Córdoba. Muralla y puertas de acceso.

lienzo oeste de la muralla de la medina 

Se conoce como murallas de Córdoba a los antiguos muros defensivos de la ciudad y en ella se pueden distinguir cinco recintos amurallados: la villa o medina, la Axerquía, el castillo de la Judería, el Alcázar Viejo y la huerta del Alcázar, siendo estos tres últimos de construcción en época cristiana y estando los tres en el barrio actual de San Basilio.

Las primeras murallas con las que contó la ciudad de Córdoba fueron construidas en el siglo II, durante la época romana. Este recinto amurallado contaba con cuatro puertas de acceso, las cuales estaban orientadas a cada uno de los cuatro puntos cardinales. Posteriormente, durante el gobierno del emperador romano Tiberio, se eliminó el lienzo sur de la muralla para ampliar el área amurallada expandiendo la ciudad hacia el río Guadalquivir y abriendo nuevas puertas de acceso a la ciudad.

lienzo este de la muralla de la Huerta del alcázar

Córdoba o madīnat Qurṭuba fue habitada por musulmanes desde el año 711 y poco tiempo después, en el año 716, fue elegida capital de Al-Ándalus, un papel que desempeñó hasta el estallido de la fitna o guerra civil a comienzos del siglo XI y la llegada de los reinos de taifas. En la época musulmana, las antiguas murallas romanas se encontraban en un estado deplorable por lo que durante la fitna de Al-Ándalus el antiguo recinto amurallado fue reconstruido ya que la situación política y social tan distinta demandaba sus propios equipamientos e instalaciones.

El perímetro amurallado romano se mantuvo durante todo el periodo omeya, aunque se acometieron varias reparaciones entre los años 719 y 721, en época del gobernador Al-Samḥ, el cual también intervino en el puente. La medina se distribuyó en torno a calles principales que conectaban internamente las puertas de acceso, herederas de sus predecesoras romanas. A partir de estos ejes, se dispondrían otras calles secundarias que irían delimitando las manzanas y que, con el tiempo, darían lugar a la configuración de adarves o durub, callejones de dominio semiprivado.

puerta de acceso a adarve en la medina

El principal foco de atracción de la ciudad se dispuso en el área meridional junto al río Guadalquivir donde, al igual que en etapas anteriores, se situó el centro de poder político y religioso. En todo ello tuvo mucho que ver la llegada al poder del emir omeya Abd Al-Raḥmān I en el año 756, quien dio comienzo a un programa edilicio que marcó de forma decisiva la imagen urbana de Qurṭuba. Frente a la Bāb Amir, una de las puertas de la muralla oeste, se dispuso desde el siglo VIII un cementerio o maqbara. En los aledaños se fueron asentando igualmente espacios domésticos. En cuanto a los barrios mozárabes, destaca el que existió en Cercadilla, agrupado alrededor de un centro de culto cristiano.

Las transformaciones en el recinto amurallado se siguieron sucediendo en el siglo IX. Abd al-Raḥmān II emprendió la reparación del malecón o al-Rasif en el año 827 para prevenir las crecidas del río, así como la ampliación de la Mezquita aljama hacia el sur y la creación de la Dār-el Tirāz, la casa real de manufacturas y tejidos. La islamización de las áreas suburbanas durante el emirato no se hizo esperar. Los primeros focos que actuaron como catalizadores de los barrios extramuros fueron grandes almunias, antiguos vici o incluso centros de culto cristiano. Ya a partir del primer cuarto del siglo IX, debemos sumar la aparición de baños, mezquitas y cementerios. 

lienzo oeste de la muralla de la medina y escultura a Averroes

La etapa de mayor esplendor de la Córdoba islámica fue el califato omeya (años 929-1031). La medina de estos momentos albergaba las sedes del poder político, civil y religioso del Estado, al tiempo que conformaba un nudo de intercambios y comunicaciones de primer orden y reflejaba una prosperidad que atrajo a muchos nuevos habitantes. Debido a todo ello, la ciudad sufrió una gran mutación, generándose a su alrededor un paisaje suburbano sin parangón en todo el mediterráneo occidental. Abd al-Raḥmān III se autoproclamó califa de Al-Ándalus y rompió por completo con los lazos que aún le unían a Oriente.

Como consecuencia del acercamiento cristiano en el siglo XI, se construyó en la parte oriental de la ciudad una nueva muralla anexa a la existente por lo que el recinto amurallado quedó dividido en dos partes, por un lado el antiguo recinto denominado la medina o al-madinat que englobaba la medina islámica y la villa bajo-medieval cristiana y por otro lado el nuevo recinto denominado la Axerquía o al-Sarqiyya siendo una ampliación posterior al califato omeya. 

arco del Portillo en Córdoba

Se conservan restos de esta nueva muralla junto al llamado arco del Portillo, un portillo de época bajo-medieval que ponía en conexión el interior de la antigua villa con la ampliación del recinto de la Axerquía. De esta forma, los arrabales conformados al este de la medina islámica fueron protegidos garantizando su pervivencia. Este sector urbano oriental o yanib al-Sarqiyya quedó encerrado en un extenso recinto fortificado, reforzado en época almorávide (año 1125) y se ha mantenido ocupado desde entonces hasta la actualidad. 

Esta nueva muralla, a diferencia de la medina, fue construida con zócalo de piedra y un alzado de tapial, siendo de autoría islámica y bajo-medieval cristiana, quedando protegida por torres cuadrangulares dispuestas a una distancia regular y precedidas por un antemuro de menor altura. Tras la conquista cristiana, se mantuvieron y restauraron las murallas y en la última mitad del siglo XIV se añadieron los tres últimos recintos amurallados de la ciudad: el castillo de la judería, la Huerta del alcázar y el alcázar Viejo. 

lienzo de la muralla del alcázar Viejo

Aunque la vida islámica de la ciudad se extendió hasta el año 1236, puede decirse que hasta el último tercio del siglo XIX el circuito de murallas se conservaba prácticamente íntegro. Sin embargo, de la mano de la llegada del ferrocarril a Córdoba y en el contexto del ideario liberal, se inició un proceso de abandono y destrucción de los tramos de murallas y de las puertas de la ciudad, en particular de los lienzos septentrionales y occidental.

De la muralla de la medina, a día de hoy se conservan restos del lienzo norte que se encuentran en la medianera de los edificios que dan a la actual plaza de Colón. Del lienzo oeste se conservan unos 360 m que transcurren a lo largo de la calle Cairuán y en ese lienzo pueden observarse siete torreones así como la puerta de Almodóvar, la cual es de origen árabe y daba acceso al interior de las antiguas murallas. Su nombre procede del antiguo camino que comunicaba esta puerta con la población de Almodóvar del Río, a unos 23 km de distancia de Córdoba. 

puerta de Almodóvar de acceso a la medina

Asimismo, la puerta de Almodóvar tuvo otros nombres en época andalusí como puerta del Nogal - Bab al-Yawz o puerta de Badajoz - Bab al-Batalyaws, constituyendo una de las puertas de entrada del lienzo oeste de la muralla. Se trata de una de las tres únicas puertas que se conservan del recinto medieval cordobés junto con la puerta del Puente, del siglo XVI que sustituyó a la Bab al-Qantara andalusí, y la puerta de Sevilla, también de época cristiana en el siglo XIV. Por tanto, la puerta de Almodóvar es la más antigua y menos modificada del conjunto histórico de Córdoba. 

puerta de Almodóvar en el lienzo oeste de la muralla

La puerta actual fue construida en el siglo XIV sobre la puerta árabe y consta de dos torreones prismáticos unidos a manera de puente por un arco algo apuntado, que desarrolla bóveda de cañón de elevada altura. Dicho arco fue cegado en el siglo XIX por un muro en el que se abrió una puerta adintelada. La construcción del monumento se realizó con sillería de arenisca con añadidos de sillarejo y ladrillo. En la base del antepecho se aprecia un grueso listel resaltado y en su remate conserva el almenado completo y adarve.

De la muralla de la Axerquía podemos encontrarnos con la torre de la Malmuerta, construida sobre los restos de una torre almohade a comienzos del siglo XV, y con la torre de la puerta del Rincón, de planta octogonal con dos cuerpos y construcción muy posiblemente de época cristiana o al menos muy modificada. 

torre de la Malmuerta en la muralla de la Axerquía

Los lienzos y torres visibles en la actualidad pertenecientes a esta muralla de la Axerquía fueron realizados con encofrados de tapial sobre zócalo de sillarejo, correspondiendo en su mayor parte a la reconstrucción de esos tramos de muralla en el siglo XIV sobre el trazado de una muralla almorávide y almohade previa.

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