sentencias del Corán.

La iglesia de San Andrés, por su parte, presenta diversos estilos arquitectónicos. De una parte, están presentes el arte mudéjar y el gótico, y de otra el arte barroco a raíz de una remodelación en época posterior. Se descubrieron también en esta iglesia un relieve visigodo y dos pilastras de la misma época y la primera noticia documental data del año 1150, cuando se cita un incendio en la iglesia. Parece ser que fue reedificada en el propio siglo XII y no está claro que anteriormente existiera en su lugar un mezquita como sostienen algunos autores.

fachada mudéjar en la actual iglesia de San Andrés

Del estilo mudéjar quedan restos dentro del templo y en las dos portadas, ambas enmarcadas con arco de herradura. También el claustro mudéjar se puede datar en torno a finales del siglo XII. Los arcos en las naves no son de un mismo estilo ya que los podemos encontrar de herradura, de herradura apuntada y de medio punto. La diferencia de estilos se repite en las cubiertas, cuya complejidad es enorme. En la nave central la techumbre es de madera, de limas moamares, con tirantes y, por su parte, en las naves laterales hay alfarjes con decoración pintada.

Del templo original en el siglo XII, de estilo mudéjar en definitiva, nos ha llegado la parte inferior de la torre, las dos portadas bellísimas, sobre todo la portada principal, con arco de herradura enjarjado, con alfiz y coronada en su parte superior por una serie de pequeños arcos poli-lobulados, y un soberbio arcosolio descubierto en el año 1912 y que sirvió de enterramiento a un noble en el año 1305.

La parroquia de Santa Leocadia, por su parte, aparece citada en documentos desde mediados del siglo XII, con la denominación de "Santa Leocadia de dentro de Toledo" para diferenciarla de otra iglesia, con la misma advocación, junto al alcázar, edificada en el lugar donde la santa estuvo en prisión. Tanto la actual parroquia como la torre responden, en sus partes más antiguas, al estilo mudéjar toledano de finales del siglo XIII, lo que lleva a pensar que existió otra construcción anterior de la que no han quedado restos.

torre y ábside en parroquia de Santa Leocadia

Únicamente, hay referencias para pensar que la disposición primitiva era la de un edificio aislado, separado del actual convento de Santo Domingo el Antiguo por una calle que fue suprimida, en la época del rey castellano Alfonso X el Sabio al ordenar ampliar dicho convento. La parte mejor conservada de la construcción mudéjar es la torre, adosada al ábside del evangelio, lo que viene a confirmar que se levantó al mismo tiempo que la iglesia manteniendo ese aire de alminar musulmán que caracteriza a las torres toledanas. Esta torre se levantó con cuerpo bajo cerrado sin vanos y con aparejo de cajas de mampostería entre hiladas de ladrillo. 

Para la iluminación de la escalera interior se abren ventanas estrechas, casi saeteras, donde el habitual arco lobulado cobija un arquillo mixtilíneo, en yeso. Como remate, un friso de arcos ciegos lobulados, cuya clave se anuda en un círculo que enlaza con el alfiz, aparece como forma derivada de la decoración taifa. Encima, el cuerpo de campanas, con el consabido doble vano de herradura apuntada, y el alero sobre ladrillos en saledizo, transposición de los modillones califales. Sin embargo, esta parroquia de Santa Leocadia conserva escasos restos de la época mudéjar ya que las reformas que terminaron por desfigurar la iglesia en ese estilo se iniciaron en el año 1569. 

Posteriormente, en el año 1594, aunque manteniendo en este caso el contorno exterior de arte mudéjar, se remodeló también el ábside del evangelio (norte), que se convirtió entonces en capilla privada, bajo la advocación de Santa Inés. Por tanto, la actual iglesia consta de tres naves, con tres ábsides en la cabecera. De estos ábsides solo se conserva el muro exterior del correspondiente al evangelio que, dentro de la tradicional superposición de arquerías dobladas, repite las mismas combinaciones de la ya citada iglesia de Santiago del Arrabal. El ábside se divide en tres pisos que se alzan sobre un zócalo, cada piso tiene una arquería ciega. 

fachada de la actual parroquia de Santa Leocadia, Toledo

El primer piso está decorado con doble arquería de medio punto, el intermedio tiene arquería califal doblada por arcos poli-lobulados y en el tercero los arcos de herradura apuntados están doblados por arcos de herradura. Los otros dos ábsides han desaparecido a consecuencia de las remodelaciones posteriores en el siglo XVII. En la última reforma que se llevó a cabo en el año 1966, al suprimir un pórtico adosado al muro sur que servía de entrada al mismo templo, se encontraron restos de la antigua portada mudéjar, que seguían también el modelo de la iglesia de Santiago del Arrabal pudiendo recrearse su antiguo aspecto a partir de esos restos.

Por su parte, la iglesia de San Román se reconstruyó en estilo mudéjar en el siglo XIII, sobre el mismo lugar donde antes había una mezquita, la cual se construyó sobre una primitiva iglesia visigótica y, probablemente, ésta se levantó sobre un antiguo edificio de época romana. Se ubica en uno de los lugares más altos y privilegiados de la ciudad de Toledo, en la segunda de las doce colinas que la forman. De la mezquita califal del siglo X se tienen noticias ya como parroquia a mediados del siglo XII y la iglesia finalmente sería consagrada en el año 1221 y nombrada como Santo Romano, mientras se colocaban los cimientos en la nueva catedral.

nave de la epístola en la actual iglesia de San Román

La tradición señala que en ella se coronó a Alfonso VIII de Castilla el Noble en el año 1166, quien más tarde vencería con sus tropas a los almohades en las Navas de Tolosa. En su torre, por tanto, se llevó a cabo el alzamiento de los pendones del joven rey por conveniencia de la familia de los Lara, frente a los Castro, que había degenerado en una guerra civil. Este rey estuvo aquí acompañado por la familia de Esteban Illán. A lo largo del siglo XIII se construyeron un nuevo ábside y la robusta torre, en estilo mudéjar, con sus dos cuerpos superiores en doble campanario, abriéndose los vanos en grupos de dos y tres, y que serviría de modelo a otras torres toledanas. 

Con posterioridad, en el siglo XVI, fue modificada la capilla mayor enmascarando en parte la primitiva cabecera mudéjar y levantando también la cúpula plateresca. Concretamente, en el año 1572 se retiraron dos lápidas árabes de su interior por orden del rey Felipe II y este detalle, junto a su estructura arquitectónica sustentada sobre nueve módulos con idéntica estructura principal que la mezquita de Bab Al-Mardum o Cristo de la Luz y la mezquita de Tornerías, se suma a los arcos califales y esquemas de triángulos y exquisitas cintas anudadas de época almohade y taifa, lo que nos da a entender que bien pudo ser un importante oratorio durante la época de Al-Ándalus en la ciudad.

arcos en el interior de la iglesia de San Román, Toledo

Existen también en el interior de esta iglesia de San Román inscripciones en árabe con letras cúficas y filacterias en latín determinando así la tolerancia que llegó a vivirse entre religiones en la ciudad de Toledo. También encontramos roleos con palmas, aves, perlas y otros motivos vegetales en algunas de sus preciosas ventanas lobuladas, algunas de ellas conteniendo a la representación de un ángel dentro, como si estos vinieran a recoger a las almas perdidas, por el conocido túnel que va desde la oscuridad del mundo terrenal a la luz del más allá. 

Se trata, sin duda, de uno de los edificios que constituyen en sí mismos una cronología histórica y arqueológica de Toledo, ya que en él se fueron superponiendo los diferentes estilos prototípicos de las culturas y civilizaciones que fueron sucediéndose en el poder político y religioso de la urbe, incluyendo incluso influencias bizantinas y de otros lugares. El edificio actual presenta planta basilical con tres naves cubiertas de madera, separadas por arcos de herradura con alfiz que apoyan sobre pilares con columnas visigodas y romanas adosadas con capiteles reutilizados también visigodos en algunos casos, distinguiéndose por sus hojas corintias. 

estilo califal y ángel cristiano en San Román

Sobre cada uno de los arcos torales que separan las naves se abren, a modo de falso triforio, grupos de tres arcos menores de medio punto. Ésta es una conformación que con algunos matices se repite en la sinagoga toledana de Santa María la Blanca o en la antigua mezquita y actual iglesia ya descrita de San Sebastián, y que evoca claramente a la sala de oración de una mezquita. El eje del muro de la qibla norte-sur, al pasar a ser iglesia, se debió cambiar a este-oeste. Al exterior, lo más llamativo en esta iglesia es su portada de acceso de acusada herradura, un ventanal penta-lobulado en el mismo hastial, y por supuesto su antiguo alminar, la hoy torre-campanario exenta. 

La torre es una de las joyas mudéjares y de las más altas de la capital toledana y se cree muy probable heredera de un alminar musulmán al presentar dos partes bien diferenciadas: un primer cuerpo a modo de base levantada en mampostería (podría ser de origen anterior a la conquista cristiana), y el cuerpo superior de campanas ya en ladrillo y repitiendo casi de manera idéntica a la vecina iglesia de Santo Tomé (mudéjar del siglo XIV), con arcos de herradura y poli-lobulados diversamente conjuntados en sus dos cuerpos altos de ladrillo. A esta torre se puede subir desde el interior del templo y avistar desde ella amplias panorámicas de la ciudad de Toledo

celosía islámica en iglesia de San Román

Hay que fijarse en la subida cómo la estructura es doble, un pilar central de ladrillo y los cuatro muros exteriores, entre los cuales se podía practicar la escalera. Aunque es básicamente una torre mudéjar sigue las pautas habituales de los alminares de estilo almohade. Las pinturas murales, por su parte, fueron trazadas sobre decoraciones preexistentes de inspiración califal consistentes en los típicos despieces bicromos del dovelaje de los arcos, atauriques y composiciones epigráficas. En la actualidad, esta iglesia de San Román acoge el museo de los Concilios y de la Cultura visigoda.

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