El baño en Al-Ándalus. Composición.

sala templada en hammam actual de Córdoba

En las zonas rurales y urbanas existían baños públicos o hammam, que funcionaban no sólo como espacios para la higiene, sino también de convivencia. Los baños árabes presentaban una estructura heredada de los baños romanos, con varias salas con piscinas de agua fría, tibia y caliente. En ellos trabajaban masajistas, barberos, responsables de guardarropa, maquilladores, etc. La mañana estaba reservada a los hombres y la tarde a las mujeres. Con la reconquista cristiana muchos de estos baños se cerraron al entenderse que eran locales propicios a las conspiraciones políticas, así como a la práctica de relaciones sexuales. 

En los baños, herederos de las termas clásicas, se realiza la purificación del cuerpo, además de tareas de higiene y cuidado estético y era también un lugar de diversión y de relación social y su arquitectura buscaba la intimidad. Es en los baños regios donde se da un mayor cuidado a la decoración que puede ser arquitectónica (columnas, zócalos, celosías y relieves) y pintada, usándose materiales ricos (mármol y alabastro). Los baños públicos suelen diseñarse para acoger al mayor número de personas. 

Muchos baños eran propiedad de las mezquitas que lo arrendaban como una forma de recaudar fondos para su mantenimiento. Presentaban un diseño modélico, desde al-bayt al-maslaj o vestuario, donde dejaban la ropa, se pasaba a al-bayt al-barid o sala fría, y de ella a al-bayt al-wastani o sala templada, en la que se tomaban vapores y existían zonas para lavarse. Tras ella se disponía al-bayt al-sajun o sala caliente, con dos piletas, una de inmersión y otra de ducha.

sala fría en hammam actual de Córdoba

En la sala fría se producía la renovación espiritual al contacto con el agua y en ella había pilas y una letrina a disposición de los usuarios y donde también recibían paños y alcorques (zapatos con suela de corcho que servían para no quemarse y no resbalar). En los baños califales las letrinas se colocaban en pequeñas estancias dotadas de un banco y con saneamiento subterráneo. 

La sala templada es la de mayor importancia del baño y tiene planta cuadrangular con galería perimetrales y se solía cubrir con bóvedas de medio cañón sustentadas sobre arquerías y pilares columnados. Estaba decorada con pinturas murales a la almagra y sus zócalos eran de mármol. En este lugar también existen zonas de limpieza corporal. Aquí se procedía a las atenciones higiénicas y estéticas diarias, tales como masajes, afeitado, peluquería y vestuario. La sala templada se convertía en ocasiones en lugar de reunión ociosa o comercial. 

La sala caliente solía presentar planta rectangular con saletas laterales, en las que se ubicaban dos pilas flanqueando la caldera. En una pila había una bañera, y en la otra, un chorro de agua a media altura a modo de ducha. Toda la estancia se cubre con una bóveda y se decora con figuras geométricas pintadas. El pavimento y el zócalo eran de mármol blanco. Bajo el suelo discurren galerías por las que circulaba el calor del horno hasta ascender a través de chimeneas a las paredes. 

sala caliente y sala templada al fondo, hammam actual de Córdoba

Existían tuberías cerámicas por las que se distribuía el agua caliente. Normalmente la inmersión en el agua caliente no se producía, ya que se daba mayor importancia al vapor, la sudoración y las friegas como forma de limpieza. La pila de agua caliente se solía utilizar en caso de enfermedad como remedio terapéutico. La zona de mantenimiento se componía de leñera, horno y caldera. Se accedía a ella desde un patio, así como a través de un callejón. 

Junto al horno estaba la leñera, donde se almacenaba el combustible. El nivel del suelo era inferior para facilitar el tiro del horno por debajo de los pavimentos hacia las chimeneas que atravesaban verticalmente los muros. La circulación del aire caliente provocaba el calentamiento del pavimento y de las paredes y sobre el horno se colocaba una caldera de bronce en la que se calentaba el agua. 

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