Granada. Casa Horno del Oro.

pórtico norte y alberca, Casa Horno del Oro

La Casa Horno del Oro, en la ciudad de Granada, es un ejemplo interesante y vivo de la arquitectura doméstica andalusí, mostrándose hoy como casa morisca. Se trata de una pequeña casa nazarí de una sola planta, a la que se le añadió en el siglo XVI un segundo piso. Esta Casa Horno del Oro se encuentra situada en el callejón del Horno del Oro, en el barrio de Axares, es decir, el barrio de la salud o del deleite, a medio camino entre la calle de San Juan de los Reyes y el Paseo de los Tristes.

Este barrio era llamado así en época andalusí por sus buenas condiciones climáticas y por la belleza de sus casas. Las denominadas casas moriscas fueron edificadas tras la conversión de los musulmanes al cristianismo a finales del siglo XV. Existen divergencias en catalogar esta casa como nazarí o morisca, pero desde el punto de vista tipológico del edificio como por sus elementos arquitectónicos permiten encuadrarla en la arquitectura nazarí del siglo XV. 

detalle de capitel y columna nazarí en el patio

Así, esta Casa Horno del Oro fue pasando de ser una mansión de la época nazarí con uno o dos pórticos en los lados menores del patio, a ser una casa morisca con galerías en los cuatro lados, de influencia procedente de la ciudad de Toledo. Sin embargo, son características constructivas puramente nazaríes el zaguán de entrada en recodo, con varios peldaños para acceder a la vivienda, las salas principales en los lados menores del patio o la alberca situada en el centro de la casa.

Estos inmuebles, junto a las casas nazaríes, son los únicos restos de arquitectura doméstica de origen musulmán que se conservan en el Albayzín de la ciudad de Granada. Esta casa tiene una orientación norte-sur y ocupa un solar con una superficie de 221 m cuadrados, superada en la ciudad tan sólo por grandes casas como la Casa del Tapiz, Zafra o Girones entre otras, lo cual nos hace ver que tuvo que pertenecer a una acomodada familia.

La sencillez de la fachada de esta casa no permite imaginar la armonía arquitectónica que esconde dentro o, dicho de otro modo, en pocas ocasiones las viviendas moriscas reflejan exteriormente la categoría social de sus moradores, pues suelen presentar poca o nula decoración en sus paredes exteriores. Así, la fachada de muro ciego preserva, conforme a la tradición musulmana, la intimidad familiar de miradas extrañas mediante una entrada en forma de recodo.

pórtico sur y alberca, Casa Horno del Oro

Posteriormente, en época morisca y por la ley promulgada en el siglo XVI para evitar la intimidad de las casas de los moriscos, se abriría una puerta en la fachada principal de esta Casa Horno de Oro. Esta puerta, morisca, se nos presenta con un arco apuntado, formado de dovelas de ladrillos y con un alfiz en el que destaca una decoración con lazos, aunque esta puerta principal no se utiliza hoy en día, accediéndose por otra más moderna situada algo más abajo.

La Casa Horno de Oro debió ser ocupada por alguna de las ricas familias andalusíes y, posteriormente, sería la morada de una familia morisca cuya vida acontecía en estos barrios para alejarse así del contacto con los cristianos y conservar un poco de independencia. Estas familias moriscas seguían para su construcción el gusto propio de sus antepasados, aunque sirviéndose de los elementos arquitectónicos que los conquistadores aportaron.

detalle de lazos en fachada y puerta principal morisca

La fisonomía de la casa copia la domus romana y todo el edificio gira en torno a un patio rectangular, de 9,90 m x 6,60 m, centrado por una pequeña alberca igualmente rectangular y enmarcado en sus laterales menores norte y sur por dos pórticos de arquerías, adintelados, con columnas nazaríes y tras los que se abren las habitaciones principales. Como en la mayor parte de casas musulmanas, todas sus habitaciones y ventanas están orientadas hacia el patio, elemento que centra la vida familiar e ilumina las estancias.

Las habitaciones principales, que actualmente hacen la función de salas de exposición, son rectangulares y están cubiertas con techos horizontales de madera o alfarjes. Se puede apreciar un precioso artesonado de par y nudillo decorado con ricas pinturas, donde destacan tres tirantas con estrellas de ocho, al fondo en lo que sería una de las dos alcobas techadas de alfarje. Quizá estas alcobas, de alguna manera, estarían separadas por algún tipo de arco de la dependencia principal, hoy ya desaparecidos.

cubierta de par y nudillo en Casa Horno del Oro

En la planta baja de esta Casa Horno del Oro destaca, pues, el alfarje que constituye el techo o cubierta del pórtico norte que conserva vestigios de pinturas, así como las hojas de la puerta de acceso a la sala inmediata, decoradas ambas con lacería de tradición nazarí, con tablazón clavada en el anverso y peinacería en el reverso. Sus vanos de acceso, presentan taqas en las jambas de las puertas así como dos ventanillas en su parte superior que dejan pasar la luz.

En el cenador meridional del sur se abre actualmente la escalera, pero hasta el siglo XIX, en este lugar, había una alacena con estantes enmarcada por arco gallonado. Aunque el lado oriental ha sido cerrado recientemente, los frontales guardan perfectamente la proporción áurea. Recorriendo las escaleras, llegamos al piso superior que debió ser construido ya en el siglo XVI. Esta planta se abre al patio por medio de galerías adinteladas con balaustrada.

taqa nazarí en la jamba del pórtico sur

Tres de los lados tienen balaustrada de madera cubiertos de alfarje, mientras que el otro lado está formado por arcos rebajados, sostenidos. La planta alta de esta Casa Horno del Oro pasó a convertirse en la zona familiar principal donde se encontraban las estancias de las mujeres y de los niños. Para construir y sostener este segundo piso, como se ha dicho, se adintelaron los laterales largos del patio con pilastras de ladrillo.

La sala sur de la planta alta conserva en la entrada el arco original de yesería, es decir, conserva el único arco original de acceso a una sala, con atauriques en las albanegas y diferentes en cada cara, así como también conserva las taqas en las jambas con arquillos gallonados además de la espléndida armadura de madera policromada que la cubre. Esta planta alta, en el siglo XVI, recibió un corredor-galería abierto con balaustradas, pies derechos, zapatas de carácter gótico y armadura mudéjar.

Recordemos que en la rebelión de La Alpujarra contra las leyes del rey Enrique II, (años 1568-1570), la mayoritaria población morisca de Granada protestaba la prohibición de elementos distintivos moriscos como la lengua árabe, los vestidos, los baños, las ceremonias y los ritos que las acompañaban, las zambras, etc. Tras su definitiva expulsión de la península, esta casa fue corral de vecinos hasta el siglo XX, siendo entonces adquirida por el Estado y restaurada. Actualmente acoge la sede del festival de jazz de la ciudad de Granada.

arco original de yesería en la planta alta del ala sur, Casa Horno del Oro

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