vista de la costa de Tánger y el Estrecho de Gibraltar desde Tarifa |
Dentro del núcleo de población de Tarifa, en la provincia de Cádiz, se encuentra el punto más meridional de la península ibérica conocido como Punta de Tarifa o Marroquí y está situado en la Isla de las Palomas. Este accidente geográfico sirve de divisoria a las aguas del mar Mediterráneo y del océano Atlántico, que se cruzan justo enfrente de la ciudad. La Punta de Tarifa está situada en la parte más angosta del canal o Estrecho de Gibraltar, a una distancia de 14 km de las costas marroquíes, lo que convierte a Tarifa en la ciudad europea más cercana a África.
Debido a su gran extensión, Tarifa cobija otras pedanías como Facinas y Tahivilla y en su término municipal se diferencian claramente dos áreas orográficas. En la zona más cercana a la costa aparecen las sierras del Estrecho, que poseen por lo general una orientación norte-sur y enmarcan entre ellas diversos arroyos estacionales. Por su parte, de oeste a este aparecen como más destacadas las sierras de La Plata, Loma de San Bartolomé, Sierra de Enmedio y Sierra del Cabrito. Otro gran relieve en las inmediaciones de Tarifa lo forman los montes denominados genéricamente Sierras de Algeciras.
El límite noroeste lo marcan las sierras del parque natural de Los Alcornocales quedando en Tarifa una amplia área de tierras bajas en la vega del río Almodóvar (afluente del río Barbate) y la antigua laguna de La Janda, siendo hoy terrenos aún destinados al cultivo. Existen, además, otros cuatro ríos de relativa importancia que vierten sus aguas en la costa de Tarifa llamándose Jara, Valle, Vega y Guadalmesí, desembocando los tres primeros en la costa occidental y el cuarto en la costa oriental.
Vista sobre mapa del Estrecho de Gibraltar |
Asimismo, Tarifa cuenta con multitud de arroyos como el del Retiro, el Arroyo Viña y el Arroyo de los Alelíes. Entre su fauna tienen especial importancia las aves que cada año realizan el paso migratorio del Estrecho de Gibraltar y entre las especies más importantes cabe destacar el paso de cigüeñas, milanos negros, águilas calzadas, águilas culebreras o halcones abejeros. También son importantes en las costas próximas las poblaciones de mamíferos marinos.
Existen indicios arqueológicos de la presencia de, al menos, dos asentamientos púnicos de cierta importancia dentro del término municipal de Tarifa. Se han encontrado restos de presencia fenicia y la fundación de la Baelo Claudia en época romana se llevó a cabo en el siglo II a.C. Esta importante ciudad aparecería desde muy temprano relacionada con la pesca y el comercio con el norte de África, principalmente con Tingis, la actual ciudad de Tánger.
El nombre de Tarifa procede del árabe Al Yazirat Tarif o Isla de Tarif. Este nombre le fue dado en el año 710 a la Isla de las Palomas, que se encuentra frente a su costa, al ser el lugar seleccionado por las tropas expedicionarias de Tarif Abu Zara, comandante de Tarik Ibn Ziyad, en su primer desembarco en la península con el objetivo de comprobar la envergadura de las fuerzas militares presentes. Tras constatar la ausencia de defensa informó a Tarik y al año siguiente, en el año 711, desembarcaron en el peñón de Gibraltar y emprendieron la conquista de la península.
playa de la Atunara y peñón de Gibraltar, hoy británico |
Es decir, el punto donde desembarcó Tarif se llamó Yazirat Tarif o Isla de Tarif, hoy Tarifa, y donde llegó Tarik fue llamado Yabal Tariq o Montaña de Tariq, hoy Gibraltar. Primeramente, los musulmanes fundaron una medina en el emplazamiento actual de la ciudad cuyo nombre llegaría al castellano como Tarifa y comenzó así la conquista del reino visigodo en decadencia y el comienzo de Al-Ándalus. Durante los dos primeros siglos, la recién fundada Al-Yazirat Tarif no pasó de ser una pequeña ciudad de pescadores, pero a partir del siglo X comenzó a fortificarse la ciudad ya que el califato fatimí (único califato chií, concretamente ismailita) amenazaba a la dinastía omeya reinante en Al-Ándalus.
Por orden del primer califa omeya de Córdoba, Abd Al-Rahmán III, se construyó una gran fortaleza en Tarifa siendo finalizadas las obras en el año 960. Cabe señalar que el califato fatimí fundaría la ciudad de El Cairo en el año 972 y que el objetivo omeya de esta construcción en Tarifa era frenar una posible invasión de los fatimíes, que habían establecido un califato en el norte de África y cuyos territorios también abarcaban Sicilia, el Levante mediterráneo y parte de la península arábiga.
Tarifa pasará en el siglo XI a depender primero del reino taifa de Algeciras, en el año 1031, para más tarde hacerlo del reino taifa de Sevilla en el año 1057. A partir del año 1085, las tropas cristianas comandadas por el rey Alfonso VI de León, el Bravo, amenazaban las fronteras del reino taifa abbadí de Sevilla durante el gobierno de Al-Mu'támid. Es por ello que el rey sevillano debió pedir ayuda a los almorávides de Yusuf Ibn Tasufin quien, para comenzar sus operaciones, se estableció en la cercana ciudad de Algeciras.
vista de torres defensivas en Tarifa |
Tras hacerse fuerte en las medinas de Algeciras y Tarifa, los almorávides no se limitaron a defender a sus aliados taifas, sino que comenzaron realmente la conquista de todo el territorio de Al-Ándalus formando un imperio que tendría como capital a Marrakech. Años más tarde, en el 1147, fueron los almohades los que, entrando a través del Estrecho de Gibraltar, se establecerían en toda la región hasta su declive tras la batalla de las Navas de Tolosa en el año 1212.
Durante el primer tercio del siglo XIII se produjo el desmoronamiento del imperio almohade norteafricano y el final de su poder en Al-Ándalus, donde se originó una nueva fragmentación de la unidad territorial conocida como Terceros Taifas que, junto con otras circunstancias, propiciaron la expansión militar y conquistas castellano-leonesas y aragonesas, que no encontraban ya un poder central andalusí. De este modo, en el año 1231, Tarifa pasó a depender de nuevo del reino taifa de Algeciras tras la expulsión de los almohades de la zona.
El proceso del avance cristiano parecía que iba a acabar con Al-Ándalus y que no se iba a detener hasta completar la conquista de toda la península, pero en el rincón sudoriental de ésta se había refugiado el levantamiento de Ibn Al-Ahmar, quien fuese el fundador de la dinastía nazarí. En el año 1273, el sultán nazarí de Granada pidió ayuda a los benimerines del Magreb entregándoles las ciudades de Tarifa y Algeciras donde se hicieron fuertes y comenzaron la defensa de la frontera occidental del reino de Granada con Castilla.
Plazuela del Viento en la ciudad de Tarifa |
La importancia estratégica de la plaza de Tarifa hizo que se organizase una operación militar liderada por la corona de Castilla, con apoyo de la república de Génova, la corona de Aragón y el emirato granadino, mediante la cual se conquistó la ciudad de Tarifa, en poder del sultanato meriní de Abu Yaqub. Los castellanos contaban con más de treinta galeras y alrededor de ocho mil caballeros y los benimerines sumaban aproximadamente tres mil combatientes. El cerco consistió en un ataque combinado de fuerzas terrestres y navales cuando ya Tarifa había sido sometida a un bloqueo naval para evitar el aprovisionamiento de suministros.
El contingente naval, liderado por un almirante genovés, estaba compuesto por una flota de naves genovesas, castellanas y aragonesas y el cerco terrestre se configuró con la llegada a la zona del rey Sancho IV de Castilla. En el año 1292, el citado rey Sancho IV el Bravo puso cerco a la ciudad y la rindió ese mismo año, quedando Tarifa en manos castellanas y su defensa a cargo de Alonso Pérez de Guzmán como primer alcalde. La amenaza benimerín fue, sin embargo, constante y en el año 1294 serían las tropas norteafricanas -aliadas con el infante Don Juan, hermano del rey- las que se presentarían frente a las murallas de Tarifa pero, a pesar de la dureza del asedio, la ciudad resistió.
En dicho asedio los benimerines capturaron al hijo del citado Guzmán y ofrecieron a éste liberarlo a cambio de la villa. Según las crónicas, el defensor de una Tarifa cristiana se negó a entregar la ciudad y arrojó desde las almenas su propio puñal para matar a su hijo. "Antes querré que me matéis ese hijo y otros cinco más si los tuviere que daros esta villa de que el rey mi señor me ha hecho homenaje". Llamado desde entonces Guzmán el Bueno, fue merecedor de privilegios reales y nobiliarios y fundador de toda una dinastía y señorío, la Casa de los Guzmán, de gran influencia en el sur y con sede primero en Medina Sidonia y más tarde en Sanlúcar de Barrameda.
vista de tramo del camino de ronda en murallas de Tarifa |
En el año 1340, las tropas benimerines, pusieron de nuevo cerco a Tarifa y sabemos que el gobernador de la ciudad en aquellos momentos era Juan Benavides. Tarifa resistió el sitio más de un mes, hasta que llegaron al lugar las tropas de los reinos de Castilla y Portugal y obligaron a los sitiadores a replegarse hacia Algeciras y hacia la campiña tarifeña. Poco después, el grueso de las tropas castellanas y portuguesas acometieron contra las tropas norteafricanas en las proximidades del río Salado, cerca de la ciudad de Tarifa, derrotándolas en la hoy conocida como Batalla del Salado.
En el año 1514, el emperador del Sacro Imperio y nieto de los llamados reyes católicos, Carlos V, concedió el título de marqués de Tarifa a Fabrique Enríquez, delimitándose el año siguiente los terrenos y propiedades que pasarían a depender del marquesado. Las principales villas del señorío eran Bornos, Espera, Alcalá de los Gazules y la propia ciudad de Tarifa. En esta ciudad comenzaría el marqués paulatinamente a controlar todos los aspectos locales, interviniendo en las decisiones del concejo y a usurpar tierras y montes hasta entonces comunales.
En 1530, varios vecinos de Tarifa exigieron ante el rey la devolución de las tierras adquiridas ilegalmente, así como la devolución de los beneficios obtenidos de ellas durante los años anteriores. Seis años después se firmaba la concordia entre el concejo y el marqués de Tarifa, pero al no cumplirse la resolución volvió a presentarse una nueva demanda en el año 1564, en la que se pidió la incorporación de los términos de Tarifa al patrimonio real. Habría que esperar hasta 1596 para que la Real Chancillería de Granada retirara el marquesado de Tarifa al ya quinto marqués Fernando IV Enríquez.
vista de patio de armas y Castillo de los Guzmanes en Tarifa |
Hoy día, las viviendas del centro histórico de Tarifa presentan una arquitectura típica de los pueblos de Andalucía, con edificios encalados de una o dos plantas. Se mantiene en esta zona el trazado medieval de la ciudad andalusí con estrechas calles sin aparente ordenación urbanística y, aunque el llamado Castillo de los Guzmanes es su edificio más representativo de época andalusí, en Tarifa también son visibles tramos de los recintos amurallados de la ciudad e innumerables detalles que nos transportan a la época medieval.
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