Córdoba. Torre de la Calahorra.


La torre de la Calahorra, en árabe qalahurra como designio de torre importante y aislada, es el nombre de la fortaleza de origen islámico concebida como entrada y protección del puente romano de la ciudad de Córdoba. Se encuentra ubicada en la orilla meridional izquierda del río Guadalquivir frente a la mezquita aljama y, a pesar de su excepcional enclave, es uno de los monumentos menos conocidos de la ciudad en cuanto a escritos se refiere. 

Las primeras alusiones a esta torre se remontan al siglo XIII, época en la que este baluarte dificultó la entrada por el puente del rey Fernando III el Santo de Castilla en la conquista cristiana de Córdoba. La primitiva función de esta torre de la Calahorra fue meramente defensiva, ya que los conflictos bélicos hacían del puente un acceso rápido y fácil a la ciudad, por lo que necesitaba de mecanismo de defensa que lo protegiera. A simple vista puede dar la sensación de presentar un tamaño reducido para la citada tarea pero, debido a sus características, era más que suficiente.


Originalmente contaba con dos torres unidas mediante un arco y bajo éste se encontraba la puerta que se abría al puente. En la segunda mitad del siglo XIV vuelve a mencionarse en las crónicas, debido a que Pedro I y Enrique de Trastámara batallaron en sus proximidades en su pugna por el trono castellano. El vencedor, Enrique II, reparó la torre de la Calahorra y dotaría también a esta fortaleza islámica de un foso y una tercera torre en el año 1369 que, unida a las originales, consolidaba su aspecto castrense juntándose todas ellas mediante dos cilindros en los vértices sureste y suroeste con la misma altura que las torres musulmanas.

Tras la aparición de la pólvora, a finales del siglo XV se transformaron los recintos defensivos y en esta torre se construyeron diversas troneras en los muros para poder disparar los proyectiles explosivos. En el año 1514, la reina Juana I de Castilla ordenó la creación de una barbacana alrededor del recinto de la torre para su mejor defensa y protección, consolidándose con el aspecto que vemos actualmente. El sistema defensivo que presentaba el edificio era notable, comenzando por sus recios muros y su profundo foso y culminando por medio de sus almenas piramidales, mostrando al enemigo su carácter de fortaleza infranqueable.

torre de la Calahorra en el río Guadalquivir

El interior de la torre de la Calahorra se compone de catorce estancias alojadas en tres alturas, a las que hay que unir la terraza. Las estancias mayores, de planta rectangular, se hallan en el centro mientras que las de menores dimensiones, de planta cuadrada, se encuentran más lateralizadas. Como sucede en el exterior, la torre apenas cuenta con decoración interior a excepción de los propios elementos arquitectónicos y algunos decorativos en estilo mudéjar.

La torre ha tenido diversos usos a lo largo de los siglos, aunque destacó especialmente por ser prisión de nobles. La torre también acogió documentos históricos y alberga actualmente la sede del museo vivo de Al-Ándalus, siendo una exposición permanente audiovisual inaugurada en el año 1987 que presenta una panorámica cultural del apogeo califal de Córdoba entre los siglos IX y XIII, basado en el esplendor de Al-Ándalus, los avances de la ciencia y la convivencia de las culturas cristiana, judía y musulmana de forma pacífica en la ciudad.

torre de la Calahorra, puente romano y mezquita aljama de Córdoba

En la planta baja podemos encontrar a cuatro ilustres personajes como fueron el judío Maimónides, el cristiano Alfonso X y los musulmanes Averroes e Ibn Al Arabi que hablan del pasado de Córdoba y de lo que representó para la cultura universal. En otras salas se exhiben interesantes instrumentos quirúrgicos y musicales, así como maquetas de diferentes edificios de la ciudad. Accediendo a la parte alta de esta torre se puede disfrutar de unas magníficas vistas sobre la mezquita, el alcázar y otros monumentos históricos.

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