mosaico de hueso en zócalo del Palacio del Mexuar |
Recordemos que el denominado arte geométrico islámico surgió durante el siglo X junto con el desarrollo de las matemáticas y la geometría en el naciente imperio omeya y que los mosaicos islámicos nacieron inspirados en los mosaicos clásicos romanos, naciendo como un recurso ornamental no figurativo ya que el islam aún a día de hoy evita la adoración de imágenes o ídolos. Siglos después, la Alhambra en la ciudad de Granada constituye una de las manifestaciones más hermosas de arte geométrico.
Los motivos para esta explosión de arte son fundamentalmente religiosos ya que, como sabemos, la geometría utilizada en decoraciones del conjunto monumental granadino contiene mensajes coránicos de corriente sufí. En virtud de la relevancia del mensaje, estos mosaicos eran el medio que servía para transmitir una esencialidad más trascendente y relevante acorde a sus aspiraciones místicas, teniendo en cuenta que los motivos o diseños ornamentales se suceden en ritmos reiterativos hasta el infinito, como una metáfora de la eternidad que llena todo el espacio.
De esa forma, en los mosaicos se repiten uno o más elementos, generalmente hechos a molde, para cubrir una superficie de modo periódico, existiendo una figura básica cuya traslación en dos ejes produce el conjunto. En definitiva, los matemáticos y geómetras nazaríes siguieron caminos indirectos para expresar su visión del mundo y por ello en Alhambra lo evidente siempre esconde algo, aunque si analizamos cualquiera de los mosaicos de azulejos en el conjunto monumental, el efecto visual que producen es que ningún punto es singular ni más importante que los demás.
origen de la forma de hueso desde un cuadrado y trapecio |
La motivación de los nazaríes, no siendo la exhibición de destreza sino la expresión mística de sublimes experiencias internas, conjuga alabanzas y conceptos filosóficos propios de los sufíes, la ciencia de ihsan, codificando las mismas en las proporciones mediante la ciencia sufí conocida como abjad y así simbolizar geométricamente los atributos divinos, sus bellos nombres, siendo importante señalar que la divinidad se identifica con el uno, con la singularidad. Según este método de mensajes incrustados en la geometría de los zócalos de Alhambra, encontramos en innumerables ejemplos a Allah .
La suma abjad de Allah nos ofrece como resultado 66, ya que la palabra Allah está formada por las letras árabes Alef (con valor 1), Lam (con valor 30), Lam (con valor 30) y Ha (con valor 5) cuya suma nos da Allah igual a 66. De esta forma, sumando el valor de las palabras según las medidas geométricas expresadas en el plano, se llegan a formar frases integradas en el islam como "Él, Allah es uno, único, incomparable" como reza la Sura 112 - Al Ijlas. Y en una sola frase, tan breve y profunda, se expresa la unicidad absoluta.
En cuanto al mosaico denominado el hueso, que encontramos en la sala principal del Palacio del Mexuar, a primera vista parece que sus motivos no tienen ninguna relación con polígonos regulares pero, al observar con más detalle, encontramos que el azulejo tiene forma inequívoca de hueso y de ahí que a este mosaico se le conozca por este nombre. Este mosaico del hueso, de forma yuxtapuesta con un hueso cruzado sobre el otro, puede admirarse en una parte del suelo original en el Salón de Embajadores del Palacio de Comares.
En realidad, la forma de hueso se obtiene mediante una deformación de un cuadrado ya que tiene su origen en un cuadrado al que se le extraen dos trapecios de su interior para recolocarlos en los dos lados opuestos. Recordemos que el cuadrado es la figura geométrica básica y el símbolo básico de orientación norte, sur, este y oeste. También es el diagrama más elemental representativo de la Kaabah, el edificio sagrado. Es más, Kaabah se traduce como Cubo. El cuadrado posee cuatro esquinas y el cubo ocho, comparándose con una estrella guía ya que con la traslación y la superposición de los cuadrados resulta en representación de cubo y estrella.
En la figura del cubo, según la cosmogonía sufí, los cuatro puntos cardinales representan a los cuatro elementos (tierra, fuego, agua y aire) y los cuatro puntos restantes del cubo representan los cuatro reinos de la creación (el reino humano, vegetal, reino animal y mineral). En resumen, toda representación geométrica tiene una intencionalidad evocativa, pensamiento espiritual o dick sufí. No en vano, en la misma Cúpula de la Roca, en la explanada de las mezquitas de Jerusalén, la roca ocupa el lugar central sobre la construcción del plano, circunvalada por dos anillos concéntricos uno circular y otro octogonal, más el muro.
Regresando al mosaico de hueso presente en la sala principal del Palacio del Mexuar, encontramos un número que podría ser infinito formando el mosaico mediante movimientos de traslación y rotación de la figura hueso. En un diseño wafiq, de forma cuadrada y coordenadas 9x9, el valor central del diseño es 7. Desde esa posición central del 7, trazamos un diseño con forma de hueso. Si sumamos los valores obtenidos, 8+3+3+6+9+4+3+5+3+6+7+9, resulta un valor de 66 que, como se dijo anteriormente, corresponde en abjad al nombre de Allah. Si giramos la figura del hueso en 90º, la medida sumando los vértices que lo componen, 8+3+3+6+9+4+3+5+3+6+7+9, nos da como resultado de nuevo 66.
La suma de 66 más 66 nos da 132, formando dos huesos de forma superpuesta como el diagrama en el suelo del Salón de Embajadores. Dicho valor 132 corresponde en el método abjad a dos palabras fundamentales. Una de ellas, con valor 132, es la palabra Islam y otra con mismo valor es Muhammad. En el diagrama que forman dos huesos superpuestos, sumando sus vértices obtenemos un valor de 85. Este valor 85 corresponde a la frase coránica de Hadil-Lahi, que significa la guía de Allah. Es decir, el diagrama nos indica que Islam como Muhammad son la guía de Allah. Se trata en todo momento, como se ha dicho, de un arte consciente al ser creado y de alabanza al dios creador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario