Córdoba. Mezquita aljama. Puertas de acceso.

exterior de la Mezquita de Córdoba, esquina suroeste

El impresionante recinto de la Mezquita aljama de Córdoba está realizado en piedra caliza y rematado por almenas escalonadas de tipo sirio. El recinto cuenta con un total de diecinueve puertas al exterior, varias de ellas reconstruidas y restauradas ya en época moderna. Mientras que algunas de ellas sirven de acceso al patio de los Naranjos, gran parte del resto fueron tapiadas durante el siglo XIII, usándose como fondo de las múltiples capillas cristianas que guarda el interior de la actual mezquita-catedral.

En la fachada oeste de la Mezquita contamos siete de sus puertas. De norte a sur, encontramos la puerta de los Deanes, que comunica con el patio de los Naranjos, la de San Esteban de tiempos de Abd Al-Rahmán I, la puerta de San Miguel de la época de Abd Al-Rahmán II, así como las puertas del Espíritu Santo, el postigo de Palacio, la de San Ildefonso y la puerta del Sabat perteneciendo a la ampliación de Al-Hakén II.

vista aérea de la Mezquita aljama con orientación norte-sur

En la fachada norte, encontramos tres puertas desde el alminar o actual campanario en el ala oeste hacia el este, encontrando la puerta del Perdón bajo el alminar, la puerta de Ntra. Sra. del Pilar y la del caño Gordo. En la fachada sur, que mira al río Guadalquivir, no encontramos ninguna puerta estando compuesto el exterior de esta fachada, de oeste a este, por arcadas superpuestas, un balcón y la llamada custodia por ese orden.

En la fachada este contamos las nueve puertas restantes. De norte a sur, la puerta de la grada Redonda y la puerta de Santa Catalina son las que permiten el acceso al patio de los Naranjos. Todo el resto de puertas pertenecen a la época de Almanzor, encontrándonos con la puerta de San Juan, la del Baptisterio, puerta de San Nicolás, la de la Concepción antigua, puerta de San José, la del Sagrario y puerta de Jerusalén. 

puerta de los Deanes, fachada oeste

Comienza el recorrido por las siete puertas de acceso a la Mezquita en la fachada oeste encontrando primeramente la puerta de los Deanes, única puerta en esta fachada con acceso al interior del patio de los Naranjos. Su estructura externa corresponde a la remodelación realizada en el siglo XIV y está formada por un dintel adovelado y un arco de descarga con forma de falsa herradura, ya que se encuentra cegado justo en la curvatura del propio arco.

En la parte superior de esta entrada se sitúa una cornisa rematada con adornos, como si estuviera almenada. Su cara interna que da paso al patio es la original del siglo VIII y se ha conservado hasta nuestros días, llegando a afirmar algunos autores que puede tratarse de la entrada al patio de la primitiva mezquita de Abd Al-Rahmán I.

vista del interior de la puerta de los Deanes

Seguidamente encontramos la puerta de San Esteban, que fue construida en el siglo VIII por Abd Al-Rahmán I y reformada posteriormente en tiempos de Muhammad I.​ Es la puerta más antigua de todo el templo y sirvió de modelo para el resto de las puertas laterales construidas en época musulmana. Es también conocida como puerta de San Sebastián, puerta de los Visires o Bab Al-Wazara.

Esta puerta de San Esteban era la entrada por la que se accedía desde la calle directamente al oratorio de la mezquita de Abd Al-Rahmán I. Esta puerta sufrió una importante reforma en el siglo IX, momento en el que se le añadirían los motivos ornamentales que hoy podemos observar en ella. Esto queda patente gracias a la inscripción que hay en el arco y que señala el año 855 como fecha de los añadidos, ya en época de Muhammad I.

puerta de San Esteban, fachada oeste

Su estructura la forma un vano adintelado sobre el que hay un arco de herradura ciego en el que se alternan las dovelas, con motivos vegetales, y grupos de ladrillos colocados de canto. A los dos lados de la puerta, hay dos ventanas cerradas con sendas celosías de mármol blanco, de las que algunos autores afirman que fueron reutilizadas. Remata todo el conjunto, en la parte superior, un tejaroz de piedra sustentado por modillones y sobre el que hay una serie de almenas escalonadas.

En época cristiana fue enlucida por completo, mientras que ya en el siglo XIX las sucesivas restauraciones hicieron que perdiera gran parte de su aspecto original. Sin embargo, aún es posible ver en su parte exterior numerosos restos de los atauriques que la decoraban antaño. Los modillones constituyen el elemento decorativo principal de los aleros de los tejados de esta fachada. Si bien son de época de Abd Al-Rahmán III, algunos de ellos fueron repuestos a lo largo del segundo tercio del siglo XV con ornamentación gótica.

dovelas con vegetales en el arco de la puerta de San Esteban

La siguiente puerta que vemos es la de San Miguel y se trata de la única puerta correspondiente a la época de Abd Al-Rahmán II. Es llamada así por la primera capilla de época cristiana que hubo tras ella y también es conocida como puerta de los Obispos. Está situada en lo que ya sería la ampliación de la Mezquita realizada bajo el mandato del citado Abd Al-Rahmán II.

Esta puerta de San Miguel sigue la misma estructura que la ya vista en la puerta de San Esteban, si bien ésta de San Miguel es de un tamaño ligeramente inferior, algo que podemos apreciar con mayor nitidez si observamos bien el arco. En esta ocasión, no se ha conservado la ornamentación de ataurique, además de carecer igualmente del tejaroz de la parte superior.

puerta de San Miguel, fachada oeste

Los adornos del arco fueron añadidos ya en el siglo X. En el centro de este mismo arco podemos ver el escudo del obispo Juan Daza, el cual fue añadido a esta puerta en el siglo XVI, momento en que también se incorporó el alfiz de estilo gótico a la estructura de la puerta. Cabe apuntar también que ya en tiempos de Abd Allah se construyó un sabat en este acceso para unir la maqsura con el alcázar árabe, que se encontraba donde hoy está el palacio Episcopal.

Este paso discurría por encima de la calle pública que vemos ante la puerta de San Miguel, si bien no hay que confundirlo con el que se construyó más adelante y más al sur bajo el mandato de Al-Hakén II. El que mencionamos aquí no continuaba dentro de la sala de oraciones y el motivo de su construcción se dice que fue el hecho de que, cuando Abd Allah iba a la mezquita, los fieles que se encontraban rezando se levantaban interrumpiendo así sus oraciones por lo que se decidió realizar dicho sabat.

puerta del Espíritu Santo, fachada oeste

Las siguientes y restantes cuatro puertas en el muro occidental u oeste de la Mezquita aljama de Córdoba hasta la esquina sur, en su origen daban acceso directamente a la sala de oración que erigiera el califa Al-Hakén II en la segunda mitad del siglo X. La primera de las cuatro, de norte a sur, es la llamada puerta del Espíritu Santo siendo una de las más bellas en lo que a composición se refiere.

La puerta del Espíritu Santo se trata de un acceso que se mantuvo tapiado hasta principios del siglo XX, momento en el que afrontó su restauración para devolverle su esplendor inicial. Muy parecida a ésta es la puerta de San Ildefonso, que se encuentra en esta fachada más al sur, de hecho si nos fijamos con detenimiento los esquemas compositivos de ambas son casi idénticos.

ataurique en arco polilobulado de puerta del Espíritu Santo

El vano de acceso adintelado se compone de un arco de herradura de descarga y se encuentra enmarcado por un alfiz, hecho que pasa a ser una tónica dominante a lo largo del muro occidental. Sobre él encontramos una serie de arquillos ciegos y entrelazados, dotando al conjunto de un mayor dinamismo. Cada uno de ellos está decorado en su interior con distintos motivos geométricos pintados.

Franqueando ambas portadas, se hallan dos pequeñas ventanas. Están cubiertas con celosías decoradas a base de elementos geométricos también entrelazados, envueltas cada una de ellas por arcos poli-lobulados en los que destaca su profusa decoración geométrica, detalle que se repite en todo el conjunto de la puerta.

ventana izquierda, puerta del Espíritu Santo

Entre las citadas y similares puertas del Espíritu Santo y San Ildefonso encontramos la conocida como puerta de San Pedro, por su proximidad a la antigua capilla de San Pedro y San Lorenzo. También fue llamada puerta de la Paloma, considerado un animal sagrado en el islam ya que se cree que las palomas se agruparon para proteger a Mahoma durante su hégira desde La Meca a Medina.

El tercer nombre por el que se ha conocido a esta puerta, siendo el más usado actualmente, es el de postigo de Palacio debido sin duda a su proximidad con el actual palacio Episcopal. Atendiendo a su composición, se trata de una de las puertas más interesantes, pues los elementos musulmanes (arco de herradura, alfiz) y cristianos (gablete, florón, molduras) se entremezclan con gran acierto, dotando al conjunto de gran armonía y notable originalidad.

puerta de la Paloma o postigo de Palacio, fachada oeste

El postigo de Palacio puede decirse que es un híbrido de la puerta típica califal y decoración gótica ya que, como se ha dicho, el arco de herradura y el alfiz en el que se enmarca se encuentran adornados con motivos de este estilo. Sobre el arco de herradura primitivo se ha superpuesto una tracería a base de trifolios en las dovelas mientras que en las albanegas se han dispuesto unas molduras verticales de forma ojival.

A ambos lados de este postigo de Palacio se abrieron sendos vanos, estando el de la izquierda -según nos situamos frente a la puerta- cubierto por unas rejas, mientras que el de la derecha lo está por una celosía compuesta de formas geométricas. En la parte superior, sobre la puerta, el deterioro es considerable.

fachada oeste de la Mezquita aljama de Córdoba

Si nos fijamos con detenimiento, las tres puertas mencionadas de la época de Al-Hakén II están flanqueadas por grandes machones y la distancia entre ellos es similar. Sin embargo, la distancia entre los dos siguientes o últimos es mucho menor, lo justo para poder instalar entre ellos un pequeño vano de acceso en una ubicación que, a priori, tiene poco sentido. La distancia entre esos dos machones corresponde al ancho del pasadizo de la llamada puerta del Sabat, de la que hablaremos más adelante.

Tras el postigo de Palacio, la siguiente puerta que encontramos es la puerta de San Ildefonso que, como se ha dicho, posee un exterior muy similar a la puerta del Espíritu Santo. Si observamos bien, el esquema compositivo de su estructura sigue los mismos patrones que en aquella, por lo que, si bien cabe mencionar que los motivos geométricos de las celosías en las ventanas son diferentes, no es necesario describirla al completo al resultar tan sumamente similar.

puerta de San Ildefonso, fachada oeste

Finalmente, en esta fachada oeste concluimos su recorrido en la puerta del Sabat. El origen de las calles cubiertas, que eran los sabat, es sin duda del mundo árabe ya que en sus ciudades aparecen con notable frecuencia. Esos lugares entre un edificio y otro pueden, por la anchura de algunos, servir incluso de vivienda. Se trata del pasadizo o sabat  construido bajo mandato de Al-Hakén II (entre los años 970 y 972) y que se utilizaba como unión entre el alcázar del califa -que estaba situado donde hoy el palacio episcopal- y la mezquita, de forma que el paso del califa a la oración estuviese dentro de la máxima seguridad y discreción.

La puerta del sabat también fue un complemento a la maqsura de los comienzos del islam para proteger al califa de posibles atentados. Se dio la circunstancia de que, de tres califas asesinados, dos lo fueron en el lugar de oración. El pasadizo del Sabat, en definitiva, el califa lo utilizaba para entrar y salir del templo con total intimidad y el pequeño acceso que vemos fue la puerta exterior del mismo, la cual enlazaba con un pequeño puente que, destruido a comienzos del siglo XVII, conectaba la mezquita con el alcázar omeya.

puerta del Sabat, fachada oeste

En la mezquita de Córdoba se supone hubo dos sabat. El primero cuando gobernaba el emir Abd Allah (años 888-912) y unía el alcázar musulmán con la mezquita a la altura de lo que hoy es la puerta de San Miguel, como se comentó anteriormente. En el caso que nos ocupa, este pasadizo tenía unos cinco arcos a lo largo de la calle y el geógrafo ceutí Al-Idrisi nos dice que tenía ocho puertas interiores, entre el alcázar y el muro de la qibla. Estuvo en uso hasta el año 1610 que, por reformas en el palacio episcopal, el obispo Mardones ordenó destruirlo.

El pasadizo contaba al parecer con dos pisos, el primero era usado exclusivamente por el califa y el personal masculino de la casa real mientras el segundo piso estaba destinado al paso de las mujeres y los niños. De este modo, la puerta que hoy vemos es la correspondiente al primer piso, mientras que el hueco del segundo aparece tapado en la parte exterior al haber sido cubierto con una capa de sillares.

interior de la Mezquita correspondiente a la ampliación de Almanzor

Tras esta puerta del Sabat, llegamos a la esquina suroeste de la mezquita. El muro de la fachada sur corresponde con la qibla de la antigua mezquita. La parte occidental u oeste de la fachada sur fue levantada en época de Al-Hakén II estando construida a modo de muro doble, mientras que la parte oriental de la fachada sur fue construida en época de Almanzor y se trata de un muro sencillo. Como ya se dijo, en la fachada sur no existen puertas al exterior.

Rodeando la esquina sureste cabe recordar que todas las puertas exteriores de la fachada este u oriental corresponden con la época de Almanzor, en la cual bajo su gobierno se llevó a cabo una ambiciosa ampliación de todo el recinto y en este lateral de la Mezquita aljama. Nos encontramos primero, de sureste a noreste, con la llamada puerta de Jerusalén.

puerta de Jerusalén, fachada este

En la llamada puerta de Jerusalén podemos observar cómo el paso del tiempo no ha sido demasiado generoso con ella y presenta un elevado grado de deterioro, muy superior al de las puertas del muro oeste de la Mezquita. Tan sólo se mantiene parte del arco de herradura de la puerta y las celosías de las ventanas a ambos lados de la misma. El muro que la precede no nos permite acercarnos.

La puerta del Sagrario es el siguiente acceso que encontramos. Si entrásemos por ella y girásemos a la izquierda o sur, llegaríamos hasta la capilla cristiana del sagrario, lo cual nos aclara de dónde toma su nombre. Su estado de deterioro es similar a la anterior puerta de Jerusalén. Si observamos estas dos puertas más detenidamente encontramos una composición formada por tres calles verticales divididas en tres cuerpos cada una.

puerta del Sagrario, fachada este

Los dos cuerpos laterales constan de sendos vanos ciegos en los cuerpos inferior e intermedio y de una ventana cubierta por una celosía en el superior. El cuerpo central es de mayor tamaño, teniendo la puerta adintelada y cubierta por un arco de herradura. Aunque en ninguna de las dos puertas existe ningún alfiz, ni tampoco un friso de arcos ciegos sobre éste, sí podemos ver el estado de deterioro que presenta el lugar que podrían haber ocupado ambos como si de esta zona hubieran sido arrancados algunos elementos tras picar sobre ellos.

En la puerta del Sagrario sí han permanecido los arcos de las ventanas geminadas en los cuerpos laterales intermedios y restos de lo que podrían haber sido sendos arcos polilobulados sobre las ventanas del cuerpo superior. Esto nos indica una estructura similar a la que vimos antes en el muro oeste, en la puerta de San Ildefonso o la muy semejante del Espíritu Santo y que encontraremos más fielmente en la siguiente puerta de San José.

puerta de San José, fachada este

La denominada puerta de San José, si se encontrase abierta, podría conducirnos hasta la capilla cristiana de San José, de donde proviene el nombre por el que la conocemos actualmente. En esta puerta podemos ver una imagen exterior que guarda una gran similitud con las puertas del muro oeste de la Mezquita.

Esta puerta presenta un notable grado de conservación, sobre todo si la comparamos con las dos puertas anteriores, pero no debemos creer que ello sea debido a una mayor resistencia de los materiales o una menor actuación de agentes externos, sean naturales o no, sencillamente es que nos encontramos ante la primera de las cinco puertas que a partir del año 1913 fueron restauradas en la fachada este.

puerta de la Concepción antigua, fachada este

A continuación encontramos la puerta de la Concepción antigua, siendo la siguiente puerta restaurada, como comprobamos al ver su estado y su gran similitud con la anterior. Aquí, en el tercer cuerpo de la calle central, la arquería ciega tiene arcos del tipo trilobular en lugar de arcos de herradura como en la anterior, una diferencia que se irá repitiendo en las siguientes tres puertas.

La repetición de monumentales puertas y de tan idénticas formas, situadas de igual manera entre los contrafuertes del muro, nos puede hacer olvidar la belleza individual de cada una de ellas, pero a la par nos da una imagen de conjunto de la que carece el muro oeste u occidental de la Mezquita.

puerta de San Nicolás, fachada este

La siguiente, conocida como puerta de San Nicolás, se trata de la tercera puerta restaurada tras la de San José y la de la Concepción antigua. Debe su nombre también a la capilla cristiana de San Nicolás de Bari situada tras la puerta. Una vez llegados hasta aquí nos habremos dado cuenta ya de cómo en este lateral este u oriental aparece una abundante ornamentación de la que carece el muro occidental u oeste.

No es necesario recordar que todo el conjunto de la Mezquita constituye el monumento más importante de Córdoba, y también de toda la arquitectura andalusí junto con la Alhambra de Granada, así como el edificio más emblemático del arte omeya hispano-musulmán. Tras la conquista de Córdoba por los cristianos, se utilizó la hasta entonces Mezquita aljama para celebrar el nuevo culto, pero en el siglo XVI los altos cargos de la iglesia ordenaron la construcción de una catedral renacentista en sus naves centrales, en pleno corazón de la mezquita, alterando la perspectiva original.

fachada este de la Mezquita de Córdoba

Continuando el recorrido nos encontramos con la puerta del Baptisterio, también restaurada. En esta puerta podemos ver la misma estructura de las otras tres anteriores, la agradable imagen lograda en algunas zonas en las que aparece una combinación de ladrillo y piedra, las diferentes sucesiones de distintos tipos de arcos y las inscripciones en piedra de motivos vegetales o geométricos en algunas y de citas religiosas o que recuerdan alguna obra llevada a cabo en la Mezquita, en otras.

Llegados hasta la siguiente puerta de San Juan, cuyo nombre lo toma de la capilla cristiana de San Juan Bautista existente tras el muro, hemos llegado hasta la última de las puertas restauradas y también la última, en este lateral, de las que se abrían a la calle desde el interior de la Mezquita. Se trata de una puerta prácticamente idéntica tras la reforma a la anterior del Baptisterio.

puerta de San Juan, fachada este

Cabe señalar que, a pesar de las similitudes, existen un par de grandes diferencias entre las puertas del muro oeste y del este. En primer lugar, en las puertas del muro este reformadas vemos cómo debajo de las ventanas laterales con arcos polilobulados se sitúan ventanas geminadas con arcos de herradura, algo inexistente en el lateral occidental. La otra gran diferencia la apreciamos en la arquería ciega del espacio superior central, ya que en las del muro este encontramos dicha arquería formada por arcos de herradura o trilobulados en lugar de arcos entrecruzados como los del muro oeste.

Las siguientes dos puertas en este muro oriental se abren al patio de los Naranjos. La primera de ellas es la puerta de Santa Catalina, situada enfrente de la plaza del mismo nombre. Esta entrada tiene su origen, al igual que todas las demás en este lateral, en la ampliación realizada en la Mezquita por Almanzor. La visión actual es una obra de estilo renacentista realizada a mediados del siglo XVI, conservando tan sólo las dos hojas de su aspecto original. La última puerta de la fachada este es la puerta de la grada Redonda, cuyas actuales formas, de estilo churrigueresco, se deben a una reforma del siglo XVIII.

fuente del caño Gordo, fachada norte

En la fachada norte encontramos primero la puerta del caño Gordo, viéndose actualmente su aspecto de época cristiana por lo que se presenta tremendamente modificada a como fue en origen. A continuación de la fuente del caño que da nombre a la citada puerta, encontramos un vano enrejado que, si bien puede pasar desapercibido, merece la atención pues se trata de la antigua puerta de Ntra. Sra. del Pilar, ubicada en el lugar en el que se unen la ampliación de Abd Al-Rahmán III y la de Almanzor. 

De trazas muy sencillas, esta puerta de Ntra. Sra. del Pilar está formada por un vano adintelado y cuenta con un arco de descarga. En su origen, su utilidad era la de servir de acceso directo a las mujeres para que entraran desde la calle a la galería norte del patio de los Naranjos. En la actualidad está hundida debido a la elevación del terreno y se encuentra cerrada con una reja. El recuento de puertas termina en la esquina noroeste de la Mezquita, dejando atrás la puerta del Perdón, bajo el alminar.

alminar y actual campanario visto desde el ala este del patio

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