El Algarve

paisaje costero en Lagos, El Algarve

El Algarve, la región más meridional de Portugal, procede del árabe الغرب o Al-Garb. El topónimo proviene, por tanto, del referido por antonomasia Garb Al-Ándalus, en árabe غرب الأندلس  nombre que significa literalmente "el oeste u occidente de Al-Ándalus", y que correspondía con la zona más occidental de los territorios andalusíes, encontrándose en el sur de la ahora Portugal. Esta comarca portuguesa limita al norte con El Alentejo, al este con el río Guadiana y con la provincia de Huelva, y al sur y oeste queda limitada con el océano Atlántico. 

El relieve del Algarve está caracterizado por las suaves colinas atravesadas por valles y sus principales zonas montañosas son la sierra de Monchique y la sierra de Caldeirao. Esta región fue ya entonces intensamente aislada del resto del mundo y, aunque nunca tuvo la relevancia de la zona sur de Al-Ándalus, fue el centro más importante de la cultura, ciencia y tecnología islámicas en tierras del actual Portugal. De hecho, la ciudad de Silves fue su principal centro cultural durante la época andalusí. 

Esta ciudad portuguesa constituyó en el año 1027 la taifa de Silves, como pequeño emirato musulmán surgido a raíz de la desintegración del califato de Córdoba. La taifa de Silves ocupaba la parte oeste del actual Algarve, mientras que en el resto de la región se creó la taifa del Algarve. La taifa de Silves ocupaba, por tanto, el área más occidental de la actual región portuguesa, alrededor del cabo de San Vicente y tuvo como centro la propia ciudad de Xilb, la actual Silves. En esta ciudad, se sucedieron diversos gobernadores antes de la toma de poder por la familia de los Banu Muzayn.

puerta del castillo morisco de los gobernadores en la ciudad de Lagos

En el seno de la citada familia se sucedieron varios emires ya como taifa independiente y podría decirse que Silves fue la taifa más importante entre todas las del suroeste de Al-Ándalus. Concretamente hasta el año 1040, la taifa de Silves estuvo liderada por Isa I Ibn Muhammad, un notable local de la ciudad por la misma dinámica irremediable de llenar un vacío de autoridad, aparte de sus innatas ambiciones. Era árabe, linaje muy concurrido en la ciudad desde el siglo VIII y se adjudicó el rango de hayib o mayordomo de palacio para justificar su legalidad.

Posteriormente, entre los años 1040 y 1048, el rey taifa fue Muhammad I Amid Al-Dawla, hijo del anterior. Éste perdió Beja ante los sevillanos y murió en otoño del año 1048. Su sucesor, conocido como Isa II Al-Muzáffar reinó en esta taifa desde ese momento hasta el año 1053 habiendo sido antes cadí de la ciudad de Silves y de toda la región. Se había mostrado enérgico y sagaz en el ejercicio de su cargo y en toda su actuación y, cuando vio que la situación se hacía caótica, se alzó en rebeldía y la gente le prestó juramento como soberano, tanto los de Silves como los de todo El Algarve.

El citado Isa II Al-Muzáffar reforzó la tierra con cuidado, agrupó a los hombres y les repartió las riquezas, formó un ejército y procedió con mucha cautela respecto a Al-Mu'tadid, rey de la taifa de Sevilla, aunque finalmente el mismo rey sevillano le dio muerte a finales del año 1054. Entonces el trono lo ocupó el último rey de la dinastía de los Banu Muzayn, quien fue conocido como Isa III Al-Muzáffar. Sin duda, esta familia mantuvo una presencia continuada entre la élite andalusí ocupando destacadas posiciones sociales y políticas desde que el tercer emir cordobés en el siglo IX, Al-Hakén I, contase con Ibrahim Muzayn siendo éste originario de la ciudad de Faro.

vista del castillo de Silves en El Algarve

La región de El Algarve fue absorbida por la taifa de Sevilla, durante el mandato del abbadí Al-Mu'tadid, rey taifa que heredó la política expansionista de su padre Abú Al-Qasim a orillas del Guadalquivir. En el año 1051, Sevilla se anexionó la taifa del Algarve y en el año 1063 también la taifa de Silves. En esta zona sudoccidental, por tanto, los poetas estuvieron bajo la influencia estelar de Sevilla, cuya corte bajo mandato del conocido rey Al-Mu'támid se distinguió por su mecenazgo con los más renombrados poetas de la época.

No en vano, el mejor de los poetas en esta época fue Ibn Ammar (Abenámar para los cristianos), quien escribía desde la localidad de Silves, la misma ciudad que acogería Al-Mu'támid, quien por entonces era príncipe taifa abbadí, al ser el hijo del rey Al-Mu'tadid. La taifa de Sevilla fue la que, de un modo más pujante, estimuló el cultivo de la poesía, siendo este campo patrocinado y practicado incluso por los dos reyes taifas mencionados. El entonces príncipe Al-Mu'támid fue discípulo desde muy joven del ya gran poeta en la ciudad de Silves, Ibn Ammar. 

A ambos les unió una amistad especial y apasionada. Parece ser que el poeta Ibn Ammar fue desterrado por el rey sevillano Al-Mu'tádid a la ciudad de Zaragoza para evitar la perniciosa influencia que pudiera tener sobre su hijo y sucesor. El poeta Ibn Ammar, como réplica o contestación, escribió una qasida al rey pidiendo perdón, pero tal vez la mención que había hecho anteriormente de sus diversiones y sus noches de juventud con el príncipe Al-Mu'támid en Silves provocó que la qasida no tuviera el efecto esperado. 

vista actual del interior del castillo de Silves

A la muerte de su padre, el ya rey taifa Al-Mu'támid mandó traer a Sevilla de nuevo a su antiguo amigo y amante y juntos permanecieron en aquella ciudad durante un tiempo. Al final de las vidas de ambos, Al-Mu'támid como rey taifa en Sevilla e Ibn Ammar como gobernador de Murcia, la relación se torció por un enfrentamiento del poeta, a la sazón gobernador, con el rey taifa de Valencia. El rey sevillano entonces escribió una qasida satírica, en la que ridiculizaba los orígenes humildes de Ibn Ammar en El Algarve. 

En la qasida con que le respondió éste, se burlaba de los abbadíes, de la esposa e hijos de Al-Mu'támid y le acusaba de sodomía recordando los días que pasaron juntos en Silves. También cabe destacar que el poeta aúlico Ibn Ammar fue a su vez ajedrecista muy apasionado y viajaba por Al-Ándalus retando a otros. Podría decirse que este gran poeta fue también un personaje clave en la política entre el rey musulmán Al-Mu'támid y el rey cristiano Alfonso VI de León, que a su vez era gran aficionado al ajedrez.

Tras la invasión almorávide de la península, se produjo una nueva unión de Al-Ándalus que terminó en el año 1145, cuando los reinos de taifas volvieron a resurgir en la época conocida como Terceros Taifas. La taifa de Silves se extendió entonces al centro del Algarve, mientras que el extremo oriental fue ocupado por la taifa de Huelva. Cabe destacar que los frutales ocupaban un área agrícola importante, siendo la ciudad de Sintra muy famosa por sus peras y manzanas, junto con la producción de higos y uvas. 

puesta de sol en el océano Atlántico desde Sintra

También en aquella época resaltaba la producción de miel y de vino. Aunque su consumo estaba prohibido por el islam, éste se producía y consumía en grandes cantidades, al menos hasta la llegada de los almohades. En cuanto a la minería, no se contó con un nivel técnico demasiado elevado, pero se continúa la explotación de los yacimientos mineros de la península, como se hacía desde los tiempos de los romanos. La minería se revitalizó en época andalusí con respecto a la época visigoda y en la zona de El Algarve destacaba especialmente la extracción de estaño. 

Poco después, concretamente en el año 1150, se produjo una vieja unión de todo el territorio de Al-Ándalus cuando el imperio almohade comenzó a dominar la península. Con la posterior desintegración de este imperio almohade, la zona del actual Algarve formó parte de la taifa de Niebla, que estaba gobernada por su rey, Ibn Mahfot. Como territorio de la taifa de Niebla permaneció ubicada esta zona del Algarve hasta la definitiva conquista por parte de la corona portuguesa. 

El rey cristiano Sancho I de Portugal conquistó efímeramente la ciudad de Silves en el año 1189. De esta ciudad, culturalmente muy avanzada en su época, también se decía que era diez veces mayor que la actual capital del país, Lisboa, y que contaba entre sus habitantes con gran número de yemeníes. Aún siendo así, no sería hasta mediados del siglo XIII, concretamente en el año 1249, cuando el rey Alfonso III de Portugal conquistó definitivamente la zona del Algarve proclamándose entonces rey de Portugal y el Algarve.

puerta en castillo de Paderne, concejo de la Albufeira, El Algarve

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