Real Alcázar de Sevilla. Baños de la reina mora y Jardín del Crucero.

alberca del Jardín del Crucero, los Baños de la reina mora

El conocido como Jardín del Crucero se encuentra al oeste del Patio de la Montería, en el interior del conjunto del Real Alcázar de Sevilla en esta ciudad. Este Jardín del Crucero fue construido en el siglo XII, durante el período almohade, aunque fue reformado posteriormente en distintas ocasiones, perdiéndose su estructura primitiva. 

El jardín original almohade presentaba dos niveles. El nivel más alto correspondería al que tiene actualmente el Jardín del Crucero, con dos galerías principales y otras cuatro periféricas. El segundo nivel, unos 4,7 m por debajo del anterior, estaba ocupado por un jardín con naranjos, dividido por cuatro partes, en cuyo centro se situaba una gran fuente y en los extremos, albercas.

vista del nivel inferior desde el Jardín del Crucero

A raíz del terremoto de Lisboa, que causó importantes destrozos en el Alcázar sevillano, se procedió a tapar este jardín inferior del Crucero, rellenándolo de tierra y formando el actual patio rectangular que vemos ahora. Los vestigios visibles de este piso inferior pueden contemplarse desde el mismo patio y la única parte que sobrevive son los llamados Baños de la reina mora o Baños de María Padilla, a los que se accede desde el llamado Jardín de la Danza.

Actualmente podemos contemplar un patio rectangular y ajardinado, dividido en cuatro por setos de mirto y en el interior de los cuadrantes hay bonetero, árboles de Júpiter, palmeras, buganvillas y jazmines. En el siglo XVIII se realizaron varias obras en este patio. Uno de los lados del patio, la fachada del palacio gótico, fue reformada por completo en estilo barroco. 

nivel principal del Patio del Crucero, Real Alcázar

También durante el siglo XVIII se remodelaron las otras fachadas de este Jardín del Crucero y se enterró todo el ajardinado con el fin de poner su suelo al nivel de los salones o estancias a los que da acceso. Se tapiaron también los laterales de los corredores del Jardín y éstos quedaron hasta la actualidad como cámaras subterráneas.

El origen del modelo de los jardines de crucero no ha sido posible aún descubrirse. Los jardines de la ciudad de Madinat Al-Zahra, construidos en la primera mitad del siglo X en época califal, ya seguían este esquema de crucero por lo que se cuenta con esa referencia del estilo califal, aunque en cualquier caso se cuenta también con la referencia y ejemplos en el arte sasánida de Persia.

nivel inferior del Jardín del Crucero

Por su parte, los llamados Baños de la reina mora son también conocidos como los Baños de María de Padilla, de quien se cuenta que fue amante del rey cristiano Pedro I el Cruel mientras habitó en su Palacio mudéjar integrado en el Real Alcázar durante el siglo XIV. Estos Baños se encuentran, como se ha dicho, en una cámara subterránea que incluye un aljibe, ubicándose justo debajo del propio Jardín del Crucero. 

Se accede a estos Baños a través de un pasaje en los jardines, los cuales como ya se dijo originalmente estaban formados en dos plantas, quedando la entrada desde el Jardín del Crucero cubierta con una larga bóveda de cañón, por lo que se llega a ellos desde el Jardín de la Danza. Este sótano que cubre los Baños está formado por una gran nave central de diez tramos cubiertos por bóvedas de crucería, aportación del rey castellano Alfonso X el Sabio ya que durante su mandato se llevó a cabo la obra en el siglo XIII. Hay otras dos naves secundarias por las que discurren los pasillos laterales.

diferente luz en los Baños de la reina mora

Cabe señalar de estos Baños de María Padilla o Baños de la reina mora la simetría de sus bóvedas góticas reflejadas en el agua, las inquietantes galerías al fondo, así como la delicada luz natural que llena la estancia de forma cambiante en las distintas horas del día. Todo ello consigue atraer la mirada de los visitantes, que admirados sólo pueden sentir el drástico cambio de temperatura ya que no en vano se dice que es el lugar más fresco de la ciudad de Sevilla.

Lo cierto es que la situación de esta cripta bajo las estancias del Real Alcázar, unida a su estructura abovedada de piedra revestida de mortero de cal y pintada, con la ventilación suficiente permite que la temperatura baje en su interior hasta 10º C. Ya usaron los almohades este lugar como aljibe y refugio ante el calor veraniego y existen hipótesis de que aquí se guardaban los alimentos para abastecer la cocina del Real Alcázar, aunque con los años fue experimentando diferentes reformas y modificaciones.

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