Córdoba. Baños califales en la Axerquía.

baños árabes de San Pedro en Córdoba

Los conocidos como baños árabes de San Pedro se encuentran en el actual barrio del mismo nombre, en la zona de la antigua Axerquía de la ciudad de Córdoba, tratándose de una ampliación oriental de la medina en época califal debido a la evidente falta de espacio por la multitud de habitantes. 

En la época de su construcción se calcula que habría en torno a unos quinientos baños árabes repartidos por la ciudad debido a las abluciones que se realizaban en su interior, tan presentes en la cultura islámica. El agua tenía un papel esencial, dado su carácter purificador y por ello, en las medinas o ciudades musulmanas abundaban los baños públicos y el sistema de infraestructuras que aseguraban su aprovisionamiento.

canal por donde discurría el agua 

Córdoba fue buen ejemplo de ello como capital omeya y muchos de los baños de la medina desde entonces siguen ahí, integrados en las viviendas que los rodean y a la espera de su recuperación y restauración. Estos baños de San Pedro posiblemente comenzaron a construirse alrededor del año 1000 durante los años de mayor esplendor del califato, según puede deducirse del preciso estilo califal que aportan sus capiteles.

En su época original, contaba con dos entradas. El acceso desde la Plaza de la Paja se ha perdido y la única entrada hoy es desde la calle Carlos Rubio, antes conocida como calle del Baño Alto. Presentan la peculiaridad de estar emplazados fuera del recinto de la medina cordobesa, al contrario que todas las demás instalaciones de este tipo que se han conservado, ya que tal y como se dijo se ubican en un arrabal, que, como nos recuerda la antiquísima iglesia de San Pedro, debía estar habitado por una mezcla de habitantes musulmanes y cristianos mozárabes.

arcada califal en sala de los Baños de San Pedro

Están organizados en torno a un pequeño patio abovedado presentando vestíbulo y sala fría, conservándose también las salas templada y caliente así como el lucernario de las bóvedas y el aljibe original. Estos baños islámicos están formados por la cámara central y dos galerías laterales; la parte central de los baños es cuadrada, resultando en la actualidad un patio enclaustrado pequeño por la rotura de la bóveda del medio. Sostenían la bóveda doce columnas dibujando tres arcos de herradura en cada frente. 

En concreto, puede observarse la existencia de un vestíbulo o al-bayt al-maslaj, desde el que se accedía a la sala fría o al-bayt al-barid, actualmente desaparecida al incorporarse a la casa vecina, una sala templada, una sala caliente con al menos una bañera, una gran sala que se situaba lateralmente paralela a la templada, el espacio donde se situaba el horno y la caldera, así como otra sala más en la que se disponía el espacio de trabajo y leñera. Destaca también la pervivencia del pozo de noria en planta primera, con una profundidad de más de 20 m.

vista de plantas baja y primera

La sala templada o al-bayt al-wastaní conserva su planta completa. Se trata de una sala cuadrangular, en origen circundada por galerías abovedadas y espacio central cubierto por cúpula. De las galerías se conserva sólo la situada al oeste, habiéndose hallado columnas y capiteles que sostienen la arquería de arcos de herradura. Destaca también la presencia bajo solería contemporánea de numerosos fustes de columnas allí dejados cuando se construyeron las galerías hoy desaparecidas.

Los fustes de las columnas son de mármol, hechos con fragmentos. Los cimacios están trazados con taludes cóncavos, y los capiteles tienen las cuatro esquinas talladas siendo característicos de la época de Almanzor, tres sin arpar y uno latino-bizantino que ha sido aprovechado posiblemente de otra construcción anterior. Existen dos puertas en los muros de esta sala templada, una que da paso a un gran espacio abovedado que se encuentra totalmente colmado de tierra y que se ubica en paralelo a uno de sus lados, como ya se dijo, y otra que da paso directo a la sala caliente.

detalles de columna de mármol en Baños de San Pedro

Esta sala caliente o al-bayt al-sajun, paralela a uno de los lados de la sala templada, presenta planta rectangular con cubierta de bóveda de medio cañón. Los trabajos realizados han permitido descubrir una salita lateral perteneciente a la división original de esta sala en tres partes, apareciendo dos grandes arcos gemelos de herradura con columna y capitel central que subdividen el espacio. Desde dicha salita lateral se accede, mediante dos puertas, por un lado, a la sala paralela al muro oeste de la sala templada, y por otro gran arco de herradura a dos salas de planta cuadrada, separadas por arco de herradura y con cubiertas de cúpula semiesférica o de media naranja.

Se cree que se trata de una habitación de acceso a la siguiente, que tendría funciones de bañera o pila y que se encuentra inmediata al horno y la caldera. Aún quedan por descubrir dos grandes espacios abovedados, los cuales sólo son intuidos como grandes arcos que dan a la habitación que, a modo de vestíbulo, enlaza las salas en la actualidad. Dichos arcos pueden corresponder al lugar donde se situaba el horno y la caldera, así como al espacio de trabajo y almacenamiento de combustible para los baños.

detalles en columna de los Baños de San Pedro

La técnica constructiva empleada en sus muros, así como en aquellos elementos islámicos que se conservan, es la sillería aunque también pueden apreciarse reformas bajo-medievales pertenecientes a obras de los siglos XIV y XV. La cronología, por tanto, de estos baños debe situarse en fechas posteriores a la fitna o guerra civil que acabó con el califato de Córdoba y ha de ponerse en relación con la transformación en mezquita de la antigua catedral mozárabe de los Tres Santos y actual iglesia de San Pedro, siendo estos baños los que cumplirían con la obligación coránica de la purificación previa a la oración en dicha mezquita.

Tras la conquista de la ciudad de Córdoba por las tropas enviadas en el año 1236 por el rey castellano Fernando III el Santo, estos baños de San Pedro siguieron siendo utilizados en los siguientes años. Fueron mencionados en el año 1260, siendo donados durante el siglo XIII por el sucesor de Fernando III, su hijo y monarca castellano Alfonso X el Sabio, a su amada doña Iliana. Después, una vez que pasaron a ser propiedad de los hijos de ésta, debieron ceder los baños públicos a la diócesis de Córdoba. 

proceso de limpieza y restauración

El cabildo catedralicio se encargó de los baños de San Pedro durante los siglos posteriores, a menudo para la provisión de agua dulce y explotándolos mediante arriendo. En el año 1524, la caldera de estos baños fue desmontada para ser trasladada a los baños árabes de Santa María situados en La Judería y próximos a la Mezquita aljama, por lo que desde entonces los baños de San Pedro dejaron de usarse y cayeron en el abandono.

Comenzó desde entonces un proceso de amortización y transformación de los espacios y ya en el año 1584 una escalera ocupaba una de las galerías de la sala templada. Abandonados, poco a poco, tras la implantación del estilo de vida de los conquistadores cristianos, fueron integrados en la trama urbana, construyéndose sobre ellos y pasando su estructura a formar parte de una casa-patio como las que existen por toda la Axerquía.

recuperación de los Baños de San Pedro

En el año 1834 permanecía visitable parte del recinto, aunque las reformas posteriores produjeron el tapiado de la mayor parte, así como su relleno con escombros y tierra. Aunque ya se conocía su existencia, los primeros estudios se realizaron científicamente en el siglo XX. La Junta de Andalucía procedió a su compra en el año 1992, encontrándose en un estado ruinoso, por lo que se procedió a unas obras de urgencia para evitar su derrumbe. 

En 2018, la Junta trató de recuperar estos baños junto a los de la Pescadería y a día de hoy ya ha concluido su restauración junto a un estudio geotécnico, limpieza arqueológica y levantamiento planimétrico de la totalidad del inmueble. Próximamente se construirá un pequeño museo en el solar anexo. Los paralelos arquitectónicos conservados para estos baños se pueden ver en los ya citados baños de Santa María en Córdoba, los de la judería de Baza, de Palma de Mallorca, los Baños del Niño en Jaén y de la judería de Zaragoza.

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