Ibiza

playa de Ibiza

La capital de Eivissa o Ibiza, isla balear situada en el mar Mediterráneo, tiene una longitud de costa de más de doscientos kilómetros, contando a su vez con más de cuarenta peñascos o islotes de diversos tamaños. Posee una morfología irregular formada por varias montañas y goza desde hace décadas de renombre internacional.

Se detectó en esta isla una primera presencia musulmana en el siglo VIII, con el hallazgo de unas monedas de cobre de esa época, que podría corresponder con la llegada musulmana a la península en el año 712. Esta información también fue posible gracias a las excavaciones llevadas a cabo en las necrópolis del Palmer (aún de época bizantina) donde se encontraron enterramientos claramente andalusíes. 

De la época del emirato de Córdoba (años 756-929) tan sólo ha aparecido en la isla un conjunto de cerámica y una moneda de plata del año 811. Casi al final del emirato, los musulmanes tomaron realmente posesión del territorio de esta isla en el año 902, poco antes del comienzo del califato de Córdoba, y se asentaron en el lugar que hoy pervive como la capital de la isla, ubicándose en la actual parte antigua, siendo la zona más alta de la ciudad y conocida como Dalt Vila. La ciudad de Ibiza, por tanto, se considera que fue fundada tras haber tomado posesión de la isla a principios del siglo X. 

torre y muralla de Almudaina en Ibiza

Enseguida llegaron hasta esta isla nuevos colonos bereberes que se sumaron a la población local que se convertiría en su mayoría al islam, según los restos de una necrópolis califal. Posteriormente, en el año 1015, las Islas Baleares al completo pasaron a depender del reino amirí de la Taifa de Denia y comenzaron entonces una época de cierta independencia. En el año 1076, Denia pasó a formar parte de la taifa de Zaragoza y los territorios insulares formaron la taifa de Mayurqa.

El período de esta isla bajo la taifa de Mayurqa finalizó con la cruzada pisano-catalana en el año 1114, llamada así puesto que las naves embarcaron tanto en Pisa como en distintos lugares de Catalunya, uniéndose en Salou y partiendo desde allí hasta las Baleares bajo el mando del conde de Barcelona. La Dalt Vila de Ibiza, fortificada sobre un terreno elevado, rodeada por fuertes muros defendidos por fosos y una amplia muralla con doce torres, cayó en poder de los pisano-catalanes tras un mes de asedio. 

interior de Sa Portella en la Dalt Vila de Eivissa

El entonces rey de Mayurqa, Abu Al-Rabí Sulayman Al-Burabé, quien dirigía la defensa de la ciudad, fue hecho prisionero en la contienda. Después de haber destruido las murallas y conseguido este primer objetivo balear, los cruzados cristianos continuaron su camino hacia la isla de Mayurqa. Poco tiempo después del saqueo, en el año 1115, apareció la escuadra almorávide enviada por el segundo emir, Alí Ibn Yusuf, que se encontró con territorios en ruinas. 

Este emir almorávide anexionó las Islas Baleares de forma pacífica antes de regresar a la península, siendo la última taifa de Al-Ándalus en unirse al imperio. Posteriormente, también se tiene constancia de la presencia almohade en Ibiza, aunque aún quedan muchos aspectos importantes por documentar, como la delimitación, identificación y cronología de las transformaciones estructurales de la fortificación a lo largo del período almohade. Se conserva una única puerta de acceso al recinto fortificado, la conocida como Sa Portella, situada en la calle del mismo nombre y a la que se accede desde la actual calle Mayor.

vista del puerto y ciudad de Ibiza

Hasta hace pocos años era prácticamente imposible realizar un itinerario por la Ibiza islámica, sobre todo debido a la escasez de datos publicados y contrastados. Actualmente, puede tenerse una visión más completa de aquella época tanto de la ciudad islámica, conocida hoy como Dalt Vila o Ciudad Alta, como del resto de la isla. Sin embargo, los espacios visibles islámicos no son muy abundantes, quedando en pie tan sólo restos de la llamada Almudaina, que significa ciudadela, definiendo la ciudad administrativa, de residencia de funcionarios y cargos relacionados con el poder.

Las fuentes árabes que han podido consultarse se referían a esta isla balear de Ibiza como "una medina pequeña, muy bonita, que disfruta de la ventaja de los núcleos urbanos". El recinto amurallado encerraba alrededor de 125 casas, una mezquita situada en el solar de la actual catedral y algunos servicios urbanos. Fuera de la ciudad se encontraba un arrabal de unas cincuenta casas. El recinto contaba con un total de doce torres que actualmente se encuentran en un estado de conservación muy diverso, siendo más visibles desde fuera del recinto amurallado, especialmente desde el barrio de la Marina y desde el descampado del Soto.

pozo de la fuente de Broll de Buscastell

Entre las tres islas que ahora protegen la bocana del puerto y la ciudad se encontraba hasta hace poco una zona dedicada a la agricultura intensiva irrigada conocida como Ses Feixes. Se trataba de un sistema de recuperación de tierras extrayendo agua mediante un complejo sistema de drenaje y esto daba lugar a parcelas largas y estrechas rodeadas de canales de drenaje excavados. A cada una de ellas se accedía por un portal y un puente, puesto que los canales perimetrales hacían también de cierre. 

Pues bien, en época islámica se construyeron esas feixes situadas más al interior, dejando la zona más próxima al mar dedicada a pastos y atravesada solamente por los canales de drenaje procedentes de la zona sembrada. Con el paso del tiempo fueron secándose y convirtiéndose en huertos regados a partir de norias. Por su parte, algunas descripciones medievales de Ibiza nos indican que en esta isla se producía sal, madera para construcción naval, higueras y uvas pasas, que se dedicaban también a la exportación. Al parecer, la mayor parte de la producción de esas pasas procedería de vides o parras cultivadas en las peculiares huertas antes citadas situadas junto a la ciudad.

vista de terrazas y acequia del Broll de Buscastell

Como otra demostración de la destreza y el desarrollo en torno a la gestión del agua por parte de los musulmanes, acostumbrados a las temperaturas del desierto, cabe señalar la fuente des Broll de Buscastell, que alimenta un sistema hidráulico de origen andalusí y que sigue aún en funcionamiento en la actualidad. Cerca de la fuente encontramos dos acequias, situadas a ambos lados de la cama del torrente, que recogen el agua del pozo de dicha fuente. El conjunto constaba de un sistema de canalizaciones y terrazas así como de cuatro molinos de agua.

Por otro lado, Ibiza hasta el siglo XVII no tuvo consideración de ciudad sino de recinto amurallado al que simplemente se le conocía como castillo de Ibiza o castell d’Eivissa. Las tropas cristianas de la corona de Aragón ocuparon el castillo, lo que hasta entonces era la Almudaina, en agosto del año 1235 después de un asedio continuado durante cinco meses. La población autóctona musulmana que residía en Ibiza fue entonces deportada masivamente, tal como pasó también en Mallorca y el Levante, importando nuevos pobladores vasallos del rey Jaime I, desde Gerona.

peñasco en el atardecer de la isla de Ibiza

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